Are you playing me?

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El silencio era incómodo, lo que hacía que fuese así era que ambos tenían cosas que decir, ambos necesitaban aclarar sus pensamientos y, sobretodo, sus sentimientos.

- Violet, hay algo que quiero decirte desde la tarde. - Rompió el silencio, miró a Violet quién lo miraba expectante y no pudo evitar pensar en lo hermosa que se veía la chica bajo la luz de la luna.

- No quiero hablar de esto, no ahora. - La chica era cortante, pero no sé sentía preparada para enfrentar al canadiense o a sus sentimientos. - Creo que lo mejor es que vaya a buscar a Lauren. - Se levantó de la banca y logró ver cómo los espiaban desde el interior de la casa.

Violet no pudo evitar maldecir mentalmente, aunque una parte de sí se divertía ante la situación.

Por su parte, el chico también se dio cuenta de lo que pasaba y renegaba para sí sobre lo obvias que su familia y la de Violet llegaban a ser. Con todo esto, Johnny moría por hablar con la rubia y por fin dejar a un lado la confusión que esta le producía.

Lo que tal vez el castaño no sabía era que se había enamorado de la chica equivocada, o bueno, de una chica por la cual iba a tener que esforzarse si realmente quería saber qué sentía por él.

- Pensé que ibas con Lauren. - Se burló cuando la chica tomó asiento de nuevo.

- No te hagas, tú también te diste cuenta. - Respondió divertida entre risas mientras rodaba los ojos.

- ¿De qué? - Se hizo el desentendido.

- De que nos están espiando, todos nos están espiando. - Dijo obvia.

- ¿Ah sí? - A Johnny le encantaba llevar a la rubia al límite de sus emociones, era tan fácil que esta se enojara. - Hasta enojada eres hermosa. - Pensó en voz alta, se estaba suicidando por dentro debido al inoportuno comentario que acababa de hacer.

- ¿Crees que soy hermosa? - Preguntó Violet mientras se volteaba hacia Johnny.

- No lo creo, lo eres. - Dijo con una sonrisa haciendo que en la neoyorquina un rubor se hiciera notable en sus mejillas.

- Gracias, Johnny. - Una sonrisa sincera apareció en su rostro, era impresionante cómo podía olvidarse de todo cuando estaba con Johnny.

- Violet, - inició de nuevo el castaño, tal vez no era el momento pero sentía que tenía el valor suficiente para decirlo - "hermosa" es una palabra que queda corta para describirte. - Y ese valor se había ido por una tubería, no quería incomodar a la rubia.

- Ya Johnn. - Dijo aún más ruborizada. - Voy a terminar más roja que un tomate. - Soltó unas risas nerviosas por su comparación.

El chico no pudo evitar notar que no lo había llamado "Johnny". Tal vez eso parecía algo insignificante, pero en realidad era la forma de Violet de mantener cierta distancia con el canadiense. Johnny había notado esto, ella lo había llamado de esa forma dos veces, y eso de alguna forma le alegró.

¿Quién lo podría culpar? Todos buscamos una excusa para creer que la otra persona se siente de la misma forma, todos buscamos una excusa para ilusionados, por más pequeña que esta sea.

- Solo digo la verdad, Vi.

- ¿Por qué eres así? - Ahora era ella quién había pensado en voz alta, al menos para su suerte no había sido su anterior pensamiento sobre lo lindo que se veía el chico a su lado.

- ¿A qué te refieres? - La curiosidad se había apoderado de Johnny.

- No, no me hagas caso. - La rubia esperaba no tener que explicarse.

My Addiction - Johnny OrlandoWhere stories live. Discover now