I

763 74 19
                                    

El molesto pitido lo despertó de su ensueño, ladeó la cabeza y pestañeó ligeramente, antes de abrir los ojos por completo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El molesto pitido lo despertó de su ensueño, ladeó la cabeza y pestañeó ligeramente, antes de abrir los ojos por completo. Le dolía la cabeza a horrores. Miró hacia el techo una vez más, intentando descifrar en dónde se encontraba.

Todo en la habitación era de color blanco, era fácil adivinar donde se encontraba, así que durante unos segundos estuvo debatiéndose sobre si levantarse o no, para al final terminar cediendo ante su impulso de querer salir de ese lugar.

Pero había un problema. No sentía sus extremidades inferiores.

- Vaya, veo que despertaste.

Una voz femenina se escuchaba desde el otro extremo de la habitación.

- Voy a suministrarte tus medicamentos y pasaré a llamar al doctor para que te revise - habló educadamente.

Él, completamente mudo, solo la observaba como si de un bicho se tratase.

- No te muevas, sino se moverá la aguja y te quedará el brazo morado - mencionó, mientras terminaba de quitar el aire de la jeringa.

Muchas personas que conoció alrededor de su vida, decían que una intravenosa no era cosa de otro mundo, era como enhebrar el hilo en una aguja, fácil, sin dolor.

Pero no, a él le dolió, y mucho.

Malditos mentirosos, pensó.

Hizo una mueca de fastidio y la enfermera logró notarlo, solo sonrió amablemente, mientras terminaba de aplicar el contenido - Los medicamentos son fuertes, descuida, será la última vez hasta que el doctor haga su diagnóstico - volvió a dejar su brazo en paz, reposando encima de la camilla, mientras recogía todo lo que había utilizado y acto seguido, procedió a botarlo al tacho, no sin antes, envolverlo en un pedazo de cartón y pegándole una cinta con un escrito "objeto punzocortante".

La señorita pasó a retirarse, anunciando que un par de minutos vendría su doctor de cabecera.

Él seguía confundido, era obvio que había sufrido algún tipo de accidente, pero no recordaba absolutamente nada, y su mayor interrogante era "¿Por qué las piernas no le respondían?"

Intento levantar un poco su torso, pero todo intento fue en vano.

Resopló frustrado mirando hacia el techo.


No supo cuánto tiempo habría pasado, pero el médico se encontraba realizando un cuestionario que parecía no tener fin, alumbraba de vez en cuando con su pequeña linterna y la dirigía hacia sus ojos, examinando que la vista le funcionara a la perfe...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No supo cuánto tiempo habría pasado, pero el médico se encontraba realizando un cuestionario que parecía no tener fin, alumbraba de vez en cuando con su pequeña linterna y la dirigía hacia sus ojos, examinando que la vista le funcionara a la perfección.

- Bueno, parecer que no tienes ninguna contusión en la vista - decía, mientras seguía anotando cosas en su libreta.

- Doctor - habló en voz baja, era la primera vez que pronunciaba algo.

- Dime Jaemin.

- ¿Qué me sucedió?

- Según los testigos, te vieron discutiendo con una persona mayor en plena calle y cuando intentaste cruzar la avenida, no te percataste que venía un auto a toda velocidad - habló mientras lo miraba afligido.

- No recuerdo nada - ciertamente, lo último que recordaba, era que se encontraba en su práctica de ballet, se estaba preparando para las intercontinentales - ¿Por qué no siento mis piernas?

Y ese era el punto, donde el doctor no quería llegar.

¿Cómo le explicas a una persona que bailó durante toda su vida, que ya no podrá hacerlo más?

Na Jaemin, la joven estrella, era conocido mundialmente desde que ganó su primera medalla, a la corta edad de 7 años.

Año tras año, iba consiguiendo más medallas y trofeos, muchas marcas de prestigio, lo llamaban para que firmen diversas campañas publicitarias.

Todo objeto que llevaba su rostro, se agotaba en cuestión de segundos.

El doctor se sabía mejor que nadie la carrera de aquel muchachito, y no porque fuese un fan o algo por el estilo, sino gracias al testarudo de su hijo.

Ni bien se enteró que Na Jaemin, su estrella favorita, se encontraba en la clínica donde trabajaba, le rogó porque fuese a verlo. Jamás lo había visto preocupado de esa manera, así que, de cierta forma, lo enterneció verlo así. No pudo negarse a su petición.

Ahora, después de verlo durante tanto tiempo por televisión, y una vez en persona, se compadecía de aquel niño, porque ante sus ojos, seguía siendo solo un niño.

- Jaemin - carraspeó un poco, pero se armó de valor, asumiendo su papel de doctor - te hemos realizado estudios, durante el tiempo que estuviste inconsciente - continuaba hablando ante la atenta mirada del muchacho - el accidente que tuviste ocasionó que tu médula espinal se lesione - tomó un largo suspiro - lo cual provocó que quedes en estado parapléjico.

Completo silencio.

Jaemin no dijo ni una sola palabra, solo se acomodó en la camilla lo mejor que pudo y se cubrió todo el rostro con la sábana, una lágrima rodó por su mejilla.

Ese día lloró en silencio.

Y lo único que recordaba, era que amaba bailar, más que nada en el mundo.

Hola, no se si alguien lea esta historia, pero ya la tenía en mente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola, no se si alguien lea esta historia, pero ya la tenía en mente...así que ya trabaje la idea, será más corta que dark ligth ^^ pero espero y les guste <3 si no dejo mensajitos en las demás historias es porque quiero que la lectura sea de corrida c: gracias por los votos <3 estoy tratando de actualizar nuevamente todas las historias nwn

FLY HIGHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora