17: Los huevos de Vegetta

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Había una única verdad absoluta en Karmaland, y esa era:

LOS DIOSES IMPONEN LAS NORMAS.

Esto significa que mientras estés en los límites de Karmaland, tu culo es propiedad de dioses arbitrarios, caprichosos, y con una enfermiza obsesión por el bobeíto.

Los guardianes de estas normas no eran distintos en nada a estos dioses. Sus héroes estaban igual de trastornados que ellos.

NADA MÁS PERFECTO.

Los Dioses habían probado muchas veces a crear su idílico reino, pero siempre fracasaron, hasta encontrar a Vegetta. Lo pusieron a prueba, cientos de veces, y superó cada una de ellas.

Merlon, enviado de los dioses, fue el encargado de ir a su encuentro e informarle de cómo había sido retado por dioses, y que tras triunfar en todas sus pruebas, debía volver con él y crear un reino digno de ellos.

PERO VEGETTA NO PODÍA. NO SIN RECUPERAR A WILLY.

Merlon sonrió aquella vez, pues el nombre no le era desconocido. Los dioses también habían probado a ese chico... pero él se había reído de sus pruebas, una y otra vez, como si supiera de ellos y sus intenciones y se negase a seguirles la corriente, como si fuera él quien los estuviera probando a ellos y no fueran suficiente para Willy. Los Dioses, desesperaban por Willy, por supuesto que accedieron a abrazar a un hijo rebelde. Vegetta, sin saberlo, les dio la oportunidad de conseguirlos a ambos y los Dioses, sin saberlo, le dieron a Vegetta la oportunidad de restaurar su, más que amistad, con Willy.

No mucho más tarde, Luzu, Alexby y Staxx, llegarían respondiendo a la llamada de sus amigos de infancia. Los Dioses estaban encantados con sus cinco bobitos hijos.

Pasó el tiempo y Karmaland creció, cayó, y se reconstruyó más de una vez, perdiendo vidas por el camino que marcarían a los elegidos: perdieron a Staxx. Nunca fueron suficientes héroes. ni lo volvieron a ser después de aquello.

Karmaland y los elegidos cerraron sus heridas con el tiempo, y para cuando los híbridos llegaron buscando sobrevivir a la persecución de los lobos, encontraron a los Dioses con los brazos abiertos. Fueron bendecidos y convertidos en héroes, sin importar si lo merecían, porque los Dioses amaron su naturaleza desde el principio. En especial la de cierto oso compra almas, que se llevó barato las de los Dioses. Ellos adoraron su descaro al instante cuando se auto declaró su favorito. Y desde luego que lo era.

Por eso, por ser híbridos amados por los Dioses, no importaba cuanto pidiese Rubius, se le era dado. No importaba cuanto destrozo provocara Fargan, se le era perdonado. No importaba cuantas personas matara Lolito, los Dioses miraban a otro lado.

PORQUE LOLITO...

                                                                           

Mangel volvía agotado de las obras de reconstrucción de Karmaland. Caminando tranquilo, respiró con fuerza el olor a mar que le llegaba desde el interior del hogar. Sonrió aliviado. Su niña estaba en casa de vuelta de su misión oscura, y todo había ido bien.

-¿Mi niña? -se anunció al entrar.

Lolito apareció con una dulce y preciosa sonrisa... abrazando a un pollo.

-¿Ese es Frederick? -Mangel tuvo unas enormes ganas de cenar pollo. De cenarse...

A ESE PUTO POLLO.

-Si... la misión de la Hermandad Oscura... ya sabes.

-¿Te pidieron secuestrar a Frederick?

-Y hacerle una putada a Auron.

Olor a manzanaWhere stories live. Discover now