1-. La vida puede ser una montaña rusa.

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—¿A qué piso dijiste? —preguntó Yeosang.

Se dio la vuelta para ver el impresionante edificio de lujo de 49 pisos. Teniéndole miedo a las alturas, toda construcción con más de tres pisos ya le parecía demasiado alta. Demasiado peligrosa. ¿En qué se había metido?
Del otro lado de la línea telefónica Mirae, su mejor amiga, contestó—: Veinte, pero ese no es el punto. ¿Ya estás subiendo?

—En eso estoy —respondió Yeosang, dándole otra rápida mirada al edificio y se acomodó el teléfono junto a la mejilla.

Necesitaba el trabajo, muchísimo, pero sólo pensar en subir le agitaba el estómago, además de a las alturas, también le temía a los espacios pequeños y cerrados; un elevador cumplía, de forma muy específica, esa definición.

Tienes suerte de que Seonghwa aún no llegue o La sargento ya te habría despedido.

Yeosang estuvo un rato largo en silencio. Esos nombres —Seonghwa, La sargento— le sonaban, estaba seguro de que Mirae le había hablado sobre ello, pero no lo recordaba.

—¿Ellos tienen algo que ver con Ghost? —preguntó, pues ese era el único nombre que recordaba.

—No me jodas, Sangsang —resopló Mirae—. Ghost es un nombre artístico, Seonghwa es la persona que está detrás. ¿No leíste las notas que te dejé? ¿Ni siquiera te entró la curiosidad de investigar para quién trabajarás?

La respuesta clara a ambas preguntas era no. Definitivamente no. Yeosang tenía dos trabajos entre semana y uno extra los fines de semana, su móvil era una basura de la modernidad y no estaba ni remotamente interesado en los artistas de moda. Tenía muchas cosas que hacer y cuentas que pagar, y sólo sabía que Mirae lo había recomendado y él estaba desesperado por un trabajo.

—Lo siento, Mirae. Comienzo a creer que esto es una mala idea.

Mirae había trabajado los últimos tres años como asistente personal de Ghost, un cantante muy popular (o eso decía su amiga, Yeosang no tenía ni idea) pero, al parecer, ya no era posible que siguiera en ese puesto, así que en cuanto solicitaron un remplazo, ella no dudó en comunicárselo a Yeosang (quien lo necesitaba con urgencia). Sin embargo, sólo contrataban betas, y Yeosang era omega, así que entre los dos habían decidido que, ante tal circunstancia y por ser una verdadera oportunidad, debían tomar medidas extremas: fingir que él era un beta, con ayuda de supresores eficaces y una loción inhibidora.

No seas boboreplicó Mirae, y añadió con cierto desinterés—: Por favor, sube ya.

Mirae colgó. Yeosang guardó el móvil en el bolsillo del pantalón y alisó con las manos la parte delantera del traje. Se trataba de un traje gris a cuadros que tenía desde hace dos años, en ese entonces lo usaba para ir a la iglesia y prácticamente nadaba en el, ahora se ajustaba casi perfecto a su silueta. Esa tarde, antes de salir de casa, se había mirado al espejo y había quedado convencido de que daría una buena primera impresión.
Finalmente, abrió y cerró las manos, después respiró profundo y entró al edificio. Al interior, el vestíbulo estaba decorado con flores tan grandes y brillantes, que tuvo el impulso de ir y tocarlas para comprobar que no eran de plástico, pero no había tiempo de tontear, y tomando de todo su valor, subió al ascensor.

What Is Love [Seongsang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora