○ Capítulo 7 ○

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— ¡No me grites, Lily! —Haniel me tenía en la mira. Aun cuando sus ojos parecían cansados, su voz resonaba por todo el lugar.

Respiré y solté.

— ¡No te estoy gritando! Solo te pregunte como puedes estar tan calmada ¡Estamos en el maldito infierno! —Al moverme, me volví a quemar las muñecas con las cadenas.

— ¿Fue mi culpa? Estoy así porque estoy esperando que idees un plan, ya que, tú nos metiste en este lío —Suspiró cayendo hacia atrás pegando su espalda al poste.

—Está bien, lo siento si —La mire intentando calmarme —Solo quería ayudar. Creí que era buena idea.

Antes de que pudiera responderme, escuchamos ciertos aplausos y unas risotadas.

—Que gracioso es escuchar a chicas pelear —Un chico bajaba volando de un risco que estaba más arriba de nosotras. Era un ángel, bueno, en este caso, era un demonio.

Parecía ser un niño, tenía cara de bebé. Pero era muy alto.

—Un gusto conocerlas, señoritas. Mi nombre es Acatriel, soy el juez de este lugar. Yo voy a arbitrar sus acciones, antes de que pasen a la sentencia de Lucifer.

Sentencia. ¿De qué estaba hablando? Si no habíamos hecho nada.

Haniel me mira de reojo, no sabía que quería expresar, pero supuse que me decía que no dijera nada. Así que eso hice.

—Efectivamente, los hechos que se les acusan son de asesinatos a la alta clase de ángeles y robo de objetos preciados de la élite angelical —Su rasgos parecían ser casi perfectos, con la excepción de sus ojos, que eran de color rojos. Hacían sentir que estaban frente al mismo diablo. Pero no —Además, no queremos que sigan viviendo. Eso claramente significaría nuestra destrucción.

Tenía una actitud altanera, arrogante. Y sus alas le daban razón para ser así.

Eran de un color anaranjado brillante, con destellos rojos por todos los bordes. Sobrepasaban su cabeza y lo hacía ver más alto de lo que era.

Pero a pesar de lo cautivadoras que eran sus alas, mi mente divago hasta encontrar a que se refería con "asesinatos a la alta clase de ángeles" y con "robo de objetos preciados de la élite angelical" y era más que claro. Estaba hablando de los ángeles mayores y de las Sagradas.

—Primeramente, no puedes venir y decir que los ángeles mayores son los inocentes, porque son los que más han hecho daño —Haniel se enfureció y le levantó, aún pegada en el poste —Y las Sagradas no le pertenecen a esos demonios. Fue un regalo para mi padre y ustedes las robaron.

Vi de lejos como algo le recorría la mejilla. Parecía ser sudor, pero yo sabía bien que eran lágrimas. De rabia, furia, enojo. Todo lo que la injusticia deja sentir.

—Querida, lo ángeles mayores son igual que ustedes, más poderosos obviamente, pero no son demonios —Acatriel le sonrió seguro de sí mismo.

Haniel suspiró.

—Querido, no sé cuánto sabes de este lugar o cuánto tiempo llevas, pero sí sé cuánto no sabes —Ella tenía una mirada osada, que logró hacer temblar a Acatriel —Yo vi exactamente cuando esos demonios tomaron una forma humana, para auto proclamarse ángeles mayores.

Acatriel quiso defenderse.

—Cuidado...

—No, cuidado tu —La situación era más sofocante e incómoda que el mismo lugar en el que estábamos —Al parecer, te han escondido muchas cosas, ¿Estás seguro que les debes esa lealtad que manifiestas?

Un Ángel Sagrado © (LIBRO 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora