Prólogo

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Mi estómago se sentía completamente revuelto, quería volver la cena.¿Porque había aceptado la invitación? Tan fácil hubiera sido rechazarla como las anteriores veces.

Me mire a través del reflejo del espejo, estaba pálida y mis labios se veían blancos.

Intenté darle color a mis mejillas con pequeños golpecitos, necesitaba que tomarán un color un poco más sano, no quería que Cristóbal se preocupara de más.

¿Porque tuve que aceptar esa invitación? Me volví a repetir en mi cabeza. Yo se que Marcelo entendería. La cuestión es que esta vez buscaba darle un cierre a esos malditos sentimientos que desde hace siete años he venido arrastrando.

Aún por las noches, en la soledad de mi departamento suelo recordar los momentos que vivi con el. La forma en la que besaba mis labios, el sueve roce de sus manos sobre mi inexperto cuerpo y como al tacto de cada caricia el me hacía jadear de placer. Aquel hombre tenía el control de todo mi ser, ese día le había entregado todo de mi, el había sido mi primero y estúpidamente creí que sería el último. Hasta ese entonces no había sufrido el dolor de un desamor, en tantas formas el fue mi primero.

De verdad necesitaba darle un cierre a todo esto, lo necesitaba. No buscaba culpables de lo que había pasado. Porque la única culpable había sido yo. Por creer que alguien seria capaz de amarme. No permitir que de nuevo dejaran cicatrices en mi, cicatrices que eran difíciles de sanar.

- ¿Pambo estas bien? - escuché del otro lado de la puerta, acompañado de unos pequeños golpecitos.

-Si salgo enseguida -conteste.

Rápidamente abrí el grifo del lavabo para mojar un poco mi cara esperando que ayudara a despejarme. En cuanto salí del baño Cristo me recibió con cara de preocupación.

-¿Los siete taquitos que te comiste no fueron la mejor elección?

-No culpes a los taquitos -respondí en tono serio.- es solo que el viaje de mañana me tiene algo nerviosa.

-No te preocupes todo saldrá bien Pambo, solo es una hora y media de vuelo. Por favor quedate tranquila -dijo Cristóbal mientras me tomaba con ambas manos de las mejillas aplastandolas por completo. - Mañana paso por ti a las siete en punto y por favor descansa. Todo estará bien.

Beso mi frente para después salir por la puerta principal de mi departamento.

Tenía que darle un cierre a mis emociones y está seria la mejor oportunidad. Tenía que dejar ir al apuesto hombre Javier Mora.

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De mi vuelve a enamorarte (Completa ✔️) Where stories live. Discover now