Capítulo 26

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En la mesa solo quedaban dos personas de las cinco. El aire alrededor de ellos se volvió sofocante, debido a la incomodidad que ambos sentían.

Meng Ziyi era de armas tomar y no iba a intimidarse ante la presencia de un alfa: aunque fuese su destinado.

Tomó su copa de vino y sin descaro se levantó, para sentarse junto a Darren, quién pareciera que se le escapó la última bocanada de aire al tenerla por primera vez a unos escasos centímetros.

Cruzando sus delgadas y largas piernas, que sólo eran cubiertas por un ajustado vestido negro hasta la mitad de su muslo, la omega recostó su cuerpo contra el respaldo de la silla.

-¿Por qué no respondiste mis últimos mensajes? -soltó de repente su filosa lengua y luego tomó un trago del líquido rojizo. Darren tragó duro y carraspeó.

-Creo que no es momento de hablar sobre ese asunto. Mi esposo no se siente bien. Con tú permiso -se levantó haciendo una leve inclinación-, iré a buscarlo al sanitario -el alfa fue tomado del brazo mientras que un aroma a jazmín invadía su cavidad nasal de forma inesperada.

-Ahora tienes un nuevo motivo para huir de mí...-sonriendo, la omega soltó su agarre-, hace cinco años qué sigo esperando tú respuesta, Darren Wang -lo jaló de la corbata y le susurró al oído-. Ya no tengo tiempo para seguir esperándote ¿Tú esposo espera otro niño, verdad? -Soltó el trozo de tela para volver a su asiento principal.

-¡Tú! -los nervios lo invadían ¿Acaso él inhibidor de Zhan había dejado de funcionar?

-Para una mujer de negocios como yo qué vivo rodeada de alfas... tú actitud y la del doctor dejaron mucho que desear... -ella afirmó sin cuidado y volvió a llenar su copa de vino mientras miraba la cara de asombro de su destinado.

-No puedes decirle a nadie sobre esa sospecha -miró de manera suplicante a la omega.

-¿Qué tiene de malo traer otro hijo más al mundo, señor Wang? -sacudía levemente de forma circular el contenido de su copa-. A menos qué... -llevando el dedo índice a sus labios de forma pensativa-, ese cachorro no sea de usted...

-Por favor, no es lugar de andar divagando en sus fantasías, señorita Meng -ella sonrió y el alfa se dio la vuelta, escuchando cómo Meng Ziyi seguía riéndose a sus espaldas.

-¡Bingo! -levantó su copa festejando por la noticia-. Aún no estoy del todo perdida -la omega susurró para sí misma con la mirada perdida.

Darren se encontraba esperando a Zhan dentro del automóvil, su cabeza recostada contra el volante, analizando los hechos ocurrido hace un momento atrás.

Un golpe en el vidrio lo sacó de sus pensamientos.

El rostro sonriente de Liu Haikuan se asomaba por la ventana.

-¿Cómo está Zhan? -preguntó el doctor, mientras observaba de forma extraña al interior del auto, dándose cuenta que el omega no estaba dentro.

-Hace media hora que está en el baño... seguramente la comida le ha caído mal... no quiso que entrara al baño y me ordenó esperar aquí... -Darren entrecerró los ojos al ver una sonrisa extraña en el rostro del doctor.

-Bueno, lo mejor es que lo lleves a descansar -mirando la hora en su reloj-. Su inhibidor de feromonas perderá el efecto en unos minutos...

-Entonces, será mejor que vuelva a buscarlo -el alfa slió del auto pero detuvo sus pasos al ver cómo el omega corría apresuradamente hacía él.

-¡ZHAN! -gritaron ambos alfas al verlo caer en el suelo del estacionamiento.

Liu lo levantó con delicadeza, lo cargó y  luego lo recostó en el asiento trasero del vehículo.

Si decido dejarte [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora