Capítulo 5

5.4K 895 304
                                    





Las Orquídeas son flores muy bellas, atractivas y elegantes, aunque su significado general se asocia con la belleza, sensualidad y la seducción, cada color guarda un significado distinto.

Están conformadas por numerosas especies y de distintos colores; es una de las flores más admiradas y apreciadas desde hace muchos siglos y por diferentes civilizaciones quienes la utilizaban para elaborar medicinas naturales; como afrodisíaco y ciertas pociones mágicas.

Soñar con ellas representaba deseo interior de cariño, amor y deseo.

Las orquídeas blancas, representan la pureza y la eternidad, amor que perdura, amor puro, inocente y desinteresado.

No soy un botánico ni nada parecido, sólo que a mí madre le encanta cultivar diferentes tipo de flores.

Desde que tengo memoria, recuerdo ir de su mano, recorriendo cada rincón del inmenso jardín trasero de la mansión.

Sus hermosas palabras describiendo cada diferente tipo de especie plantada, regada y cuidada con tanto amor y dedicación por sus propias manos.

Ese es el aroma de mi omega. Sí, mío...

Cualquier persona que pasase en este momento a su lado, sería atraída automáticamente, al igual que ese maldito imbécil que se atrevió a llamarme niño.

El niño fue él, que con sólo olfatear un poco de mis feromonas, hizo que saliera corriendo con los pantalones húmedos.

Pero nadie sabría que mi destinado huele a orquídeas blancas, sólo yo tengo ese privilegio. Los demás sentirían un fragante aroma floral.

Ahora, sus manos están colándose por debajo de mi ropa y acarician mi pecho, ¿En qué momento bajó la cremallera de mi chaqueta?

Trato de mantener la compostura, pero su aliento caliente traspasa el cubrebocas que lleva puesto y pega directamente en mi cuello, enviando corrientes eléctricas por todo mi ser.

¡Wang Yibo! Concéntrate en el camino y no trates de escuchar cómo gime... Tampoco te distraigas con sus sensuales movimientos; en cómo se retuerce sobre tu cuerpo, suplicando que detengas la maldita motocicleta y lo tomes aquí mismo, como si fueras un animal salvaje.

Quería llevarlo a mi casa, precisamente a mi cuarto, pero no quiero dar explicaciones a mi madre o a los empleados. Me niego a que alguien lo vea en este estado, mi alfa territorial está a flor de piel.

Busqué en el navegador de mi móvil el hotel más cercano y reservé la mejor habitación con mi mano derecha, mientras el brazo izquierdo, sostenía su cuerpo y mi mano izquierda, el cabezal de dirección de la motocicleta, tratando de hacer equilibrio y no chocar debido a sus constantes movimientos.


Estoy empezando a desesperarme, no hay tiempo, así que hago la gran hazaña de cruzar varios semáforos en rojo, rodeando la manzana del lujoso hotel  y entrando directamente al garage.

Con ayuda de la tecnología, un aparato escanea mi código QR y me asigna al instante el número de piso y habitación.

Si decido dejarte [YiZhan]Where stories live. Discover now