10

1.6K 229 154
                                    

Anne se detuvo un momento, entonces pensó en que no sobreviviría sola en el mundo sin la compañía de Gilbert Blythe, quien la había salvado de todo, había sido la única persona a su lado. Corrió a abrazarlo dejando que la lluvia cayese sobre ella y la empapase también.

-No tenías que hacer esto -susurró el muchacho entre lágrimas envolviendola en sus brazos-, tenías que quedarte ahí, seguir sin mí, luchar por lo que es justo.

-Te lo debo todo -miró hacia arriba hasta que sus ojos se encontraron-, mi vida ya no tendría sentido si tú no estás en ella.

Entonces, Gilbert tomó la iniciativa de dar el primer beso entre ambos justo bajo la lluvia, sostuvo sus mejillas con tanta delicadeza pensando que en algún momento ambos caerían muertos en el suelo y serían olvidados para siempre. Pero no, pasados ya varios minutos, vieron cómo no ocurría nada y aún estaban ahí. Vivos. Era extraño, porque según ellos recordaban, las personas fallecían de una manera casi instantánea, ellos se miraron a los ojos, se tomaron de las manos y corrieron a tanquear el auto sin saber si vivirían para siempre o morirían en cuestión de horas. Estaban tan atemorizados que no hablaron durante un tiempo, incluso cuando se cambiaban de ropa y dejaban la ya mojada en la estación de servicio. El chico condujo por varios minutos, los labios le temblaban de miedo.

-¡Demonios! -exclamó Anne- ¿Qué nos ocurrió?, ¿Cómo es que...? -exhaló aliviada- Pensé que... Dios, jamás había estado en una situación con tanto pánico como esta.

-Sí -respondió Gilbert aún asustado.

-No entiendo cómo nos salvamos.

-Es extraño -no quitaba la vista de la carretera.

Anne miró por la ventana, la lluvia aún golpeaba los cristales del auto. Escuchó que su novio murmuraba y se dispuso a escuchar con más atención.

-¿Que dices? -le preguntó intrigada.

-Nada -respondió.

-Sí, te escuché decir algo... ¿hablabas solo?

Gilbert detuvo el auto de una manera muy rápida, giró su cabeza y miró a Anne a los ojos sin pensar en que las primeras palabras que habían llegado a la mente de la chica eran «Trampa» y «Secuestro».

-Siempre... -empezó a decir tartamudeando- Siempre he sido un chico extraño.

Anne tuvo un vuelco en su estómago.

-Yo... -el chico tragó saliva- desde que era un niño he tenido pensamientos extraños.

«Sicópata» pensó la pelirroja poniendo una mano en la puerta del auto, la abriría si las cosas se ponían más extrañas.

-¿A que te refieres? -le tembló la voz.

-Que hace unos momentos, cuando la lluvia tocó mi nuca, pensé que me mataría, pero a los pocos segundos algo me dijo que no iba a pasar, pero supe que sí tú tenías contacto con ella sí ibas a morir, pero no lo hiciste... Anne, supe que mis padres iban a morir aquella noche cuando los trasladaron al hospital luego del accidente, también supe lo de la lluvia por mi cuenta, pero no dije nada porque sabía que todos me tratarían como un completo loco y nadie me haría caso.

Había dejado de llover. La chica no podía creer lo que escuchaba, suspiró y dejó que las lágrimas rodasen pos sus mejillas.

-Te refieres a que...

-No hay nadie en el palacio, las personas están muertas, en el mundo hay muy poca gente viva, unas veinte, tal vez menos.

-No me importa cuánta gente esté viva en este mundo de mierda -dijo sin dejar de sollozar-. El punto aquí es que me mentiste.

-Me ibas a tratar igual que el resto si te contaba la verdad.

-¡Pues no! -gritó ella- ¡Jamás lo hubiese hecho, estúpido!

Anne abrió la puerta, salió del auto y caminó lo más lejos que pudo, Gilbert apresuró sus pasos y decidió seguirla entre la neblina.

「𝐑𝐚𝐢𝐧 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Where stories live. Discover now