c i n c o

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Poco más de una semana después, todos los más cercanos se habían enterado de la separación, desde los chicos de la universidad hasta los padres del pelinaranjo. 

Dichos padres estaban preocupados, ellos estaban tan lejos de su hijo, y tenían que conformarse con las llamadas que recibían del muchacho diciendo que estaba bien, pero vamos, eran sus padres, no creían una palabra de lo que decía.

Eran una de las cosas que lamentaban de que su hijo estuviera tan lejos, a diario lo extrañaban, preocupándose por su bienestar, ellos por supuesto querían lo mejor para él, ellos no se habían interpuesto a su decisión de quedarse en Corea porque sabían que tenía personas que amaba ahí, Jisung había sido una de sus principales razones por aquel entonces, si él volvía a China con ellos, era probable que pasaran largas temporadas, o años sin verse, y su muchacho estaría lejos de ser feliz. Ahora estaban reconsiderando la opción de que el muchacho volviera a su país, claro que no iban a obligarlo a nada, pero ellos creían que sería bueno para él.

Chenle no estaba seguro de hacerlo, extrañaba demasiado a sus padres, verlos un par de veces al año no era suficiente, había crecido con ellos a su lado, esos dos años que llevaba desde que sus padres volvieron a China se le habían hecho muy difíciles, estando en la gran casa en la que solían vivir sólo podía extrañarlos más. Sin embargo, ahí estaban todos sus amigos, no quería abandonarlos, también los extrañaría demasiado, y su mejor amigo... ¿Podría acostumbrarse a dejar de verlo todos los días otra vez? Siendo adolescentes habían pasado por lo mismo, y les había costado lo suyo llevar su amistad, él se preguntaba si podrían hacerlo mejor siendo adultos.

"Inténtalo" Había dicho su mejor amigo, "Ve a pasar con ellos tus vacaciones de las fiestas"

Así que esa era la razón por la que, aún faltando poco menos de una semana para navidad, Chenle estaba entregando regalos cual Santa a todos sus amigos. Su estado de ánimo había mejorado un poco, gracias al cielo, ninguno de los chicos estaba acostumbrado a ver a sus revoltosos menores tan tristes como lo estuvieron la primera semana, aunque estos no habían tenido oportunidad de encontrarse de nuevo. 

Chenle creía que era mejor así.

Se extrañaban como nunca, habían sido contadas las veces que estuvieron tantos días sin verse o hablarse, era extraño no hacerlo, y sus dedos picaban por escribirle aunque sea un mensaje al otro, Jisung estaba seguro que en cualquier momento podría correr hasta casa de Renjun para ver a Chenle.

Jisung había estado pensando — Quizás demasiado. — sobre sus decisiones próximas, sobre él mismo y de lo que quería en su vida, sin embargo, sus inseguridades no le dejaban ir muy lejos, se arrepentía al segundo de pensar en hacer cualquier cosa, no debía tomar decisiones apresuradas tampoco, eran temas importantes que marcarían su vida, debía tomarlas con calma, eso era lo que todo el mundo le decía, y él también lo comprendió, de aquellas decisiones se daría o no su futuro.

Siendo lunes por la noche, Jisung seguía en el estudio de danza donde practicaba, sus amigos se habían ido hace un par de horas, pero él seguía ahí, le ayudaba de alguna forma a liberar muchos de sus sentimientos. Bailar siempre le había ayudado, entregaba todo de él para hacer un buen baile, entregaba todos sus sentimientos a él, demostrando sus emociones en cada paso, liberando un poco de ese odio interno que llegaba a tener muchas veces, se liberaba de esos pensamientos que no se atrevía a compartir con nadie.

Se dejó caer sobre el suelo, buscando otra canción para bailar. Aún le quedaba un poco de energía, no se iría de ahí hasta exprimir la última gota de esta, así y con un poco de suerte, caería dormido en su cama después de darse un baño al llegar a su casa. 

Cuando hubo encontrado la canción ideal, se puso de pie, dejando que su cuerpo se moviera por si solo, marcando con fuerza cada paso.

Eres un estúpido, Park Jisung.

Secret. [Chensung]Where stories live. Discover now