13

2.3K 299 68
                                    

Bien, antes que empiecen a leer este capítulo me gustaría decirles que para esta parte me guie en la idea que Raura-Auslly-2995 sugirió hace mucho para una historia. De hecho, la trama de lo que está por venir iba a ser un fanfic aparte, pero pensé en lo mucho que me han insistido con escribir algo largo y los voy a complacer con ello. Sin más que decir, disfruten la lectura;
~Cassie.
Amor y luz🌻🌈🍑
-----------------------------------------

En el pueblo absolutamente nadie, a parte de los Cuthbert y los Blythe, sabían lo que pasaba entre los más jóvenes de ambas familias. Nadie sospechaba, ni siquiera Rachel Lynde, que era una mujer tan chismosa. Pero empezaron a notar la situación bastante extraña cuando poco a poco Anne y Gilbert se fueron separando.

-Se está preparando para la universidad -respondió la pelirroja cuando Diana preguntó durante el almuerzo el por qué-. No se le permiten distracciones, por lo tanto, solo hablamos cuando es necesario.

No era cierto, llevaban casi dos meses sin dirigirse la palabra. Gilbert respondía a esa pregunta exactamente de la misma forma, que tenía que estudiar mucho porque en la universidad de Toronto era muy complicado pasar, sobretodo en una carrera tan compleja como lo es la medicina. Por las noches, miraba con nostalgia en dirección a Green gables, pero notó que eses mismo día habían cubierto la ventana con tablones de madera no tan gruesos. «Está encerrada» pensó Blythe «Como un ave en una jaula de oro». Entonces comenzó a idear un plan, una forma de hacerle saber que aún la amaba sin que fuese demasiado obvio.

Solo había una manera: La cartelera que estaba fuera de la escuela.

Esa noche corrió rápidamente con los nervios de punta, no quería que nadie lo viese, garabateó unas cuantas palabras con una letra bastante distinta a la que usaba normalmente, no había ningún otro escrito, así qué sería el primero en verse cuando Josie y sus secuaces llegasen corriendo a la mañana siguiente. Efectivamente ocurrió así, chillaban de alegría cuando su amiga bajó del coche, la empujaron apresuradamente sin que esta entendiese mucho lo que estaba ocurriendo. Para ser sinceros, Anne Shirley-Cuthbert era la menos probable de todo el grupo en aparecer ahí, no porque fuera fea -Dios, ¿Quien podía decir que era fea? Le sobraba belleza-, sino por su reputación de rechazar a todo el que se le acercase. Era una de las cosas que el resto criticaba de su personalidad.

-¿Que está ocurriendo? -preguntó al ver sonreír a absolutamente todas, incluso a Jane Andrews, la cual mostraba sus dientes cada mil años.

Sabía que algo así ocurriría para ti! -exclamó Diana emocionada- ¡Ni se te ocurra rechazar a quien quiera que lo hizo!

-Tus palabras me asustan.

-Cierra los ojos -ordenó Ruby, ella obedeció. Dieron unos pasos más- ¡Ahora si! ¡Ábrelos lentamente!

El corazón le quiso estallar al ver las letras frente a ella.

-¡Estás en la cartelera! -anunció su amiga como si hubiese ganado el premio Nobel o algo por el estilo- Es una lástima que sea anónimo.

-Hemos revisado todos los libros de los chicos, ninguno tiene una letra parecida -la voz de Tillie sonaba decepcionada-, averiguaremos quien está tras todo esto, no te preocupes.

Anne se acercó y vio el papel con ganas de llorar. Miró a ambos lados, en la parte derecha las chicas estaban a la expectativa de que finalmente leyese las palabras, mientras que en el lado izquierdo y a unos metros de distancia, Gilbert Blythe hablaba con Charlie Sloane sobre un libro de anatomía que había comprado en Charlottetown el fin de semana, sus miradas se cruzaron, él asintió de una manera muy disimulada y entró a la escuela. La pelirroja quiso llorar.

-Lee -insistió Diana.

«Querida Anne, no Tuve otra elección, cuando uno está enamorado escribe y creo que Es el momento perfecto para confesAr absolutaMente todo lo que sientO por ti.
Con mis sinceros respetos;
Tu admirador secreto»

Nadie más lo notó. Ella se fijó en las mayúsculas aleatorias, sonrió y bajó la cabeza mientras sus amigas la felicitaban. Y aunque ninguna palabra hubiese salido de su boca, Anne había comprendido que su chico aún estaba ahí, dispuesto quizás a escribirle algo aparentemente anónimo cada día.

「𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 & 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Where stories live. Discover now