EXTRA 2: Cumple Tu Parte del Trato.

119 7 17
                                    

Era un hermoso día de primavera, el verde y frondoso bosque que rodeaba a la Orden Negra rebosaba de colores brillantes, de deliciosos aromas florales, el sonido de espadas chocando sus afiladas hojas... ¿espadas chocando?

— ¡ESTÁS MUERTO MOYASHI!

— ¡YA QUISIERAS BAKANDA!

Detrás de la Orden Negra, se encontraba un cuarteto de amigos disfrutando del fresco ambiente primaveral, aunque dos de ellos se habían dispuesto a entrenar a los gritos con sus respectivas armas, mientras que los otros dos solo disfrutaban de comer jugosa fruta fresca.

—Dejen de gritar, ruidosos. —se quejó el pequeño pelinegro. —Vengan a comer algo.

— ¡Sí! Comida, comida. —canturreaba alegre el albino quien se olvidó por completo de la pelea para irse saltando como conejito hasta su pareja que lo esperaba con los brazos abiertos.

— Tsk. Baka Moyashi. —se quejaba por lo bajo el samurái que terminó siendo ignorado.

—Nee, Yuu. ¿Y Barry? Ya se fue hace un buen rato. —preguntó Suzuki a su pareja cuando tomó asiento a su lado en el césped.

—Ni idea, debe estar explorando cada estúpido árbol del bosque. —respondió despreocupado.

—Pero... ¿y si no vuelve? —murmuraba Suzuki. — ¿Qué hacemos si no regresa, Yuu?

—Va a volver. —dijo comiéndose el gajo de mandarina de la mano de Suzu. —Exagerado.

—No seas así, harás que le explote la cara jajaja. —se carcajeo Lavi al ver como el menor se había ruborizado por la acción de Kanda. Después de todo, nunca hacia cosas así frente a otros.

—Muérete, usagui.

El resto de la tarde se la pasaron allí, Lavi y Allen jugueteando con el ya no tan pequeño Lucky, el cual ya no mordía a Junior pero sí lo aplastaba bastante seguido, mientras que Suzuki estaba sentado junto a un tranquilo Kanda que yacía recostado en el verde prado, comiendo las mandarinas que el menor le pelaba.

Era una tarde muy tranquila, hacía ya un tiempo que las misiones se habían reducido así que podían estar en paz por varios días. Lo cual a cierto espadachín se le hacía muy aburrido.

—Esta mañana me llamó Tiedoll. —dijo rompiendo el silencio Suzuki. —Te dejó saludos.

— ¿Para qué llamó?

—Dice que le está yendo bien en su misión. Que dibujó varios paisajes bonitos y compró regalos.

—Hey. —dijo sentándose para mirarlo a los ojos. —No te lo volveré a preguntar.

El pequeño pelinegro comenzó a gimotear y se abrazó fuertemente al brazo derecho de Kanda ante su sorprendida mirada.

—Me... me dijo que tengo que salir de viaje con él.

.....

—Tranquilo, tranquilo. —hablaba apresurado Komui, escondido tras su escritorio. —Es lo mismo que todos hacen Kanda, tú también viajaste unos meses con el General Tiedoll y sabes cómo es, buscando compatibles, buscando inocencias ¡Kyaaa! No me mates, soy demasiado joven para morir. —lloriqueaba el pobre Komui al sentir a Mugen estamparse contra su escritorio.

— ¿Y A QUÉ VIENE ESTE ESTÚPIDO VIAJE REPENTINO? —gritó furioso. —El enano no está listo todavía para salir de viaje con un General.

—Lo...Lo sé.

— ¿¡ENTONCES!?

—Fue idea del General.

.....

Nuevo Exorcista Nuevas ExperienciasWhere stories live. Discover now