Capítulo 10

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—Doctor Liu, dígame qué esa prueba de embarazo es un maldito error —Xiao Zhan suplicó y luego tomó con manos temblorosas un vaso de agua que Haikuan le ofreció.

—Tranquilo, señor Xiao. Aguardaremos hasta que la enfermera traiga los resultados de sus análisis clínicos para estar seguros —le ofreció una servilleta para que limpie sus lágrimas.

—Doctor, por favor, se lo suplico... Ayúdeme. No deseo que mí marido se entere... no quiero tener al bebé —el omega escondió el rostro entre sus palmas mientras sus lágrimas seguían cayendo.

—Jajaja. Zhan. Siempre me dices lo mismo y luego andas cargando culpa por no medir tus palabras.

—Deje de burlarse de mí... todavía puedo ver su estúpida sonrisa aunque no lo esté mirando de frente...

—Si te hubieses fijado en mi antes que en el señor Wang tú historia hubiera sido otra y lo sabes...

—B-Basta. Ya lo hablamos muchas veces —hizo un bollo con la servilleta y le apuntó directo a la cara—. Confórmate en ser mi amigo y mi obstetra.

—Mn. Lo sé, Zhan... sólo quería ver esa hermosa sonrisa de conejo que tienes.

El doctor Liu Haikuan, un apuesto alfa de clase alta, había compartido varias clases con Xiao Zhan en tiempos universitarios. El alfa quedó a primera vista perdidamente enamorado del omega con radiante sonrisa.

Le tomó mucho tiempo entablar una relación amistosa con él, ya que siempre estaba acompañado de Darren Wang.

Cuando se animó a declarar su amor, era demasiado tarde, pues el omega y aquél alfa ya habían empezado su relación amorosa.

Igualmente, hizo saber a Zhan sus verdaderos sentimientos y que, si algún día quisiera, estaría de igual manera para apoyarlo.

Zhan, sólo pudo ofrecerle su eterna y sincera amistad, sin imaginar que años más tarde, Liu Haikuan se convertiría en el médico a cargo del cuidado de él y sus embarazos.

—Doctor Liu. Con permiso —la enfermera ingresó luego de golpear la puerta, trayendo entre sus manos, un sobre blanco—, le entrego los resultados del señor Xiao —le entregó el sobre dándole una pícara sonrisa cuando sus manos se rozaron. Luego se marchó.

—Tú sí que no pierdes el tiempo, Liu —Xiao Zhan no pasó por alto cómo Haikuan le hacía un guiño coqueto a la enfermera.

—¿Ah? No sé a qué te refieres... Durante todo este tiempo, sólo he tenido ojos para una sola persona —le dedicó una gran sonrisa pícara mientas se colocaba los lentes para leer el informe.

—Seee... Seguro... Y yo aún soy virgen. Ahora. Mueve tus manos de una maldita vez y dime qué dice —le suplicó mientras golpeaba sus dedos sobre el escritorio.

—jajaja —sonrió—. Está bien, tú ganas... La carne es débil, Zhan. Hay veces que necesito saciar mis bajos instintos de alfa, pero... —lo miró de forma descarada—, si tú quieres —bajó sus anteojos y liberó sus feromonas alfa.

—No estoy para bromas, Liu —arrugó la nariz—, por favor...

—Está bien —se puso serio—. Zhan... Aquí están los resultados del análisis de sangre —abrió el sobre y le dijo sin rodeos—: negativo.

—¿En serio? —el Omega suspiró con alivio—. Pero, ¿Por qué tienes esa cara? —dudó al ver que su doctor no se encontraba del todo feliz ante el papel que contenía entre sus manos.

—Zhan —Liu Haikuan parecía buscar las palabras correctas—, ya lo habíamos hablado en citas anteriores luego de que naciera Yuan —el alfa dejó el sobre de papel sobre la mesa y tomó una postura firme, apoyando ambos codos sobre su escritorio—, las consecuencias que traen usar supresores por mucho tiempo...

Si decido dejarte [YiZhan]Where stories live. Discover now