Capitulo 3: ¿A que le temes?

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En tan solo unos minutos note la presencia de Roberta gracias al olor de su perfume que me hizo recordar la noche que habíamos pasado juntos.

En cuanto me di cuenta de que ella se había ido supe que jamás quería volver a saber algo de ella, entendí que la forma en la que la había tratado esa noche surtió efecto y se había marchado de mi vida para siempre. Días después, en los que me encontraba recorriendo la casa, visite la biblioteca, el lugar que según mi padre era el favorito de Roberta, pude oler esa misma fragancia a cerezo que enseguida hizo que mi cuerpo se excitara.

Ahora, años después volvía a sentir lo mismo, mi cuerpo había reaccionado de la misma forma que aquella vez. Aquel perfume embriagador hacia que estuviera fuera de sí. ¿Cómo me iba a comportar con ella aquí? ¿Sería capaz de mantenerme a raya sabiendo que ella está aquí? Me agradecía por no haberla besado, si lo hubiera hecho, mi loco y estúpido impulso seguramente la habría metido al coche para llevarla a casa Teresa y no sé qué hubiera pasado si eso ocurría.

No había pensando claramente en lo que pasaría en cuanto la viera de nuevo, creí que todo lo que ella provocaba en mi se mantendría a raya pero en cuanto ella se volvió para mirarme mi cuerpo reacciono muy contrariamente a lo que había imaginado.

Me quede sin aliento mientras mi corazón palpitaba desbocado. Olvide quien era ella, olvide cual había sido su razón por la que se acostó conmigo, olvide quien era su madre y sobre todo olvide que ella solo iba detrás de mi dinero. Hace unas horas la aparición de Cristóbal me había salvado de repetir mi mismo error del pasado, en cuanto me deje llevar por la pasión.

-Javier... -la voz de Roberta hizo que volviera al presente. Al escuchar su voz sentí como si un guante de terciopelo me acariciara todo el cuerpo.

Durante la comida no había podido dejar de mirarla. Sin embargo ya no era el mismo hombre que se dejara guiar por su instinto. Ya no consentía que nadie me hiciera perder el control sobre mí, sobre todo si se trataba de una mujer, que según la prensa era oportunista. Volví hacia ella intentando respirar lo más hondo posible, pero me tope con una mujer que emanaba aires de inocencia ¿Cómo diablos lo lograba, cuando yo tenía pruebas de que era todo lo contrario?

Me acerque a ella admirando el color de su cabello ¿Por qué lo habría cortado? El vestido de color naranja que hacía que sus ojos castaños resaltaran, junto con el color porcelana de su piel. Era preciosa, mucho más hermosa que una mujer pintada en la época del renacimiento, más hermosa que Venus de Botticelli.

Una rabia terrible se apodero de mi porque era consciente que nunca en mi vida había deseando tanto a una mujer como la deseaba a ella. Me daba cuenta que era tan débil como mi padre. Ella sola hacia que toda la sangre me circulara a toda velocidad y que me excitara a tal grado que dolía.

- ¿A qué has venido? -pregunte con voz dura.

-Me has dicho que te encontrara aquí para hablar de mi currículo -respondió confusa.

- Déjame plantearlo mejor. ¿A qué has venido aquí a la gran casa Rancho Grande?

- Eso ya lo sabes: Marcelo me invito a la fiesta de aniversario.

- Se que también lo hizo a las otras tres anteriores ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de parecer esta vez?

- Porque Cristóbal me convenció. A parte dijo que sería reconfortante para ambos venir a Monterrey.

- Seguro que sí.

-¿A qué te refieres? ¿Por qué me hablas con sarcasmo? No lo entendió -pregunto ella con enfado.

<<Bingo>>, pensé. Quería que se alterara. Hacía años ella me pareció muy ingenua, aunque se le notaba que era más chica que yo, no pensé que a sus dieciocho años seguía siendo virgen. Note su total falta de experiencia cuando se puso rígida bajo mi cuerpo. Pero ya era muy tarde para decir que no a su regalo el cual estaba dispuesta a otorgarme y el cual yo no le había pedido.

De mi vuelve a enamorarte (Completa ✔️) Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin