De mi vuelve a enamorarte (Completa ✔️)

Capitulo 4: Guardia baja

Escuche que Javier lanzaba una maldición.

Me estremecí en cuanto la imagen de Abraham, con la mano levantada, listo para pegarme se hacía presente en mi cabeza. En ese mismo instante intente que se esfumara de mi mente. ¿Qué habia hecho? Esperaba no haber dicho su nombre en alto, no quería que Javier supiera lo que me habia pasado. Habia sentido el mismo terror que sentía cuando Abraham me acorralaba en alguna habitación para darme una "lección" como el solía decirlo. Sabía que él lo disfrutaba, disfrutaba verme aterrada, disfrutaba que le rogara, disfrutaba agredirme.

El habia prometido, amarme y respetarme, a cuidar y velar por mí, lo habia jurado frente a muchas personas esa tarde frente al juez, pero eso nunca paso, en su opinión yo era una inútil la cual se merecía cada una de sus reprimendas, fuesen físicas o verbales.

Nadie merece ser tratado de esta manera. Recordé las palabras de la enfermera cuando intentaba explicar mis cortes en la ceja y el labio. Por más que intente explicar que solo habia sido un accidente ella no me creyó. Enseguida me dijo que podía pedir ayuda, que existían muchas organizaciones que podían ayudarme. Pero no dije nada, seguí insistiendo que solo habia sido un accidente.

Mire a Javier y me sentí mal al ver la marca de mi mano en su rostro. ¿Qué era lo que me habia pasado? Esto no me hacia mejor que Abraham. Mi enojo no era excusa para golpear a alguien.

Me sentía avergonzada, ¿Por qué habia hecho eso? ¿Por qué habia reaccionado así? Mi matrimonio me habia convertido en alguien que yo no era. Me sentía totalmente apenada y culpable.

No sería nada extraño que Javier quisiera golpearme en ese momento, sentía que lo merecía. Así que enseguida cerré los ojos esperando que lo hiciera. Pero para mi sorpresa el no hizo nada, cuando abrí los ojos, note que él me miraba de una forma la cual no podía describir.

De nuevo lanzo una maldición, pero extrañamente no habia agresividad en su voz.

- ¿A caso me tienes miedo? -Pregunto. Note que habia duda y rabia en sus ojos, pero algo dentro de mí, sabía que no era dirigida hacia mí-. ¿Crees que te voy hacer algo?

El hablaba en voz baja, como si no quisiera perturbarme. Su tono era preocupado y consolador. Inmediatamente rompí en llanto sin poder evitarlo.

No sabía que contestar, me sentí, apenada, indefensa, enojada. Tampoco podía parar de llorar, no quería que él me viera de esta manera así que me tape la cara con las manos.

Me puse tensa cuando sentí que me levantaba en brazos, me deposito en un sillón que estaba cerca de un enorme ventanal.

-Suéltame -intente decir con las pocas fuerzas que tenia, pero no me hizo caso, en cuanto me deposito en el sillón se sentó a mi lado y me abrazo de una forma cálida y reconfortante.

No podía entender el porqué me sentía tan segura entre sus brazos. Los latidos de su corazón hicieron que poco a poco me fuera calmando. El pánico de la misma forma se fue desvaneciendo. Intente meter aire a mis pulmones lo que sonó más a un suspiro. La tormenta ya habia pasado.

Me seque las lagrimas con la mano y enseguida mire a Javier, estaba tan cerca de mí.

-¿Te encuentras mejor?

-Sí, muchas gracias -conteste absorta en su mirada.

-¿Quieres que hablemos?

Solo me dedique a mirarlo intentando ser fuerte, no quería mencionar siquiera el tema. Me avergonzaba demasiado ya sea sobre el haberlo abofeteado o hablar de mi ex esposo. De alguna forma lo supo con tan solo mirarme, supo que no quería hablar del tema.