Capítulo 16: Azúl grisáceo

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Se encontraban dentro de la habitación, el cubo gris que no hacía más que protegerlos de la lluvia. Un cuadro en la pared era lo único que la diferenciaba de una prisión a simple vista, este último con nada más que un paisaje pintado, un cielo azul con un par de montañas por detrás. Ambos sobre la cama, uno al lado del otro, sin decir nada, aún con sus ropas de recién casados no acertaban a moverse.

Perspectiva de Ciel:

Todo tan rápido, tan forzado, podría decirse que éramos dos marionetas caminando hacia el altar, movidos por los hilos del destino, atados mejor dicho por las decisiones ajenas y el infortunio de los acontecimientos. No es que tuviera una mejor opción, el hombre frente a mí era el único del cual podía esperar más que una relación política, pero aún en mi cabeza seguía atormentándome ¿Todo lo que decía la carta era mentira? Después de recibirla y por motivos de "seguridad" según mi padre, no tuve la oportunidad de verlo. Sería la persona con la que compartiría mi vida ¿eso no importaba? Al parecer no, lo único que le importaba a la casa Phantomhive era la fuerte alianza económica que obtendrían, se reirían al saber que su futuro yerno era un filósofo blanducho.

Era un ambiente demasiado apagado para nuestra primera noche juntos ¿así serían todas? Sebastian no parecía tener ni la más mínima intención de comenzar con lo obvio, obligatorio entre esposos y que estaba más que amenazado por parte de mi familia de hacerlo.

-¿Vas a iniciar o tengo que hacerlo todo yo?-

Le preguntaba frío al contrario, mentalizándome de que se trataba únicamente de otra obligada tarea, responsabilidad ganada por el simple hecho de existir. Después de todo mis predecesores me habían alimentado y criado para ese único propósito, un cerdo para el matadero, quién lo diría.

Más después de esperar, mucho diría yo, el pelinegro no movía ni un dedo ¿Era que no entendía lo que proseguía? Suspirando me levanté, aún con el traje de bodas puesto, subía mi delgada figura gateando sobre la cama, sentándome sobre las piernas del alfa, y liberando feromonas a voluntad por toda la pieza, a la perfección como Alois me había sugerido. Si quería una señal mayor a esa era claro que me había casado con un idiota.

Perspectiva de Sebastian:

Un incómodo momento en lo que ahora serían nuestros aposentos, vaya anfitrión de cuarta que eres, Michaelis. Era obvio a simple vista que la lúgubre fachada de tu patética casa lo iba a asustar, lo que Ciel necesitaba ahora era recostarse y descansar ¿Cómo podría hacerlo en una habitación como esa?

Las dudas de la decoración tomaban el control de mi mente cuando de pronto escuché la voz infantil llamarme, ¿Quería que hiciera algo? ¿Qué? ¿Tenía planeado hacer el amor esa noche? ¿No estaba eso en contra de sus principios? Desgraciadamente los razonamientos con claridad de mi mente no durarían mucho, pues un intenso olor a chocolate amargo llegó a afectar mi olfato y mandar todo al carajo.

Narración normal:

Ciel había decidido dar inicio, condenando a su propio ser a la mayor tortura y al mayor goce que había experimentado en su corta vida. Prácticamente sin experiencia y únicamente con los conocimientos que cierto omega rubio de había aportado, pretendía cumplir con sus "deberes maritales" propiamente. También evitando un resultado desagradable como sería tener un hijo a esa edad o quedar marcado de un completo cretino, pasaba sus finos dedos por última vez sobre esa superficie metálica. Rogaba por que su par no le pidiera que se lo quitara, pues obviamente al negarse recibiría más sufrimiento que placer, o por lo menos eso era lo que Alois le había dicho.

-Ciel... no puedes hacer algo como esto... ¿Sabes cuán peligroso es para ti el estar encerrado conmigo en este estado?-

Cuestionaba el de mirada carmesí desviando esta misma del rostro angelical del menor, apretando los puños sobre el blanco edredón de la cama que compartirían, a lo que el supuesto ángel en tierra respondía tallándose aún más sobre sus piernas, dando unas últimas palabras antes de perder el control.

-Lo haremos lo más rápido posible ¿Entiendes? Solo necesito que me penetres lo suficiente como para dejar tu aroma en mí y así terminar de pagarle a mí familia por haber nacido de este modo.-

Decía el niño con un notorio semblante de tristeza, que rápidamente disimuló a uno de formalismo, como si acostarse con alguien no fuera diferente que firmar un documento de propiedad. Sus azules ojos se desviaban hacia abajo, sin mirar directamente a su amado comenzaba por quitarse su saco blanco, para luego desabotonar los primeros ojales de su camisa.

-Aguarde, señorito no puede hacer eso... Ciel mírame, no debes hacer eso si no lo deseas. Podemos quedarnos conversando por el resto de la noche, no te sientas presionado.-

Advertía el pelinegro ya con una mano sobre la cintura del pequeño omega.

-¿Ahora ya no me deseas? Tómalo como un premio por tu ayuda, si no fueras tú habría sido cualquier otro idiota. Quiero... hacerlo, no hay problema.-

Decían por última vez los labios del ahora marqués a la par que hacían contacto con los de su esposo, al principio siendo este un beso cariñoso e inocente para después subir el tono de las acciones, haciendo danzar sus lenguas en un baile más que satisfaciente para ambos, siendo para sorpresa del mayor, el omega quien tomara la iniciativa, se besaban en absoluta sincronía, separándose únicamente por la falta del tan preciado oxígeno dador de vida. Volvían a juntarse después de esos efímeros momentos para repetir la acción, acercando su cuerpo una vez más cada que sus belfos volvían a unirse, ambos gozaban con absoluta libertad lo que el otro les estaba ofreciendo, el mal humor de Ciel pasó a un lado en unos cuantos instantes más. Ahí estaban, confundidos y aferrados el uno al otro.  Listos para iniciar con la ceremonia post-boda pero tan aterrados que ninguno se atrevía a dar el primer paso, vaya que estar atados en una relación de por vida era desgastante. Pero pronto nuestros protagonistas averiguarían, por primera vez lo que era "amarse" el uno al otro plenamente.




Sí, el lemmon está en la parte siguiente, ya está lista pero la subiré mañana ( o pasado)

Creí que era necesario un capítulo previo como este.

Rojo y AzulWhere stories live. Discover now