Al final ya no existe el miedo

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Esta historia no tiene adelanto, tienen que descubrir todo leyendo...

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18:00 P.M

Alerta roja. 

El superintendente Conway había sido secuestrado. 

¿El final? Estaba cerca.

Gustabo y Horacio seguían una de las pistas y, como siempre, iban contra la corriente. Apagaron sus radios y se mantuvieron disponibles solo para Emilio, quien aún creía que eran jodidos bandidos al igual que él. El as bajo la manga de Conway eran ellos y lo sabían. Lo iban a sacar de allí con vida, de eso estaban seguro.

— Esto es meterse en ligas mayores, Dan — explicó Gustabo, emocionado y totalmente metido en el papel de suinspector hasta que todo acabara. — Ya no es un badulaque ni una joyería. Coño, ni siquiera se le asemeja a esos días de éxitos para Fred y Dan abatiendo a delincuentes algo retrasados, ¿Me oyes?

— Sí, sí — Horacio iba algo callado, pensando y atando cabos sobre todo lo que había pasado últimamente. — Coño, tío, tengo un mal presentimiento... Esto debe ser obra del topo, porque nosotros conocemos al revés y al derecho los movimientos de Sistema gracias a Emilio ¿Entiendes? ¿Cómo se nos pudo pasar un indicio siquiera de que iban a atacar y secuestrar a Conway?

— Desde que el Gringo desapareció todo se fue a la mierda — opinó Fred. — Yo no creo en esas cosas de topos y conspiraciones, soy Rial Fut.

— ¿Y eso qué tiene que ver?

— Todo.

— Te importa una mierda lo que le ocurra al abuelo ¿Verdad? Como te importó una mierda Ivanov, Gonetti, Torrente, Pablito...

— A ver, a ver. A Ivanov lo vimos como una vez en la vida y nos odiaba, el cabrón no quería que llegáramos a ursurpar su lugar. Gonetti, ¿Quién coño es ese? Jamás lo vi, no puedo sentir algo por alguien que no veo, lo siento, ni que fuera uno de esos que se enamora de la ciber pareja. Torrente, mhm... pues bueno, dio su vida por nosotros, pero era la única opción ¿Sabes? ¿O quieres que yo este muerto en vez de él? ¿O tú? Yo no quiero que tú estés muerto...

— No, Gustabo, no — se desesperó Horacio, dejando su papel tras lo que había oído.

— No deberíamos llamarnos así en un patrulla — dijo.

El de cresta no respondió. Su preocupación por Conway iba más allá de todo. Se habían hecho tan cercanos que en ese momento todos los recuerdos que tenía con su "papu" pasaban por su mente haciéndole sentir dolor, un intenso dolor que nacía con el solo hecho de pensar que lo podría perder en manos del calaveras y de su organización. 

Recordó la primera vez que le dio ánimos y le hizo gritar "Soy el puto mejor" y luego casi lo mata por haber golpeado en la cara a Volkov, sumido en la adrenalina de creérsela y ser realmente el puto mejor; recordó todas esas veces en las que les dejó pasar cada putada junto a Gustabo, o la vez en la que les dijo "Buen trabajo, nenas" y él persiguió su coche gritándole que lo quería.

Sí, lo quería, y no quería que nada le pasara. ¿Cómo era posible que Gustabo no sintiera al menos un poco de eso tras todo lo que habían vivido juntos?

— ...Ah, y Pablito era un asesino. Tenía un patio peor que la morgue, así que no me vengas a decir que debo sentir algo de pena por él — finalizó su amigo, manejando rápido, pero siempre bien. Era uno conductor bastante bueno y mucho mejor que él, es por eso que cuando les avisaron lo que estaba pasando, le cedió el volante de inmediato.

Imagines || VolkacioWhere stories live. Discover now