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El reciente pelinaranjo guardó el móvil en su bolsillo con una sonrisa en su rostro, dentro de poco iría a casa de su novio para cenar con sus padres, y a pesar de lo fastidioso que era hacerlo, Chenle disfrutaba de todos los momentos con Jisung.

Por ratos lo pensaba, y no podía creer semejante chico tenía a su lado, no podía estar más enamorado de él. Lo amaba tanto, él sólo deseaba que su relación para siempre.

Llevaban casi cinco años de relación, lo que resultaba sorprendente de escuchar para algunos, pero sólo había que ver cómo era su relación, tan pura que nadie podría atreverse a irrumpir en ella.

Ahora, ¿Que por qué era fastidioso para él cenar con sus suegros?

Por una simple razón.

Mentiras. Cada vez que pisaba esa casa tenía que disfrazarse con tantas mentiras que le hacían querer vomitar.

Proclamarse como el mejor amigo de Jisung no era malo, por supuesto que consideraba a su novio su mejor amigo, pero era distinto en aquella situación. No podía acercarse más de lo debido a su pareja, era fastidioso.

Y ahí no acababa la cosa, por más de dos años ha tenido que mentirles a esos adultos con una falsa novia.

Ni siquiera con sus padres debía montar tal espectáculo.

Y como dijimos, Chenle amaba a Jisung, al nivel de cubrir su relación ante los padres del menor.

El mayor entendía que su pequeño tenía miedo de sus padres, después de todo, los comentarios de estos respecto a la homosexualad eran nulos, por ello, decidieron no decirles nada de su noviazgo hasta que Jisung estuviera listo para decirles, Chenle no tenía problema con ello, era dificil, pero no imposible. Razón por la que los mayores pensaban que eran los mejores amigos de la tierra, y que Chenle tenía una novia, todo para no levantar sospechas.

Chenle, a decir verdad, estaba un poco harto de eso, pero lo resistía, no iba a presionar a Jisung a que le dijera algo como ello, todo debía ser a su tiempo.

Sacudió su cabeza, en días como esos siempre pensaba más de la cuenta. Se levantó de su cama, dispuesto a darse un baño antes de ir a la casa de Jisung. Le ponía nervioso ir allá, temía cometer algún error en sus falsas historias con su novia, o mirar a su novio más de la cuenta, Park lo había vuelto paranoico.

Una vez listo, salió de su casa innecesariamente grande para ir a la de los Park, repasando una vez más los datos de Sunhee, nombre que le habían dado a su novia.

Respiró profundo antes de tocar la puerta, debía disfrazarse en aquel amigo totalmente heterosexual que no era. La señora Park fue quien le abrió la puerta, dandole esa cálida sonrisa que lo hacía sentir sólo un poco mejor y que le daba esperanzas ante la idea de algún día presentarse como el novio de Jisung en esa casa.

— Chenle, querido, ¿Cómo estás? — Hasta su voz sonaba dulce, a Chenle le daban ganas de gritarle que él era gay y que mantenía una relación con su hijo, sin embargo, el miedo también se había apoderado de él con los años.

— Muy bien, gracias, ¿Y usted, señora Park? — El joven sonrió en su dirección.

— Bien, gracias por preguntar, pasa, la cena está casi lista.

Ambos entraron a la casa, la mujer le indicó que esperara en la sala en lo que su hijo terminaba de vestirse, y ella con su esposo terminaban de preparar la comida. El muchacho miraba sin gracia su alrededor, conocía esa casa como la suya propia, no había nada nuevo que ver ahí.

Jisung no tardó mucho más en bajar cuando escuchó la voz de su novio en la entrada, prácticamente corrió escaleras abajo cuando terminó de vestirse, viendo a su novio descansar cabeza en el respaldo del sofá con sus ojos cerrados. Dando una mirada atrás, asegurándose de que sus padres estuvieran en la cocina, dejó un corto beso en sus labios antes de sentarse junto a él.

Secret. [Chensung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora