De mi vuelve a enamorarte (Completa ✔️)

Capitulo 11: Ya Era Tarde: Ella Se Había Ido

En estos días comencé a sentir más interés que nunca por la ingeniería y, como había recuperado la seguridad en mí misma, gracias a la confianza de Javier en mi capacidad, había decidido volver a la universidad. Estudiaría a tiempo parcial para poder buscar un trabajo de secretaria en la Ciudad de México hasta que me graduara como ingeniera.

La salud de mi madre había mejorado bastante. Estaba viviendo, cómoda en su casa con su nuevo esposo. El caminar por si sola aun le era difícil, pero con todo el amor que el le demostraba, sabia que solo era cuestión de tiempo.

No había vuelto a recibir llamada de Abraham, su "popularidad" había disminuido después de haberse estrellado con el coche cuando conducía borracho, esto me hacía creer que tendría un futuro cuando, dos semanas después, dejara de ser la secretaria de Javier.

Después de varias semanas de viajes de trabajo, reuniones y demás, regresamos a Monterrey. Javier y yo habíamos pasado todas esas noches juntos día tras día, demostrándonos cuanta pasión sentíamos el uno por el otro.

Esa tarde nos encontrábamos en casa Taresa, habíamos tenido varias reuniones importantes ese día.

¿Se te antoja que nos quedemos en casa a cenar o prefieres que salgamos? - me pregunto Javier-. Podríamos ir a Mar del Zur recuerdo que te gusto mucho comer ahí.

En ese momento sentí nauseas al recodar lo que había comido aquel día. Supuse que había sido mucho mas de lo que debía haber comido, pero no pude evitarlo todo estaba exquisito.

-Prefiero que nos quedemos. Yo cocinaré. ¿Qué te pace?

-Muy bien. Si tú cocinas, yo me ocuparé de los platos. Es una justa división del trabajo.

-Llenar el lavaplatos no es un trabajo muy duro que digamos. Javier sonrió.

-Tengo que ahorrar fuerzas para esta noche, nena.

Él no había hablado de lo que pasaría con nuestra relación cuando Pepe volviera a trabajar. Y la verdad era que no existía tal relación, al menos no como a mí me gustaría.

Hacíamos el amor todas las noches con ardiente pasión, pero yo sabía que para él solo se trataba de sexo. Sabía que jamás se enamoraría de mí y estaba convencida de que seguía enamorado de su antigua prometida.

Iba a echar de menos la constante compañía de Javier. Lo hacíamos todo juntos: comer, bañarnos en la piscina después de trabajar o ver una película. Había guardado la esperanza de que tuviéramos un futuro juntos, de que la forma en que me acariciaba el cabello cuando nos abrazábamos después de haber hecho el amor significara que él sentía por mi algo más que solo deseo.

Esa mañana, como ya era nuestra costumbre, desayunábamos juntos, el leía y contestaba algunos correros importantes y yo revisaba las nuevas noticias, en la sección de sociales en el teléfono.

Una nota en especial llamó mi atención era de una hermosa mujer, un hombre muy guapo y un bebé adorable. El encabezado decía:

Mónica Cordero, la hija del empresario inmobiliario Cordero y su esposo Jesús Rivera presentan a su hija Lucrecia.

-¡Qué niña más linda! -exclame.

Estúpidamente le mostré la foto de la familia feliz, en cuanto Javier levanto la mirada para ver lo que le mostraba su semblante cambio, se puso pálido como si fuera un fantasma, cuando mire la pantalla de mi teléfono de nuevo, era ella, la antigua prometida de Javier, la que, según Cristóbal, le había partido el corazón al anular su compromiso.

-Supongo que todos los bebes son lindos, al menos para sus padres -dijo regresando la vista a su tableta-. Solo se, que al principio él no estaba muy feliz por la noticia de ser padre.