9. El arte de ocultarlo todo

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Aviso: Yo pensé la historia pero Joanne me ganó en publicación, así que aquí les dejo esta bella historia de amor.

"Llámame, chica, si necesitas un amigo

Yo solo quiero darte amor

Vamos, Vamos, Vamos

Trato de llegar a ti, así que toma la oportunidad

No importa dónde estés

Sabes que no estás sola"

"One call away" por Charlie Puth

Andrómeda

— Repulsivos sangre sucias y traidores —Murmuró Druella Black mientras sacaba a sus dos hijas de la estación 9 ¾— Las cosas eran diferentes cuando yo asistía a Hogwarts. Ya nadie respeta la pureza de la sangre.

Andrómeda trataba de ignorar el sermón de su madre, quien miraba con asco a la mayoría de los estudiantes que se encontraban con sus familias en la plataforma para poder ir a casa por motivo de las fiestas. Deseaba profundamente el poder quedarse en Hogwarts, pero después de su discusión con Ted en la biblioteca, se le habían quitado los ánimos. Además, sus padres usarían más que la maldición Cruciatus para reprenderla por no permitirles lucirla durante la fiesta de Navidad.

Era ya una tradición para la familia Black el que todos los años se ofreciera una prestigiosa fiesta en dónde invitarían a familias de renombre en el mundo mágico como los Malfoy, Rosier, Nott, Yaxley y aquellos que tuviesen conexiones bastante poderosas en el Ministerio de Magia. Incluso habían tenido a varios ministros, pero la regla se rompió cuando Nobby Leach, un sangre sucia, adquirió el cargo.

— No permitiré jamás que esa escoria pise esta casa —Bramó su padre cuando se enteró del nombramiento— Es una deshonra, una vergüenza ¡La comunidad mágica se ha vuelto loca!

Desde entonces tanto su padre como el tío Orión habían estado apoyando desesperadamente a algunos candidatos que aspiraban el cargo para cuando Leach tuviese que irse, incluso buscando escándalos que lo sacaran del poder y posicionaran a alguien con mayores capacidades. Su tío Alphard, de la única discusión con la cual Andrómeda lo recordaba y por la que creía que lo habían desheredado oficialmente de la familia Black, estaba en contra de ellos.

Si se esforzaba lo suficiente podía escuchar una maldición tan terrible que ni siquiera el ministerio reconocería siendo exclamada por su padre contra su tío. No volvió a verlo desde entonces.

— Adentro —Indicó su madre mientras sostenía la puerta de entrada a la mansión Black— Quiero verlas bañadas y arregladas en menos de una hora. Su padre tiene que hablar con ambas.

Andrómeda se sentía bastante ansiosa al respecto. De alguna forma sentía que ellos ya sabían de su amistad con Ted, que la habían descubierto y pronto le harían saber lo mal que estaba juntarse con alguien de su clase; tenía un nudo en el estómago tan grande que ni siquiera notó el que una pequeña mano se adentraba en la puerta de su recámara hasta que vio el rubio cabello de Narcissa.

Su hermanita no había cambiado mucho en el tiempo que llevaban separadas salvo por crecer algunos centímetros. Vestía una túnica vino tinto y tenía el cabello rubio mojado, por lo que Andrómeda supuso que recién salía de tomar un baño. No sabía si era por el haber estado separada de ella, por extrañarla demasiado, porque estaba empezando a mostrar más emociones desde que se juntaba con Ted o simplemente deseaba abrazar a su hermana pequeña.

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