¿Sabes una cosa?

41. Cafuné

"Pasar los dedos cariñosamente por el pelo de la persona amada."

Luis Miguel

Mientras desayunamos, veíamos televisión, terminamos y me dispongo a organizar la mesa y dejar todo limpio en la cocina, tomamos una ducha y nos dirigimos a nuestra cama, ella pone su cabeza en mis piernas y yo acaricio su cabello mientras observamos la vista frente a nosotros.

- Dime ¿amaneciste mejor?.
- Si corazón, tus cuidados me hacen muy bien.
- Eso es algo que me encanta, mi amor quiero contarte algo, necesito hablar de algo, nunca lo hago con nadie.
- Te escucho con todo el gusto.
- Es sobre Michelle, siento que es un tema que no me gusta tocar mucho.
- Disculpa mi ignorancia pero no sé quién es Michelle.- Menciona confundida.
-¿No? es un tema de alto revuelo, es mi hija.
- ¿Me quieres contar la historia? Porque tengo muchas preguntas cariño, aunque prefiero escucharte antes de hacerlas.- Menciona acariciando mi mejilla.
- Mira, yo tenia 18 años y salía con la mamá de ella, por supuesto, teníamos una relación normal la cual terminó, un año después exactamente ella fue a mi casa con una bebé, diciéndome que era mi hija, la verdad estaba completamente en shock quería creer que era mentira porque ella jamás me notificó nada y mucho menos intento buscarme para decirme, yo intenté acercarme a la bebé, compartir momentos y crear un vínculo pero créeme que el trabajo me consumió, las discusiones con su mamá generaban más distancia y llegamos al punto de no hablarnos, es que mi amor te juro que no sé, a veces dudo todo esto pero me duele hacerlo por la niña.
- ¿Dudas que sea tu hija? ¿Hace cuanto no la ves?.- Menciona sin colocar distancia entre nosotros.
-Si lo dudo, no estoy 100% seguro, desde que tenía tres años, y me siento mal la verdad al igual yo era muy joven tampoco tenía mucha conciencia, estaba enfocado en mi carrera.
- Te entiendo completamente, ¿Y si buscamos la manera de que te puedas acercar a ella? Mira que sería muy bonito que bebé tenga una hermana que lo pueda guiar ¿No crees?
-No se que tal resultaría eso, aunque si sería lindo que nuestro bebe tuviera una hermana, para serte sincero no se me ocurre como aparecer en su vida y como ella reaccione.
- Cuéntame de ella, ¿Qué sabes de ella? ¿En qué año va? ¿Es juiciosa? ¿Como le va en la escuela? Para todo hay un comienzo mi amor.
Alzó mis hombros al ella voltear y mirarme a los ojos .
- No lo sé, es un alejamiento total.
- Pídele a Hugo o a Alejandro que te consigan el número y la llamas, puedes empezar invitándola a comer un helado, no sé, sé que esto es totalmente de ustedes dos pero si me necesitas o me quieres ahí junto a ti para apoyarte, ahí estaremos.
-¿Sabes una cosa? Me gusta porque me inspiras hacer mejor .-Menciono cambiando mi posición y quedando sobre ella.- así será, por algo se empieza.
- Me gusta escucharte hablar así, si tú eres feliz, nosotros lo somos.
-Siento que me haces cambiar, y lo logras es algo que me encanta y no cambiaría, ten en cuenta que siempre serás la mujer de mi vida.
- Tú el amor de mi vida, Te amo.
- No tanto como yo así que más y lo que le sigue .-menciono dejando un delicado beso en sus labios, me levanto y sujeto sus brazos jalándola para que se ponga de pie.- Dime mejor que quieres hacer que no implique agua.
- No lo sé, proponme tú, yo solo alcancé a ver el de las ballenas y ese está prohibido hasta que bebé nazca.
-Rotundamente, mejor ¿y si vamos a la excursión de estrellas? se ve hermoso y tú qué eres fan número uno del cielo es perfecto.
- Me encanta.- Menciona emocionada.

Aracely Arámbula
Luismi había llamado a recepción para superar un cupo, en nuestro plan de la noche, preparamos el almuerzo juntos y disfrutamos de la tarde en la espera de la caída de la noche, eran las 7 e íbamos en camino hacia donde sería la excursión, al llegar nos dan un lugar especial, llegamos a una playa llena de Tipi, no es por nada pero el nuestro era el más hermoso, entramos a este y nos acomodamos.
- Todo está muy lindo ¿no?
-Si me gusta la verdad, y el cielo está muy lindo esta noche, creo que escogimos el día Perfecto.
- Contigo todos mis días son perfectos pero mira nada más esa luna llena, está preciosa y el cielo lleno de estrellas, divino.
-Nada de esto sería Perfecto sin ti así que también tienes que ver, aparte hablando de la luna mira que tenemos el gusto de disfrutarla en su máxima fase.
- Tenemos suerte de todas las maneras posibles.
- Buenas noches, me da mucho gusto tenerlos aquí, disfrutando de esta maravillosa noche, porque les cuento que jugó a su favor, hace mucho tiempo no se veían tantas estrellas en conjunto con esta luna llena.- El sigue con su discurso de bienvenida, presenta su equipo y la estructura de las actividades.- Veremos  el crepúsculo, mientras las estrellas terminan de salir , centellean cada vez más a medida que el cielo se vuelve negro. Escucharan las historias del pueblo tahitiano de su guía estelar, aprender cómo utilizaron la narración de historias para decodificar el cielo nocturno y ayudarles en sus viajes por el Océano Pacífico.- El procede con su itinerario y al finalizar, nos dejan una hora para observar las Estrellas y luego regresar al hotel.
- ¡Encantador! Me fascinó.- Menciono contenta.
- Era imposible que no, disfrutas mucho de ello al igual que de los atardeceres.
- ¿Y tú los disfrutas? Es que siempre quieres complacerme en todo, ¿qué tal que no te gusten?.- Menciono intuitiva.
-No creo, tienes buenos gustos y así como lo disfrutas yo igual.
-Ah bueno, así si.- Menciono acariciando su mejilla.
Ya se estaba haciendo un poco tarde, la luna se escondía, así que llegó el guía por nosotros para hacer el recorrido y llevarnos a el hotel, estando allí nos dirigimos a la cabaña, Micky se dispone a colocarse la pijama mientras yo estoy recostada.
- No termines de abrocharla.- Menciono viendo cómo apunta los bonotes de su camisa, él me mira extraño y yo solo me rio.- Ahórrame trabajo y mejor ven aquí.- Menciono levantándome de la cama.
- ¿Disculpa? .- Menciona sonriendo .- ¿Ahora? ¿Sabiendo que está un poco delicada?
-Mi amor, no seas aburrido.- Menciono y el me lanza una sonrisa caminando hacia mi.

Termino de quitar su camisa sin dejar de besarlo, él hace lo mismo con la mía delicadamente, pasaban los minutos y las prendas eran menos las que cubrían nuestros cuerpos desenfrenados de pasión, se acomoda a mi gusto para poderme hacer completamente suya y posteriormente llegar a un extásis mutuo, me toma en sus brazos juntando nuestros cuerpos para acomodarme en la cama, me arropa para luego el hacer lo mismo, ya estando a mi lado se cerca a mí abrazándome para poder dormir placenteramente.

"No existen límites cuando me afianzo de ese tiempo en que eres mía, ese delirio se excede lo irreal, lo inexistente y es que lo nuestro nunca vuelve a repetirse, mira que te oigo hablar y pido derretirme" Luis Miguel - No existen límites