Amar sinónimo de debilidad

Capítulo 13

La noche había llegado a Grimmauld place, todos dormían plácidamente, exepto un par de amigos que buscaba escabullirse en la penumbra de la noche.

— Con cuidado, Ron. Harás que nos descubran — murmuro Harry preocupado.

— No lo harán, están todos dormidos— aseguró Ron fijándose dónde pisaba para no hacer el menor ruido.

Ambos bajaron las escaleras, y parecía que a propósito estás rechinaban.

Al escuchar un ruido conjuraron un "Lumos".

— ¿Quien anda ahí?— dijo más alto de lo necesario Harry.

Un nuevo ruido se escucho y dirigiendo la luz al lugar proveniente, vieron que era nadie más que Karcher.

El elfo gruñón tenía arrugada las orejas, temeroso a qué le hicieran.

— ¿Acaso nos espías?— pregunto en tono de reproche Ron.

— N-no...solo es.. escuché un ruido— respondió Karcher temeroso.

Harry observo que Karcher tenía las manos vendadas, como si se hubiera echo daño en ellas.

— ¿Por qué te lastimaste las manos?— Preguntó Harry curioso.

El elfo ahogó el llanto.

— Kracher debía castigarse por a ver traicionado a la ama y el amo Regulus — sollozo el elfo.

El pobre elfo solo observaba a Harry y Ron, debatiendo con sigo mismo, sobre si decirle que fue el quien le contó a los demás elfos que su amita Black había vuelto, lo que había ocasionado que los demás elfos comenzarán a comentar sobre la aparición de la heredera de Regulus Black, y sus amos, la mayoría mortifagos, se enterarán.

— Kracher tiene la culpa de que la ama....

— ¿Que están haciendo? — interrumpió Ginny a los pies de escaleras.

Harry y Ron solo se dieron una mirada.

—Nada Ginny, vete a dormir — ordeno Ron a su hermana.

— No, primero díganme dónde van — dicto la pelirroja.

— Ginny vete a dormir ¡Ya me estás colmando la...!

—Desmaius — hechizo Harry sorprendiendo a Ron.

—Harry....

—No tenemos tiempo, Ron — demandó el azabache — . Debemos irnos.

El chico solo observo a su hermana tirada sobre la escalera, negando siguio a su amigo que lo esperaba.

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Sirius no podía apartar sus ojos del pequeño que tenía frente a él.

«Nathan» ese era su nombre.

El pequeño castaño se acercó a él y tiro de su pantalón.

— popo — balbuseo Nathan apenado.

— ¡Clara!. ¡El niño se cago!— medio grito Sirius.

«Demonios» maldijo mentalmente al recordar que está se había ido a hacer las compras.

Ni modo, debía cambiarle el pañal el.

Nathan levanto los brazos para que lo cargará. Sirius lo tomo en sus brazos, se sentía raro cargarlo.

Con sumo cuidado lo dejo sobre el cambiador y busco las toallas húmedas y un pañal.

Miro alternativamente al niño que se encontraba chupando su dedo y luego a el pañal que tenía en su mano.