Sweets to the sweet | ym

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Yoongi cuelga la llamada cuando le asegura a Hoseok que llegará temprano a la junta. Jimin se encuentra sentado a su lado, mordiendo sus lindas uñas y mirándolo fijamente.

— ¿Qué vamos a hacer si se trata de nosotros?

Yoongi no sabe qué responder.

— Es muy probable que nuestras empresas lo nieguen.

— ¿Y tú quieres que lo hagan?

— Si es por protegerte, creo que es lo mejor, primor.

Jimin siente miedo, impotencia y ganas de llorar. Se supone que, pasando un año de su debut, no habría problema alguno con tener una relación con alguien, o eso es lo que él quiere suponer.

— Yo también creo que es lo mejor — corresponde a las palabras de Yoongi y trata de tragarse el nudo en su garganta — ¿Y si las pruebas son demasiado claras?

— Entonces no habrá más que aceptar lo que venga.

Yoongi también se siente triste y la incertidumbre le carcome la mente a cada segundo.

— ¿Vas a terminar conmigo? — Pregunta Jimin, con la voz temblándole y la mirada húmeda.

— ¿Qué? No, Jiminie — Yoongi se apresura a tomar su rostro y besarlo brevemente — Jamás te dejaría, y menos por un asunto como éste, pero debes pensar mejor las cosas. Yo no valgo tanto la pena como para que dejes a un lado la carrera por la que tanto luchaste.

— ¿A qué te refieres con eso?

— A que luchaste por tener esto, Jimin; tus desvelos, el agotamiento, los años de entrenamiento. Yo no soy más que un capítulo en tu vida, así que es muy probable que nos separen contra nuestra voluntad. Mi compañía no tendría problemas con ello, pero la tuya es más estricta. ¿No preferirías mantener en limpio tu historial?

Jimin lo mira serio — No seas un tonto, Min Yoongi. Te prefiero a ti.

Yoongi también prefiere a Jimin sobre todas las cosas, así que se mantienen ahí, abrazados en medio de la cama hasta que el mayor de ambos decide que es tiempo de irse, pues tiene una junta importante por la mañana.

Jimin lo despide después de una sesión larga de besos en la puerta de entrada, asegurando que, pase lo que pase, aún si pierden su fama, estarán siempre juntos en esto.

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Yoongi se encuentra sentado en la sala de juntas al lado de Hoseok y Namjoon; Minji está frente a él, con la mirada perdida en la puerta principal mientras esperan a Bang Sihyuk, sus representantes y el encargado de comunicación de la empresa.

— Por la mierda, qué nervios — murmura Hoseok con una sonrisa, tratando de ocultar un rostro de preocupación.

— Tú no tienes que preocuparte de nada, bobo — Dice Namjoon — Tú nunca haces nada malo.

— Me subestimas, Joonie.

Yoongi mira atentamente a Minji, quien se muerde los labios gruesos y sin su lindo brillo de siempre. Todavía recuerda cómo era una chiquilla tan traviesa y el mundo la convirtió en alguien tan desconfiada.

— ¿Qué piensas, Mingkki?

— Estamos en igualdad de condiciones, Yoon. Ambos sabemos que los afectados seremos uno de los dos con nuestras parejas.

Antes de que Yoongi pueda responder algo más, Sihyuk entra por la puerta junto con otras autoridades, sentándose justo en medio de Minji y Yoongi, en el puesto principal. Las otras personas se sientan alrededor y un mánager trae consigo una pila de papeles.