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Luego de tres golpes sin respuesta, Gilbert decidió abrir la puerta. La casa era inmensa y estaba muy limpia, cosa que hizo entender a Anne que no estaba vacía. Caminó mirando los antiguos cuadros colgados en las paredes, observó cada detalle sin notar que su novio tenía los ojos posados en ella con ternura a pesar de que una extraña sensación estaba empezando a surgir por el cuerpo de éste, prefirió no decirlo para no preocupar a la pelirroja, la cual se veía completamente extrañada ante el nuevo espacio.

-¿Gilbert? ¿Eres tú? -dijo una voz desde el segundo piso. A Anne le pareció familiar por un momento, a pesar de nunca haber estado en esa casa... o en Londres.

-¡Sí! -exclamó el muchacho- Ya subimos -se volteó a ella extendiendo su mano al pisar el primer escalón-. Ven.

-Tengo miedo -susurró.

-¿Miedo? Llevo un tiempo planeando esto para ti, no te puedes negar cuando estamos tan cerca.

Ella lo miró incrédula.

-¿Para mí? ¿Que es?

-Si no subes, no vas a saber.

La chica puso una mano en su rostro riendo, pero con el estómago revuelto por la duda. Subieron hasta que llegaron a un pasillo gigantesco en el que habían muchas puertas, él decidió abrir una de ellas silenciosamente.

-¡Sorpresa! -gritaron las seis personas dentro.

-¡¿Diana?! -exclamó Anne paralizada, giró su vista- ¡¿Cole?!

-¡Anne! -ambos corrieron hasta donde ella se encontraba a abrazarla con fuerza.

Los cuatro integrantes de la familia Barry, la tía Josephine y Cole estaban esperándolos. Te preguntarás cómo ocurrió todo eso, así que me veo en la obligación de contarte que en una tarde de lluvias primaverales en la que nuestra amada pelirroja estaba sumida en la depresión, se encontraba encerrada su habitación llorando, mientras que Gilbert en la sala intentaba que alguna señal radial diera aviso a que no estaban solos en el mundo, ya que los teléfonos habían dejado de funcionar. El chico batalló mil veces con los cables hasta que finalmente el sonido de la voz de la mujer mayor hizo que se sobresaltara y limpiara sus oídos para estar totalmente seguro de que lo que estaba escuchando era totalmente real.

-¡Hola! ¡Hola! Habla Gilbert Blythe desde Liverpool -respondió con rapidez desde el pequeño micrófono que había improvisado en la casa de los Cuthbert- ¿Quién está del otro lado? Cambio.

-Josephine Barry -la mujer habló emocionada- ¡Gilbert! ¿Estás solo? Cambio.

-No, vivo con Anne en la antigua casa de los Cuthbert, estamos los dos... solos. Cambio.

-¿Por qué no vienen a Londres a vivir con nosotros? Diana y su familia lograron salvarse, también viven aquí. Cambio.

-¿Puede ser una sorpresa para Anne? Cambio.

-Hazlo como quieras, lo importante es que las puertas de mi casa están siempre abiertas -suspiró.

La tía Jo, con ayuda de Cole le dio todas las instrucciones para que encontrasen el lugar sin perderse, Gilbert estuvo tan emocionado que saltó y bailó en silencio sin que Anne lo notase. Le gustaba recordar esos momentos porque sabía que la felicidad que la chica tenía para ese entonces no se compararía con nada en el mundo.

Aunque hay algo que debes saber: la mayoría de tus actos en la vida tienen consecuencias. Ese definitivamente no sería la excepción, porque cuando todos se saludaron entre sí, Gilbert Blythe cayó al suelo desmayado y nadie, a parte de él, sabía el por qué.

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¡Hola amores! ¿Ya vieron el booktrailer de mi próximo libro? El link está en mí biografía. No es shirbert ni nada, es el primer libro que escribo con una historia original. En fin, cuídense mucho, espero y hayan disfrutado el capítulo, con amor;
~Cassie.

Amor y luz🌻🌈🍑

「𝐑𝐚𝐢𝐧 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora