Imagines || Volkacio

Dormido (pt. 2)

Nota: perdón por los spoilers. Si no estás al día con los directos (en especial los de Auron, Perxas, Reborn y Momon, entonces de verdad que encontrarás BASTANTES spoilers. Lo dejo a conciencia). 

Nota 2: Esta parte la hice escuchando la canción 'Exile' de Taylor Swift ft. Bon Iver. Les recomiendo escucharla en bucle leyendo esto, y les dejo un videito con la traducción al español porque la letra es muy volkacio rn (joder ya voy a llorar)

¡A leer!

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— No dormía — dedujo Horacio, apenado de verse en esa situación. Realmente deseó no haber entrado nunca para ahorrarse esa conversación. No estaba listo y quizás jamás lo estaría.

— No — confesó el ruso. — ¿Qué sucede? ¿Por qué está usted aquí?

— Me dijeron que le dieron un disparo, solo me pareció extraño verlo descansando en estos sillones de mierda y no en su apartamento, quería comprobar que todo estuviera bien...  — se excusó tranquilamente, porque ese era él ahora, un Horacio que supuestamente había dejado atrás su patético amor por el comisario y podía mantener una conversación normal con él.

— Estoy... Estoy demasiado cansado y drogado con tranquilizantes como para conducir a casa — explicó el comisario.

Aunque lo primero que se le pasó por la cabeza fue ofrecerle un aventón en su Z, Horacio simplemente asintió secamente.

— Entiendo — dijo.

Volkov, sin embargo, había esperado que tomara la oportunidad y le ofreciera tal cosa, por lo cual, al no tener los resultados que predecía, se extrañó. 

¿Cuánto había cambiado Horacio en todo ese tiempo?

— ¿Está bien, Horacio? — preguntó.

El enmascarado asintió.

— ¿Podría quitarse la máscara cuando hablamos? — sugirió luego a modo de interrogante, sentándose en su puesto con cuidado, pues aún le dolía la zona en donde le habían disparado, en la cual ahora tenía una placa de titanio, según Sloane.

Horacio se quitó el pasamontañas y reveló esa cresta icónica que por ese entonces llevaba en blanco, similar al tono gris blanquecino del cabello del ruso. Volvieron a mirarse fijamente sin decir nada, el silencio era extrañamente cómodo, como siempre lo había sido entre ambos.

— Qué días, ¿No cree? — comentó Horacio tras resoplar.

— Sí... Supongo que no ha sido agradable para usted presenciar el... el asesinato de su compañero — dijo Volkov, recordando cómo él también había presenciado algunas muertes en la semana, todas a manos de Conway. Podía pretender que no le importaba, podía ir a las citas de mierda que le organizaba su jefe, pero en el fondo estaba perturbado y preocupado, es por eso que ya ni dormía o bebía alcohol.

Hace tanto que había reemplazado el vodka por café, creía que algo así como un año.

— No, no lo fue — Horacio bajó la mirada, no queriendo mostrarle lo jodido que le había dejado estar allí, ver cómo el calaveras le daba un tiro espectacularmente bien ejecutado en la cabeza a Leopoldo y luego estar en el mismo helicóptero desde el cual dejaron caer al alumno.

Gustabo y él, ellos lo habían dejado caer.

— ¿Puede contarme mejor? — preguntó Volkov, inquieto. Se había dado cuenta de todo lo que Horacio quería ocultar porque Horacio jamás le pudo ocultar nada a él, o, quizás, más que eso, era porque él sabía leer muy bien al de cresta aún después de tanto tiempo.