Capítulo 2: Barcos

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Había pasado un día desde el gran escándalo que se suscitó en la mansión, sin embargo el personal se había encargado, algunos de forma voluntaria y otros bajo ciertas amenazas de mantener toda la información en secreto. Todos recordarían ese día lluvioso y negativo en general, tal como si todo conspirara en contra de la futura felicidad de los integrantes de la familia. Podía sentirse el ambiente de tensión en el aire, después de la confesión y de verse obligado a ejecutar un plan que venía preparando desde hace mucho, el hijo menor se encerró en su habitación sin escuchar ni una palabra más de las antes mencionadas por su madre, a pesar de haberlo perseguido por los inmensos jardines de rosas, el pequeño logró perderse entre el paisaje, llegó hasta el dormitorio que compartía con Astre y se refugió entre las azules sábanas con diseños infantiles, el otro por su parte no pudo realizar ningún movimiento para ir a ayudar a su hermano, pues aún tenía pendiente aclarar algunos aspectos con su padre, ¿ambos estaban disgustados con el sistema? Por supuesto que sí, pero si querían salir victoriosos era mejor adaptarse que pasar por dificultades para pedir derechos que sabían a ciencia cierta, no tenían.

Narra Ciel

Tan pronto como terminé de escuchar los términos como todo buen caballero inglés, inmediatamente supe que tenía que ejecutar mi plan de acciones contra ellos, sí que el mundo era irónicamente cruel, a pesar de ser el más inteligente y capaz de ambos me veo rebajado a este estatus debido a mi cuerpo " inferior", vaya que la justicia funciona de forma extraña estos días, pero no hay nada que se pueda hacer, nada excepto ser más listo que ellos por supuesto, ¿qué esperarían que hiciera? ¿Que fuera directo a los brazos de mi madre o mi hermano a llorar? Por supuesto que no, ellos son piezas claves de mi juego, he estado analizando por años a todos los amigos, conocidos, socios, remitentes de cartas y asistentes a las reuniones sociales a la que he asistido y podría decirse que no hay pretendiente que no conozca como la palma de mi mano, incluso los nombres escritos en las cartas que mi padre oculta con tanto esmero en uno de los compartimentos de su escritorio, realmente sólo bastó hacer que mi hermano le hablara desde la otra habitación para escabullirme unos minutos por ellas, leerlas y ponerlas en su sitio. No existe nadie en el círculo social de Inglaterra que no conozca y ya tengo un pretexto para cada uno, no pude  evitar reír ante mis pensamiento, cualquiera pensaría que es algo exagerado pero no tengo pensado cederle mi vida a algún idiota adinerado, ni siquiera por órdenes de mi padre. La primera parte estaba marchando dentro de lo esperado, corriendo a mi habitación todos pensarían que necesitaba estar solo debido a todo el estrés y posible tristeza que la noticia podría generarme, ahora me quedaba esperar a Astre y oír su versión de la historia ya que el estado de ánimo de mi padre era crucial.

Narración normal

En ese mismo día una importante embarcación desembarcaba en las costas de Inglaterra, debido al mal clima el viaje tuvo que suspenderse a medio camino y todos los involucrados regresaban a sus residencias maldiciendo al clima y al capitán, por otro lado, el administrador de la nave estaba más que encantado de poder reutilizar las provisiones programadas para ese viaje, porque claro, si la voluntad de dios es que llueva no se pueden hacer reembolsos.
Ese hombre que muy diferente a nuestro primer protagonista, consideraba ese como su día de suerte es nuestro co-estelar, Sebastian Michaelis, pues también se ha advertido que es una historia de enfoque romántico entre ellos dos. El hombre salía de su camarote para contemplar la brisa marina, aunque era el hijo primogénito de una importante familia del este del país había pasado gran parte de su vida en países de occidente y apenas hacía un mes había regresado para reclamar su herencia luego de que su padre cayera enfermo, quedando incapaz de representar públicamente a la familia. Suspiraba mirando hacia el puerto, por fin viviría la vida para la que había nacido, si tan solo él hubiera pedido tener que quedarse el resto de sus días en una gran mansión, leyendo papeles viejos y asistiendo a fiestas aburridas, al menos podría conocer socios nuevos y vería a su madre después de tantos años en el extranjero. No sería tan malo pensaba.
Poco tiempo después se veía a un hombre con un elegante traje negro bajar de la embarcación.

Rojo y AzulWhere stories live. Discover now