• 1 •

218 17 10
                                    

Alguien tendría que haberle avisado que ese día conocería a la mujer  de su vida. Pero nadie le advirtió. No recibió piedad y sin misericordia ella envolvió su alma en la fragilidad de sus manos.

...  

El amanecer saludaba su piel.

El brillo exterior  molestaba en los ojos.

Su cuerpo pedía seguir en la cama pero la alarma a un lado suyo lo obligaba a levantarse.

Llego al lavabo de alguna manera, chocándose con su reflejo en el espejo. Sus perezosos ojos claros estaban rodeados por un débil tono oscuro. Y su cabello negro y opaco estaba levemente desordenado. Busco sonreírse, pero le salió una mueca torcida nada parecida a una verdadera sonrisa. No perdió mas tiempo, y distorsiono su cara con agua levemente congelada.

Ese día se hallaba perfecto para volver a acurrucarse en las sabanas de su  cama. Las nubes de lluvia del día de ayer empezaban a dispersarse y las paredes de la casa se sentían  frías, lo que le daba a su ''hogar'' un aspecto mas lúgubre.

Aunque su cama lo reclamará , el debía retomar su vida, seguir sus estudios en un lugar completamente nuevo. 

Nuevas personas, nuevos preceptores, nuevo director , toda una nueva vida completamente diferente a la que había llevado.  A la que estaba acostumbrado. Y de tan solo pensarlo lo estresaba de sobremanera.

La emoción estaba tardando en llegarle esta vez. No es que no estuviera acostumbrado al repentino cambio de ambiente. Solo que esta ves llevaba un poco mas de tres años en la misma y un sentimiento de esperanza por un hogar se había instalado en su pecho. Pero rápidamente se vio desechado, cuándo su padre entro al departamento en Entre Rios con la noticia de un nuevo trabajo en otra provincia.

¡Genial!

Había pensado sarcásticamente en ese momento.

...

-Hijo, saca esa cara de verruga, nadie se ha muerto por cambiarse de escuela - dijo repentinamente su padre conduciendo en dirección a la nueva institución educativa que le todavía le quitaría años  de su vida.

- Como tu no tienes vida social - resoplo en un murmullo apartando la vista hasta su ventana. A fuera los edificios se desfiguraban con la velocidad. Y el paisaje se perdía en el horizonte.

Detrás de su asiento, los suaves balbuceos de una canción infantil llegaron a sus oídos. Le quitaron si querer una sonrisa involuntaria. Lizzy, su pequeña hermana, cantaba completamente en su mundo con una alegría e inocencia que envidiaba. Realmente le gustaría compartir tanta emoción como la de ella

Pero no, el malhumor había empezado temprano ese día y tardaría al menos tres horas mas para que el inmenso enfado se le pasara solo un poco. Suspiro. Ese definitivamente era un día de los que quería borrar luego de su mente.

....

Aún no sabía lo equivocado estaba.

....

Mucho ruido para ser el primer día de clases.

Pensaba viendo correr emocionados a los de segundo. Podía ver que alumnos mas grandes, calculaba de tercero y cuarto se saluda y juntaba en pequeñas rondas de "amigos".

Desde su lugar lo notaba.

El pasar de la primaria a la secundaria era un cambio rotundo que todos pasaban con el constante temor de hacer algo mal, que pudiera cambiar la normalidad de sus días. Era una etapa de acostumbramiento relativamente difícil pero tranquila cuando se pasaba los primeros días.

Siguiendo Tu Bella SonrisaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora