S Y N; Hawkids

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Pedido de TangerineVanilla

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Pedido de TangerineVanilla.
Pareja: Hawkids (Kid x Hawkins).
AU universitario.

Por alguna razón, el sonido ambiente de la biblioteca le era reconfortante

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Por alguna razón, el sonido ambiente de la biblioteca le era reconfortante. Los pasos de los recién llegados, los susurros compartidos y el chasquido irregular de las teclas componían una sinfonía que lo hacía sentir reconfortado y acompañado en medio del sufrimiento que provocaba el trabajo de fin de grado. Eustass Kid no se consideraba un romántico ni un sentimental, pero toda ayuda era poca en mitad de la experiencia más espeluznante de su vida universitaria —si obviaba los desastres sanitarios que resultaban ser los pisos de estudiantes—.

Sus ojos fijos en el portátil, ya cansados e irritados por el brillo de la pantalla, se perdieron en los pasillos de la entrada cuando escuchó a otro recién llegado. Actuó de forma mecánica, como cualquier persona que buscaba una distracción de elegir bibliografía y tomar apuntes de esta. Fue así como no pudo evitar tensarse e incomodarse al ser descubierto con aquella mueca indiferente y hostil por Hawkins. Sus ojos rosas se habían clavado en él como un punzón de un muñeco vudú y lo último que deseaba era que malinterpretase aquello y que la ya mala situación empeorase. De todas formas, prefirió no darle más vueltas y saludarlo con un asentimiento de cabeza que fue rápidamente correspondido.

Basil Hawkins era uno de los estudiantes con los que más coincidía en aquel semestre y en algún momento se convirtió en la persona con la que más se relacionaba académicamente. Por ello no le extrañó que tomase asiento a su lado y sacase su portátil y sus libretas —perfectamente ordenadas y pulcras— para comenzar a trabajar. Si Kid ya se consideraba a sí mismo tosco y conciso, Hawkins era todavía peor. Su frialdad y su mala lectura del ambiente rayaban en el trastorno, mas las advertencias cayeron en saco roto; era el tipo de persona que pensaba que los psicólogos y los psiquiatras eran cosa de locos.

Kid, el estudiante desastre, capaz de aprender un tema en un día pero con la concentración de un perro hambriento, se pasó las manos por el cabello pelirrojo y volvió a atar la bandana negra; algunos mechones interrumpían su campo de visión y tenía más facilidades para distraerse. En todo el proceso, no percibió ni un mísero intento por parte de Hawkins de mantener una breve conversación. A pesar de que fuese bastante callado, eres un hombre muy educado, por lo que no pudo evitar desviar la vista hacia él.

Su ordenador aún estaba en proceso de encenderse y las libretas, ya dispuestas de forma estratégica para comprender la mayor información posible, cubrían toda la mesa. Los ojos rosas de Hawkins estaban clavados en una de ellas, sin detenerse a la hora de colocar los subrayadores y los bolígrafos por tamaño y color. Llevaba el cabello rubio y lacio suelto a la espalda y su piel, ya pálida de por sí, parecía mimetizarse con las paredes blancas de la biblioteca. Los tatuajes negros de formas triangulares sobre sus cejas y con forma de cruz griega entre las clavículas eran lo único que aportaba algo de expresión a aquel rostro imperturbable. Lo siguió observando un largo tiempo, esperando una reacción, aunque se tratase de una mueca de molestia por incordiarlo de aquella manera, pero nada sucedió.

Si fuese una persona funcional y comprensiva, Kid se sentiría culpable de la tensión que se acumulaba en el aire y le comentaría de salir un momento para charlar sobre lo que ocurría. Por desgracia, él no lo era y no daría el brazo a torcer por una persona que ni siquiera le importaba.

Desde que había comenzado el semestre, Hawkins y Kid habían mantenido cierto tipo de relación sexual casual. Nunca habían hablado seriamente sobre el tema, simplemente ocurrió en una cena de inicio de semestre que organizaban los alumnos, que tenían complejo de personajes de una película americana —aunque siempre disfrutase de aquellos encuentros, Kid era consciente de que no era lo habitual en la universidad, con estudiantes muy dispersos y en grupos cerrados y horarios imposibles de coordinar—. Aquel encuentro fue el primero de muchos porque, por una razón desconocida, eran muy compatibles sexualmente. ¿Quién habría pensado que un hombre que daba la impresión de que iba a ser virgen para siempre podría besar así?

Después de cada noche juntos, a la mañana siguiente hacían como si nada pasase. Su relación era meramente carnal y tampoco sentían tanto interés en el otro como para alargar aquello más de lo necesario. Y precisamente por aquella actitud todo se había derrumbado: si solo eran cuerpos sin emociones, se estaban utilizando mutuamente. Aquella imagen mental que tenían los vírgenes del "sexo sin compromiso" resultaba asquerosa, sobre todo porque la mayoría ponía el deseo por encima de la empatía y la amabilidad. Nadie esperaba que le fuesen a pedir matrimonio, pero sí que se necesitaba algo más que un saludo y una despedida para que aquello no pareciese una mera transacción.

Un día, Kid y Hawkins hablaron sobre aquello tras otro encuentro fortuito y pusieron las cartas sobre la mesa. Como sucedía siempre con ellos, la conversación fue breve y un "de acuerdo" fue lo único que brotó de los labios de Hawkins. A Kid no le importó porque no dejaba de ser la actitud normal de su compañero, pero cuando, a la fiesta siguiente, volvieron a terminar coqueteando de la misma forma que siempre, supo que no era él el único que se estaba dejando arrastrar por aquella atracción malsana.

Y aquel era precisamente el día siguiente al despertar a su lado en la cama... Habían vuelto a fingir que nada pasaba, que no tenían una conversación pendiente y que no dependían el uno del otro. Pero Kid ya estaba harto de tirar él solo de la diplomacia —¡él, que en su época en el instituto fue expulsado varias veces por arreglar todos los problemas a golpes!—.

Si algún día a Hawkins le interesaba arreglar la situación, quizá se lo pensaría, pero a partir de ese momento no pensaba dirigirle la palabra ni pasar más tiempo con él fuera de lo estrictamente necesario. Si el diálogo no funcionaba, cortaría el problema de raíz.

Iba a llevar esto por un camino diferente, pero de repente Kid habló por mí y pues como quería escribir algo en formato drabble/viñeta, pues me venía de perlas

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Iba a llevar esto por un camino diferente, pero de repente Kid habló por mí y pues como quería escribir algo en formato drabble/viñeta, pues me venía de perlas. Siempre me produce mucha curiosidad esa dualidad de Kid en los fanfics tonto/gamberro - serio y meditabundo/maduro. Es lo que yo considera una fase adolescente y una fase adulta (?, así que no suelo tocar mucho al Kid joven y gracioso que se burla de todo el mundo. Aquí intenté dejar ver un atisbo de su evolución de un extremo a otro, con un Kid confuso de sí mismo y de los demás, pero aprendiendo a discernir qué es lo que se esconde detrás de cada elección personal. No sé para qué suelto este tostón, pero como es mi CC y las notas de autora solo las leo yo, pues YHLQMDLG, como dijo Bad Bunny.

Blue.

Color Club: Blood; One PieceWhere stories live. Discover now