Siete

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✧* Obsequio

Caminando por un sendero, JungKook observaba una hoja le daba curiosidad su forma extraña. Viendo las de un arbusto se dispuso a compararlas, hasta su textura era diferente. De cuclillas en el suelo abulto tu labio inferior sintiendo la textura de ambas. Arrancando una hoja, suspiro viendo los frutos del arbusto.

"¿Serán comestibles?" Se preguntó viendo las bolitas rojas. TaeHyung había dicho que no todos los frutos de las plantas son comestibles. Que algunos son venenosos ¿Podrías envenenar las flechas?

Dos carreras se acercaban en el camino, pero JungKook la ignoró mientras arrancaba algunas de esas bolitas rojas para mostrárselas a TaeHyung, el sabia mucho de plantas.

Hace tres meses, TaeHyung había comenzado a enseñarle sobre plantas y como cuidarlas, así que JungKook se había metido mucho en los venenos, buscando formas mas fáciles de matar a los demonios, y así tener mas tiempo para pasar con el omega, No quería desperdiciar ningún segundo.

Mientras se levantaba cerrando su bolso, una de aquellas carreras pasó a su lado, deteniéndose cuando el conductor se percato en JungKook. Quieto en su lugar, el pelinegro levanto la mirada, haciendo contacto visual con un niño dentro de esa jaula de hierro en la que los trasportaban como ganado, algunos desnudos, y otros cubriendo su parte baja con prendas rotas y viejas. Los esclavos que iban encerrados en ese estrecho lugar se asustaron al percatarse de la verdadera naturaleza del pelinegro, haciendo un pequeño revuelo entre ellos, sabían que serian vendido en el mercado, pero no querían morir.

—Oye, tu —Le llamo la voz de un hombre, uno de los 6 que venían cuidando las 2 carretas, pero JungKook no le volteo a ver en ningún momento.

Por su ropa fina y cara, pensaron que JungKook era de clase alta. Ni hablar del bolso en el que va guardando las hojas o cualquier cosa que le parecía interesante, incluso una ardilla que se escapó hace un rato mientras se distraía con el arbusto. Tenia piedras incrustadas y diseños hermosos, pero ya estaba lleno de lodo y suciedad. JungKook no tenía ningún cuidado de dónde lo dejaba mientras buscaba cosas interesantes para mostrarle a TaeHyung.

El cuerpo se le tensó a JungKook, viendo a aquellas personas, los recuerdos venían a el como un balde de agua fría, cada palabra, cada golpe cosquilleaba en su piel. Puede que los años hayan pasado pero eran cadenas que seguía arrastrando.

Retrocedió un paso al verse a si mismo en el lugar del niño, un hormigueo en la boca del estómago le dio náuseas. Recordando el odio y terror que sentía hace años. Su respiración se volvió un poco errática y se le acelero el corazón de una manera dolorosa mientras comenzaba a sudar.

—Danos tu dinero y la ropa. No te haremos nada si obedeces —Pidió uno de ello apuntando a  JungKook con un arma, notando la expresión aturdida que tenía. Pero La expresión del pelinegro cambió a una de enojo con sus ojos volviéndose rojos. De un segundo a otro la visión de JungKook se nubló, dejándolo en un profundo vacío y oscuridad. Perdiendo la razón un momento, como si se escondiera de sus miedos, la mente se le nublo.

Los segundos parecían minutos en aquel momento, adormecido reaccionó notando el cuerpo desecho debajo de el y deteniendo los golpes, toda la ropa del pelinegro se había llenado de sangre.

Un poco desorientado, JungKook se alejó notando mejor los cuerpo mutilados, aunque habían muerto, el le siguió destrozando el cuerpo, tratando de calmar la furia que sentía, se sobrepasó dejándolos irreconocibles. En sus garras aún había restos de carne desgarrada, las manos les temblaban ligeramente.

Unas marcas negras habían aparecido sobre su piel llenado su cuerpo,  una forma de calmarlo que ella había puesto en el pelinegro. Eso quería decir que Lilith ya se había dado cuenta de que perdió el control. Viendo a los esclavos aterrados dentro de sus jaulas, suspiro cerrando los ojos un momento, sintiéndose agobiado.

::Luna de sangre :☆: KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora