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Por fin estaban ahí. 

Y aunque eran casi las nueve de la noche, tras dejar las maletas en casa del mayor, ambos muchachos fueron al hospital en un parpadeo. Probablemente no los dejarían entrar a verlo por la hora, pero esperaban al menos recibir más noticias de él, ya que los padres de Chenle no habían tenido tiempo para llamar desde el día anterior.

Una vez ahí, fue Renjun el encargado de comunicarse con el enfermero que estaba en recepción. Jisung seguía mordiendo sus uñas, mirando fijamente a las personas frente a él, maldiciendo no haber aprendido el estúpido idioma. 

Tras unas pocas palabras más, el enfermero se alejó de ellos, dedicando una sonrisa amable a ambos. 

— Dijo que no puede darme información de él, ya que no tenemos lazos directos y el horario de visita terminó ya hace unas horas, pero que sus padres han estado aquí todas las noches, podemos buscarlos. — Jisung asintió nervioso, ¿Los padres de Chenle le dejarían saber de él siquiera?

— ¿Renjunnie? ¿Jisunggie? — Los mencionados se giraron hasta las voces que los llamaban. 

Bien, al menos no tendrían que buscar a nadie.

— Dios, ¿Por qué no nos avisaron que vendrían? — La mujer fue directo hasta el mayor, dándole un cálido abrazo, Jisung se quedó en su lugar, sin atreverse a mirar al hombre a unos metros, más se sintió sorprendido cuando este lo rodeo con sus brazos, dando pequeñas palmadas en su espalda.

— No sabíamos que lo haríamos, nuestros amigos compraron nuestros pasajes, no tuvimos tiempo más que para arreglar nuestras maletas. — Explicó Renjun.

El menor seguía sin habla, ¿Cómo podría dirigirles la palabra a aquellas personas cuando había tratado tan mal a su hijo? 

El señor Zhong se había alejado, intercambiando lugares con su esposa.

— Mi niño... No había podido hablarte, ¿Cómo estás? 

Ellos aún así eran amables con él, ¿Era correcto? Se sentía como un niño pequeño otra vez.

— Yo... — Tartamudeó, sintiendo un nudo en su garganta. — ¿No están molestos conmigo? — miró a los mayores, recibiendo miradas llenas preocupación. 

— ¿Por qué lo estaríamos? — Habló el hombre.

— Bueno, Chenle y yo... yo le hice daño... — Su voz no dejaba de temblar, quizás se pondría a llorar si no paraba de hablar. 

— Sabemos que lo amas, y que tanto él como tú estaban siendo afectados por ello. —  La mujer acarició el cabello del más alto, sonriendo levemente para él.

— Chenle... ¿Cómo está él? — Los padres del mencionados sonrieron con tristeza, borrando por completo señal de ella un segundo después.

— Los doctores dicen que tuvo suerte de no morir al instante, todo su cuerpo fue golpeado repetidas veces... — Fue el hombre quien habló luego de una larga pausa.

— Muerte cerebral, ¿Es posible...? — Preguntó el castaño.

— No nos han dicho sobre eso, aún está en cuidados intensivos, aunque ya mañana podremos verlo si es que no hay problemas.

— Ustedes vayan a descansar, ¿si? Viajaron hasta aquí tan de pronto, deben estar cansados. — La mujer habló de nuevo, tomando las manos de ambos menores. 

El más alto observó a la mujer, se veía tan cansada, al igual que el mayor a su lado, las ojeras eran notables en ambos rostros, de seguro ninguno de los dos había abandonado el hospital por más de una hora en los últimos tres días.

Secret. [Chensung]Where stories live. Discover now