Trato Hecho

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Principalmente no consideraría ni un solo momento en salir de mi cómoda y linda habitación de no ser porque mi padre está constantemente preocupado por mí y por el hecho de que no salgo nunca. Desde que mi mamá se fue ya hace un par de años perdí el interés por muchas cosas y mi padre ha estado preocupado desde entonces. Sin embargo siempre tengo a Jackson. Jackson Williams, o Jack para abreviar ha sido mi mejor amigo desde aquel lejano día en primero de primaria cuando todos se burlaban de él por unos grandes frenos que pasaban por su cabeza. Si las niñas, ahora "señoritas" hubieran sabido en lo apuesto que se iba a convertir hubieran hecho lo que yo. Defenderlo y darle a probar de mis panditas. Sus gomitas favoritas hasta hoy. Así que si, Jack mi mejor amigo me ha invitado a una fiesta. El lugar es la casa de su prima Tina, ella no me cae del todo bien pero dicen que hace las mejores fiestas de la ciudad.

Así que pues me levanto este gran sábado de noviembre para poder arreglarme. Es una fiesta informal así que sólo me pongo algo sencillo. Unos jeans, una blusa linda y un saco pues el frío ya se siente al caer la tarde. Bajo a la cocina donde mi papá, el gran Charlie Summers está preparando la comida.

— ¿Comerás antes de irte?

Niego con la cabeza mientras le doy un mordisco a la manzana que tomé de la bandeja de frutas.

—Ya voy tarde.

—Seguramente él aun ni despierta.

Beso su mejilla y me dirijo a la puerta.

—Por eso es que ya voy tarde.

Lo escucho reír mientras cierro la puerta detrás de mí. Camino a casa de Jackson, está a solo dos calles. Él vive con su mamá y su hermana menor pero ellas han salido de la ciudad porque una de las tías de su madre se puso enferma. Jack me ha dado una copia de las llaves de su casa así que entro cual si fuera mía. Subo las escaleras hasta su habitación perfecta y ordenada. Nada parecida a la mía. Él sigue dormido. Tal como mi papá lo predijo. Me dirijo al baño y lleno su vaso para lavar los dientes con agua helada. Y mientras se lo arrojo en la cara grito;

— ¡Vamos Jack Jack, es hora de levantarse!

Él da un salto del susto y la impresión por recibir agua helada en su rostro. Me río y él me lanza una almohada que apenas me toca.

— ¡Te vas a arrepentir Val!

—Vamos, tú mismo me dijiste que no había que llegar tarde.

— ¡Son las cinco de la tarde, la fiesta no es sino hasta las ocho!

—Bueno, pero pensé que podríamos pasar a la tienda antes.

Se incorpora quedando sentado en la cama, me mira molesto y adormilado. Luce tan sexy y tierno al mismo tiempo. Me lo comería de no ser porque se sentiría como alguna clase de incesto. Él es como el hermano que jamás tuve.

— ¿A la tienda dices?

—Sí, ya sabes podríamos...

— ¿Solo viniste temprano para molestarme no es así?

Sonrió y él no puede evitar corresponderme.

—Ciertamente, y además quería comprobar que siguieras vivo, ¿Has comido algo desde que tu mamá se fue?

—Sí, ¿Ayer? ¿En la escuela?

—Una barra de frutas no es comida.

—Es mejor que nada...

—Vamos, te prepararé algo de comer mientras te das un baño... al menos que el que yo te di que sirva.

Me burlo y él imita de una manera tonta mi risa mientras se levanta y va al baño. Por mi parte me dirijo a la cocina y preparo algo rápido. Unos sándwiches. Sé que a Jack le gustan. Cuando aparece por la puerta de la cocina ya cambiado no puedo evitar seguir molestándolo.

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