12. Pétalos

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Después de eso Senku me llevó hasta mi casa, fuimos caminando a pesar de que estaba algo lejos.
Conversamos alegremente todo el camino,  al cabo de más o menos una hora finalmente llegamos a la reja exterior de mi casa.

- Bien, llegamos. Será mejor que entres, ya es algo tarde y mañana si tenemos que ir a la escuela.

- Ah, lo sé, ¿Quieres que te llame un taxi o algo?

- No te preocupes, Byakuya va a pasar a recogerme pronto.

- ¿Tu padre no había vendido su auto?

- Sí, pero se consiguió uno de segunda mano hace poco

Abracé un poco el tiburón de peluche, me sentía algo mal por no poder a Senku de regreso a su casa.

- Cierto, tu chamarra...

- Ah, está bien, puedes devolvermela mañana

Las luces de un auto se alcanzaron a ver cerca, Senku dijo que probablemente se tratara de su padre.

- Nos vemos, espero que te la hayas pasado bien

Me revolvió el cabello gentilmente y me hizo una seña con su mano mientras se alejaba.
Lo observé unos segundos antes de finalmente abrir la reja y dirigirme a la puerta de mi casa, miré sutilmente sobre mi hombro, las luces del auto ya habían desaparecido por lo que supongo que ya se fueron.

Suspiré y entre a casa. Hibe de inmediato salió a recibirme con sus típicos maullidos desesperados por alimento.

Me arrodillé para estar más a su altura y saqué de mi bolsillo el juguete que le había comprado.

- Mira lo que te compré Hibe...

Sacudí el ratón por la cola, pero el gato siguió maullando insistentemente por comida. Suspiré y dejé el peluche junto con la chamarra de Senku en la sala antes de ir a la alacena por su bolsa de comida.

- Que raro que tengas hambre, normalmente te la pasas cazando ratones o a los pobres pájaros que te encuentras en el bosque, incluso te he visto comer insectos

Me quejé mientras iba a llenar un vaso con agua, subí a la mesa de la cocina los dos platos de Hibe, le llené uno con croquetas pero cuando iba a vaciar el contenido del vaso en el otro un repentino mareo me hizo agarrarme a la mesa y derramar un poco.

- Ah, mierda...

Apenas duró un momento pero aún así fue una sensación desagradable. Me apresuré a llenar el plato del gato con agua y me agaché para dejarlos en el suelo, Hibe de inmediato se acercó a comer, pero al cabo de un momento volvió a maullar.
Maldita sea me duele la cabeza.

- ¿Qué pasa? ¿Ahora qué...?

Hibe me miró mientras se paraba al lado de su plato de agua, me fijé en él.
El agua en su interior parecía estarse coloreando de rojo poco a poco, miré confundido eso hasta que una gota cayó sobre el agua, aportando más color y oscureciendolo más.

Tardé menos de un segundo en saber de dónde venía la sangre y me llevé la mano a la cara, sentí algo caliente y húmedo entre mis dedos. Agarré el plato del gato y me apresuré a tirar el contenido por el fregadero, inmediatamente después abrí la llave y comencé a lavarme la parte superior del labio.

No puedo creer que me esté sangrando tanto la nariz, y encima que no me haya dado cuenta.

Cuando me hube lavado decentemente me apresuré a ponerle más agua limpia al plato antes de irme a sentar a la sala.
Apreté mi nariz para intentar controlar la hemorragia, maldita sea...mi cabeza...

Dejé de hacer presión al cabo de un rato y me acosté en el sofá, tengo frío pero no me quiero mover.

- ¡Meow!

Hibe comenzó a querer jugar con mi mano, lo deje hacerlo pero en un momento simplemente la mordió muy fuerte y lo hice a un lado bruscamente.

- ¡Maldito gato!

Miré molesto a Hibe, pero a los pocos segundos me sentí terrible por gritarle y apartarlo de esa manera. Tomé su ratón y lo moví un poco, el se acercó para atraparlo y lo solté para que jugara con él.

- Lo siento Hibe, no me-...

Mi disculpa se vio interrumpida por un repentino y brusco ataque de tos. Me llevé la mano a la boca mientras sentía una terrible sensación de náuseas, corrí al baño en la primera planta como pude mientras unas insistentes punzadas en mi pecho me hacían dolorosa la tarea de respirar.

Apenas llegué me arrodillé sobre la taza del baño y arrojé mis lentes a mi lado en el suelo, la sangre ya había comenzado a escurrir un poco entre mis labios cuando finalmente me agaché a vomitar, aunque lo más correcto sería decir que me agaché a sufrir múltiples e intensas arcadas al mismo tiempo que tenía unos espasmos desagradables por todo el cuerpo.

Cuando al fin después de un par de eternos minutos así pude sacar una mezcla extraña de bilis con sangre me quedé sentado en el suelo, solo sosteniendome por la taza del baño mientras temblaba incontrolablemente.

Tuve un par más de arcadas aisladas, pero lo único que saque fueron pétalos, varios pétalos.
Jadee en busca de aire mientras lloraba, la garganta me escocia terriblemente cuando inhalaba o gimoteaba.

- Mmh..gha...

Maldita sea, no puedo ni hablar, me duele tanto cunado lo intento...
Ya ni digamos ponerme de pie, siento que mis piernas son de gelatina, y mi maldita cabeza...

Noté que estaba sudando, lo suficiente como para que el cabello se me pegara a la frente.
Me arrastré hasta el cajón debajo del lavabo, si no me acordaba mal ahí teníamos un termómetro.

Cuando lo encontré lo encendí y me lo puse bajo la axila, casi al mismo tiempo mi celular comenzó a sonar. Llevé una mano temblorosa a mi bolsillo y en cuanto ví quien era maldije en voz baja. Respire profundamente un par de veces e intenté estabilizar mi voz antes de finalmente contestar.

- Hola papá, ¿Co-como están?

-Soy yo quien marcó para preguntarte eso jaja, tu voz se escucha algo cortada, ¿Todo bien?

- Sí, solo salí dar un pases y pu-pues ya sabes que no hay muy buena señal

- Cierto, perdona por no haber llamado antes, realmente estamos ocupados por aquí, imagínate, tu madre cayó dormida en cuanto llegamos al cuarto que nos proporcionaron.

- ¿En serio?

Hablé un poco más con mi padre, no me contó mucho (técnicamente nada) de la enfermedad, pero me platicó un par de cosas divertidas que les habían ocurrido.

-...y nunca volvimos a ver qué llevara de nuevo esa corbata.

Me reí, aunque casi de inmediato tuve que parar cuando sentí que iba a comenzar a toser de nuevo. El termómetro soltó un pitido y lo tomé.

- Bueno, por allá es más tarde que acá así que debería dejarte dormir, mañana tienes escuela, ¿verdad?

- Si

- Suerte, pórtate bien, dices que todo está en orden, ¿No?

Miré el termómetro, la pantalla en medio de él marcaba el número "38". Conque fiebre...con razón.

- Si, todo bien por acá.

- De acuerdo, ya sabes que puedes enviarnos un mensaje o llamarnos si algo sucede

- Lo sé papá, descansa

- Tu igual

Colgamos la llamada y dejé el celular a un lado, será mejor que vaya buscar unas medicinas para la fiebre...y que me ponga a limpiar el baño

Solo Es Ciencia/ -Senku X Male Reader (Hanahaki Disease)- Where stories live. Discover now