Mean Phiravich solo quiere vengarse del Plan adolescente que rompió su corazón en el pasado y siendo una de las personas más ricas de Tailandia usaría un poco de su poder y dinero para devolverle a aquel chico todo el sufrimiento que le causó.
Plan...
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El disparo rompió el aire atravesando todo la habitación casi en una lentitud tormentosa hasta que se impacto contra la pared fallando completamente al mismo segundo que el cuerpo de Plan caía al suelo sin mayor demora.
Los instintos fueron los que guiaron sus acciones llevándolos a desencadenar aquel destino que los esperaba ansioso.
Tul sacó las tijeras de su estómago rudamente dejándolas caer al suelo junto al cuerpo de su prisionero a quien miro con tanto odio mientras le apuntaba que no se dio cuanta de la forma rápida en la que Mean Phiravich se lanzó a él para detenerlo.
El abogado derivó a su oponente usando su peso a favor, haciendo que ambos cayeran al suelo a escasa distancia de Plan y haciendo que la pistola de Tul se perdiera de sus criminales manos. El menor de ambos fue rápido en posicionarse arriba del tipo al que más odiaba el mundo y sin ser capaz de contenerse soltó el primer golpe sobre el ojo ajeno.
Un velo rojo tiño su mente y juicio, lo único que sabía era que quería desquitarse por todo el dolor y el sufrimiento que el hombre bajo él le había causado a su familia. Su fuerza no disminuyó a medida que sus nudillos impactaban contra la piel sangrante dejando moretones a su paso.
La escena parecía tan tétrica como una película de terror. Desde la segunda planta los disparos sonaban casi armónicamente miéntras Bass y Jumpol luchaban hombro a hombro con la esperanza de volver a casa, heridos y cansados solo hacían lo mejor que sabían para librarse de las pestes que les disparaban a quemarropa.
Siguiendo por las escaleras la alfombra se teñia de carmín a causa de los cadáveres que permanecían quietos, algunos con los ojos abiertos esperando a la nada. La calma había sido solo una ilusión en esa casa y en ese día.
Zee atinó a pasar sus brazos con rapidez bajo el cuerpo del chef, alzandolo en el aire con facilidad sabiendo que Mean no se detendría y conociendo el sentimiento que se apoderaba del abogado.
Los golpes no sesaron, Mean podía sentír sobre él todo el dolor y la desesperación de Saint, el sufrimiento de Plan y la incertidumbre de su propio amigo convirtiéndose en ira que manejaba su cuerpo.
Recordaba a su madre llorar por Saint mientras Trump lo dañaba, la forma en la que después de meses sin saber nada de él había regresado siendo un niño asustadizo y no el alegre chico jirafa que conocía.
Podía escuchar el llanto de Plan como el eco sobre su cabeza, las marcas en la cara y el sufrimiento psicológico que ellas habian ocasionado.
Lo golpeó con fuerza, sin importarle si en el proceso se dañaba a el mismo. Le rompió la ceja y la nariz haciendo que le fuera difícil respirar.
Ninguno dijo nada, solo se miraron a los ojos como los enemigos que eran y a sabiendas que ese día uno de los dos debía morir para que el otro pudiera vivir en paz.
