Ricardo rodea la mesa y se dirige hacia mí con su depravada sonrisa.
—No te me acerques o grito —lo amenazo y muestra más los dientes como si mi palabra no supusiera un peligro para él.
—¡Sh! Manzana, ¡qué ingenua eres! Grita. Vamos, chilla. Monta una de tus rabietas de niña rebelde. Pónmelo más fácil. Tu pelea con tu antigua amiga Sandra es el argumento ideal para afirmar que estás padeciendo otro brote de agresividad. Podría hacerte lo que quisiera ahora mismo. Podrías gritar y defenderte. Pero todos me darían la razón cuando supieran que tuviste esa reacción porque no te sentiste muy feliz con tus nefastas notas. Violencia, lo propio de Ana Álvarez. —Ese parásito me paraliza con sus palabras y se adhiere a mis mejillas con su mano. Me aprieta la cara como si le perteneciera—. Estás a tiempo de salvar tu situación. Mi paciencia se agotará al final del trimestre. Recuérdalo.
—No me toques. —Arranco sus garras de buitre de mi rostro. Estoy asustada, pero no pienso ceder—. Suspéndeme, me da igual. No conseguirás lo que quieres de mí. —Le doy la espalda para marcharme.
—Manzana, me decepcionas. Necesitas otro empujón. Tienes un novio que se llama Eric, ¿verdad? —dice con la maldad propia de un demonio. El veneno paralizante me somete de nuevo—. Supongo que estás enamorada y que te importa ese chico.
—Eres un hijo de perra. Él no tiene nada que ver. —Lo encaro rabiosa.
—Justo como lo suponía. Una novia que se preocupa por su novio. Eric, ese chico tan responsable que sueña con ir a la universidad. Sería una pena que su media académica se viera perjudicada, ¿no crees? —¡Qué tipo tan despreciable! Quiero lanzarlo por la ventana.
—¡Déjalo en paz! No puedes hacer eso.
—Sabes que puedo hacer eso y más. —El desgraciado me agarra la cara otra vez—. ¿Te lo pensarás mejor? ¿Vas a ser una buena alumna?
—¡Suéltame, cabrón! —Le golpeo la mano. Ganas no me faltan de darle en otra parte—. Hablaré con la directora.
—¿Estás segura de querer hacer eso? ¿Se te olvidó lo que hablamos? Cuéntaselo a alguien y me ocuparé de destruir tu vida. Solo tengo que hacer unas llamadas a unos colegas. Acusar falsamente a un reputado profesor, muy mal, Ana. Historial de violencia sumado a ideas delirantes, tu situación es muy desfavorable. Mis contactos tendrían una buena base de la que partir. ¿No recuerdas esta charla? —¡Tan degenerado! Me da miedo que lo haga. ¿Qué posibilidades tiene mi palabra frente a la de un profesional de salud mental? ¿Cómo puede existir gente así?
—Eres el hijo de puta más grande que he conocido. No pienso complacerte. —Muero de ganas de propiciarle una paliza. ¡Qué impotencia! No puedo cometer ni un desliz, no puedo ponérselo más fácil. Por quien más lo siento es por Eric. No solo lo decepciono, sino que también le causo problemas indirectamente. Juro que, si este demonio perjudica su nota, lo pagará.
—Tienes hasta el final del trimestre para pensártelo. Solo quería refrescarte la memoria. Tu futuro y el de tu novio están en tus manos —dice sosteniendo esa sonrisa cruel.
—Mi nota me da igual, pero procura no dañar la de Eric injustamente. —Me volteo de forma definitiva antes de que pierda el control.
—¡Qué apetecibles son tus amenazas! Pronto te pondrás roja para mí, manzana, y te aprovecharé. —¡Me da asco! ¿Por qué me tenía que pasar esto?
***
Me encuentro con Laurita al otro lado de la puerta. Apenas puedo mirarla a la cara, me cuesta disimular mi malestar y mi preocupación.
—Vamos —digo y nos encaminamos hacia el aula de Audiovisuales. No quiero que se fije en mí.
—Ani, ¿estás bien? —me pregunta con su tono dulce.
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La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]
RomanceTras superar mi etapa de rebeldía, mi vida de adolescente se convirtió en un sueño hecho realidad. Mis padres me permitieron vivir sola con mi novio e incluso me asignaron una paga mensual. Mis únicas obligaciones consistían en estudiar y ayudar a m...