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Para Anahi, los días continuaron en una neblina de placer, Alfonso era o bien apacible e imperioso, o bien seductor y sorpresivo. El la empujo hacia donde quiso, le ataco y atormento con su lengua experta y una variedad de juguetes sexuales pensados tanto para provocar como para atormentar, pero hasta ahora la impaciencia de Anahi se hacia mas continua, durante todo el día ella llevaba vestidos sedosos que el le presentaba y vagaba por la casa con el. Ellos hablaron y se rieron, hicieron el amor con lujuria en variedad de habitaciones y posiciones, pero lo mas importante... Anahi aprendió sobre el hombre

Narra Anahi

Mi tiempo pasaba lentamente llegando al final. En el sexto día, me puse otro vestido. Era un nuevo diseño de Grecia que caía hasta mis pies, con pequeñas cuerdas de seda de oro que atravesaban el frente de mi abdomen, bajo mis pechos, estaba descalza otra vez, pero sabia que para Alfonso estaba bien, el llevaba ropa mas fácil de quitar, yo sonreí abiertamente principalmente por que andábamos desnudos por la casa

Terminamos con el desayuno rapidamente, yo sabia que el tenia algo planeado para todo el día, pero no estaba segura de que. Aunque lo comprendí rapidamente un poco mas tarde, el tenia cuatro pesos enormemente pesados de la esquina del cuarto. El los coloco en cada una de las esquinas del colchón, luego me dirigió esa oscura, dominante mirada, que prendía fuego en mi sangre

- Ultima lección-susurro el, atando una cuerda de seda sobre los anillos metálicos- quítate el vestido y ponte sobre su estomago

Un temblor de excitación sacudió mi cuerpo mientras me quitaba el vestido. Alfonso entonces abrocho una cinta de cuero en cada tobillo y muñeca antes de atarme a las cuerdas. Esto me dejo extendida, indefensa, con el justo juego en la cuerda, elevándome varios centímetros del colchón. Bajo mis caderas el coloco otra, dejando mi trasero indefenso, abierto a su fija mirada

- ¿Quién posee tu cuerpo?-susurro el, pasando su dedo a lo largo del pliegue de mi ardiente feminidad mientras su otra mano acariciaba sus nalgas-

- Yo lo hago-mi voz era áspera, estaba en la posición correcta para un castigo, no queria desaprovecharlo-

Su mano cayo sobre mi trasero con fuerza picante. Me estremecí, grite por la llamarada de calor en mi carne y profundamente dentro de mi feminidad

- ¿Quién posee tu cuerpo dulce?-pregunto otra vez-

- Yo...-grite. Lo necesitaba mas, otra vez, queria que el pusiera mi trasero ardiente, por que sabia lo que esto haria al resto de mi cuerpo, mis pechos aumentaron, me dolían-

El me pego con la mano otra vez

- ¿Quién posee tu cuerpo?-volvió a preguntar-

- Tu Alfonso... Solo tu...-la neblina de excitación estaba embotándome ahora. Su mano cayo otra vez sobre mi...

- Exacto niña, yo soy el único-afirmo-

- Dios-gemí mientras el me acariciaba-

- Nena voy a darte una pequeña sorpresa-su voz se notaba fija y caliente en mi, con un tanto de picardía mutua-

- ¿Cuál es Alfonso? Dime...-chille, para controlar mi éxtasis, mientras que el posaba sus dedos en mi- ¿Alfonso?

- ¿Recuerdas el libro por el que tu madre se puso histérica?-susurro el con vehemencia-

Temblé. Yo podia sentir la mano de Alfonso acariciándome hasta calentándome por dentro, los ojos de Alfonso siguiendo esa caricia. Mi corazon se acelero por el entusiasmo, la sangre trono en mis venas.

- ¿Alfonso...?-Estaba asustada. Deseos desconocidos iban y venían por mi cuerpo, haciendome sacudirse indecisa-

- Any-susurro el- esta no será la ultima vez que te lo pregunte... Te lo prometo, te gustara esto

La Tentación (Ponny)Where stories live. Discover now