Amar sinónimo de debilidad

Capitulo 10.

Me encontraba en un cementerio, con preocupación observé a todos lados, dándome cuenta que la oscuridad predominaba.

— Hermione...— murmuro un voz a mi espalda.

Con el corazón palpitando a mil, me gire encontrándome con esa persona que hacía mi ser vibrar con su sola presencia.

— ¡Cedric!— exclamó con lágrimas en los ojos.

Sin importarle nada, corrió a los brazos del joven, pero antes de que pudiera llegar este se desvaneció.

— Eres la bruja más inteligente de tu generación...— comento con alegría otra voz desde la penumbra.

Sollozando busco con la mirada al dueño de esa voz, encontrandolo recostado sobre un árbol.

— ¿Sirius?...¡Sirius!— grito levantándose para ir donde él, pero nuevamente antes de que llegará este se desvaneció.

La cabeza le dolía horrores, pero no sé comparaba con el dolor que sentía en su corazón.

Todo comenzó a girar y la vista se le ponía borrosa.

Sintió un fuerte escalofrío por todo el cuerpo, observo como las cosas comenzaban a congelarse.

«Dementores» pensó con preocupación buscando su varita, pero no la encontró.

Cientos de dementores se acercaron a ella, provocando que cayera. Podía sentir como esos seres sin alma se robaba sus recuerdos más valiosos.

En su mente solo podía oír el grito desgarrador de una mujer, que la atormentaba.

— ¡Expecto patronus!— exclamó una dulce voz femenina.

El patronus de la mujer, era corpuleo con forma de un hermoso gato que espanto a los dementores.

— Tienes que ser fuerte, Hermione— dijo la misma voz besando su coronilla

— ¿Madre...?

Despertó sudando frío, su respiración estaba acelerada podía escucha el pum pum de su corazón.

Intento dormirse otra vez, pero el recuerdo de aquella horrible pesadilla no la dejaba tranquila.

Agobiada de no poder dormir se levantó de la cama, camino al baño se dio cuenta que la puerta del cuarto se encontraba abierta.

No le dio importancia y siguió avanzando, pero su curiosidad pudo más.

Con la adrenalina al mil saco su cuerpo por la puerta, se dio cuenta que era un pasillo muy grande.

Con cautela avanzo por el pasillo, en las paredes podía apreciar muchos cuadros e incluso dudo ver una obra de Picasso.

Al final del pasillo encontró una gran puerta, el doble de grande de roble.

En la parte superior observó un letrero de oro que estaba delicadamente tallado con la palabra «Biblioteca»

Hace mucho que no leia algo nuevo, los pocos libro que están en el cuarto los había absorbido como si de agua se tratara

Con la mano empujó la pesada puerta, daba gracias a Merlín que no haya rechinado, estaba segura que en lo se que dice quidditch la hubieran descubierto.

Una vez a dentro sus ojos tomaron un brillo.

Era la biblioteca más grande que jamás había visto.

Con asombro y muy emocionada avanzo hacia unos de los pasillos.

Con sumo cuidado como si de un bebé se tratara acaricio los lomos de los libros.