Unsent

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Una vez que se dio cuenta de que Horacio no había cambiado de teléfono y que ahora poseía su nuevo número — porque le vio anotarlo en el móvil esa tarde — se encontraba un poco nervioso. Volvió a mirar los mensajes con las coordenadas que se mandaron por la tarde y, tras borrarlos por precaución, se quedó un poco más dentro del chat vacío de "H".

No podía mentir, se había quedado con las palabras en la boca porque no le había dado el valor de decirle "buen trabajo" una vez más, probando lo equivocado que estuvo siempre que le humilló y le trató mal por actos del pasado. El día de hoy le había demostrado que seguía siendo el mejor tirador que había visto hace mucho y el único sobreviviente de entre todos, solo contra la mafia. No podía comenzar a pensar la angustia que debió sentir al estar en esa posición, sobre todo porque Gustabo se encontraba entre los que conformaban el grupo que le estaba dando caza.

Aún recuerda la adrenalina, los golpes que le dió al volante del helicóptero — como si eso fuera a acelerar su viaje hasta donde se encontraba — y finalmente el alivio de seguir escuchando su voz cada vez que le hablaba desde abajo.

El teléfono se le apagó entre las manos por la inactividad y siguió en el silencio de su hogar, solo, pensando.

Lo volvió a encender y desbloquearlo para encontrarse nuevamente en el chat de "H". Por impulso, escribió:

"Ha hecho un gran trabajo, Horacio. No recordaba lo buen agente que es..."

Lo borró. No le gustaba hablar solo de trabajo con él como con otras personas que no son trascendentales. A Horacio le preguntaba cómo estaba, cómo se sentía, cosas más... profundas.

"¿Cómo está, Horacio? Espero que mejor que ayer... y peor que mañana"

Sonrió. Qué tonto, así delataría que sí estaba pendiente de cuando dijo exactamente esas mismas palabras por la mañana.

Volvió a borrarlo.

"Quisiera tener los putos cojones para hablarle, Horacio..." terminó escribiendo y no pudo continuar más allá de eso, pero la crudeza del mensaje era obvia. Se maldijo.

Horacio la había pasado pésimo y él, a lo largo de toda su experiencia en el CNP y en Los Santos, había sido uno de los más grandes contribuyentes a su caída. No, no lo torturó ni llegó a hacer la mitad de cosas que le habían hecho hace tan solo unos días, pero fue injusto, fue frío, fue todas las cosas que no debió haber sido, no confió en su palabra, lo odió durante mucho, mucho tiempo; resintió su partida, se esforzó por hacer como si no existiera... era demasiado. 

Justo entonces, en medio de sus pensamientos y con el móvil aún en la mano, bajo la pequeña H del chat que tenía abierto con ese mensaje apareció un aún más pequeño "en línea" que casi lo hace tirar el móvil al suelo.

No, no podía escribirle, no esa noche, quizás nunca...

+ + + 

La vida a veces es una mierda. Horacio se sentía la viva muestra de que la vida podía ponerse tan mierda, tan hija de puta como nunca y con una sola persona. No dormía, lloraba más de lo que podría confesar en público y ver nuevamente a Pogo apoderándose de Gustabo esa tarde le tenía por los suelos.

Desanimado, cogió el móvil y volvió a releer mensajes intercambiados con su hermano, su compañero de toda la vida, cosa que le sentó peor, pero entonces recordó que debía eliminar los mensajes con el resto del CNI por precaución — como lo acordaron — y salió a la bandeja de entrada para darle una mirada general a todos los mensajes que tenía allí.

"Volokov" sobresalía entre los contactos.

Sonrió levemente por su nervioso error de tipeo y abrió el chat para encontrar las coordenadas que habían intercambiado. Mensajes que dicen todo, pero a la vez nada. Automáticamente recordó lo asustado que se encontraba al tiempo en que esos mensajes fueron intercambiados y las muchas veces que solo el ruso estuvo ahí, a su lado, a través de la radio.

Le recordaba vagamente a una época mejor en donde se ponía así de nervioso por un atraco a su licorería favorita junto a él. Y Volkov siempre, sin importar en qué circunstancias se encontraran, le calmaba como si sus temores fueran relevantes y válidos.

No creía haberlo dicho nunca en voz alta, guardándolo solo para sus adentros, pero más que por esa cabeza adorable y pequeña, Volkov le había comenzado a llamar la atención por lo que era bajo su frialdad, y la verdad es que era un muy buen líder, una buena persona, aunque ni él se diera cuenta.

Sin eliminar las coordenadas, le dio al espacio en donde se escribía y apareció el teclado, entonces comenzó a escribir sin pensar:

"¿Está orgulloso de mí ahora?"

Borró. Ya no necesitaba locamente de su aprobación, tal vez sí de su compañía, como siempre, pero tenía claro que esa era solo una tonta ilusión de su corazón, una que nunca podría hacer realidad.

"Gracias por estar allí cuando no quedaba nadie, realmente necesitaba... que estuviera allí. Me hubiera derrumbado de no contar con usted"

Dejó el mensaje allí un momento y lo releyó un par de veces en silencio. Era un mensaje bastante maduro, pero en el estado en el que se encontraba no lo veía como tal, sino que como un mensaje arrastrado y patético.

A Volkov de seguro le importa una mierda que le de las gracias, como siempre, pensó. Ya me lo imagino entornando los ojos, harto del puto seguidor de los cojones, de Horacio, el pobre Horacio. Ya sé, si me contestara, lo haría por lástima, porque sabe que fui torturado y que hasta Conway y Michelle se sienten culpables por ello.

Lo borró con rabia al mismo tiempo que los ojos se le llenaban de lágrimas y aprovechaba ese sentimiento para deshacerse de los mensajes de la tarde, esas coordenadas que por un momento los mantuvieron conectados.

Imposible quitarse de la cabeza su voz llamándole H, el roce entre sus manos cuando le entregó esa insignificante pastilla de emergencia — la cual, irónicamente, era poderosísima —. Quizás había salido ileso después de ese día, pero su corazón ya no daba para más. Gustabo, Conway, Volkov... ¿Cuánto más podría aguantar?

"Quisiera que me hablaras, porque yo no puedo... ya no me quedan fuerzas para seguir buscándote, pero te necesito"

Una lágrima se deslizó por su mejilla y volvió a borrar todo para salir de ahí y apagar el teléfono por completo. No quería volver a tomarlo y hacer una locura. Se apartaría de él y lo dejaría apagado toda la noche, solo así quizás podría conciliar el sueño.

De todos modos, lo dudaba. 

+ + + 

Siento que ando como detergente de bajo rendimiento, por eso no estoy actualizando nada, pero al menos me salió esto ¿Qué tal? 

Saludos uwu

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2020 ⏰

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