Capítulo VIII

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Ambos se besaron y se abrazaron. TaeHyung no quería sexo en aquel momento, nada le apetecía menos.

- Sé que tenías muchas ganas de hacerlo, pero no me apetece. Lo siento.
- No te disculpes. Jamás te disculpes por no querer acostarte conmigo. Si hoy no te apetece, pues no te apetece, no hay problema. ¿Qué quieres que hagamos? ¿Vemos una peli en la cama?
- ¿Podríamos salir?
- Claro, ¿a dónde quieres ir?
- Quiero salir al centro, comer helado, pasear juntos. No sé si podrás hacer eso, si te ven conmigo...
- Si me ven contigo, no pasará nada.

Así pues, se arreglaron y fueron juntos al centro, compraron sendos helados de cucurucho y se dedicaron a pasear su relación por las calles de Kiama. JungKook tenía la impresión de que aquello era lo que el chico quería, mostrar que se estaba reformando, que ya no era una bala perdida, que incluso era formal en el plano sentimental.

Pasaron por una zona de recreativos y JungKook tiró de él.

- ¡No he jugado a esas cosas en años!
- ¡Hoy lo harás!

Y, riendo, metieron un par de monedas para una máquina que tenía unas flechas en el suelo y, mirando a la pantalla, tenían que ir marcando con los pies las fechas que aparecían en la pantalla.

- ¡Esto es más difícil de lo que parece!- exclamó TaeHyung.
- ¡No me digas que estás cansado!
- ¿Tú no?

JungKook rio y saltó, pisando de una sola vez las flechas izquierda y derecha. Cuando el juego terminó, TaeHyung se apoyó en barandilla y JungKook empezó a reírse de él.

- ¡No te rías de mí!- le dijo.
- Lo siento, cariño, pero es gracioso. Contando que eres más joven que yo, pensé que aguantarías más.
- Algún día esa frase te pasará factura- dijo TaeHyung.

JungKook le besó y, abrazados, cogieron una botella de agua.

- ¿A qué quieres jugar? Ahora te toca a ti.
- ¡Hockey en mesa!- pidió TaeHyung- ¡Yo era muy bueno en eso!
- ¿Ya no? ¿Qué te pasó?
- ¡Deja de picarme con todo!- exclamó y JungKook le abrazó, riendo.

Metieron una moneda y el disco salió.

- Vamos, chico que era bueno en esto, empieza tú, a ver si recuerdas como se juega- bromeó.

TaeHyung rio. Amaba que JungKook fuera así con él.

- Va.

Lanzó el disco y JungKook lo rechazó, metiéndolo directamente en la zona de meta de TaeHyung.

- ¿Te extraña que la haya metido?- preguntó con voz seductora.

El menor soltó una carcajada y esperó a que JungKook lanzara, cuando lo hizo, rechazó el disco con demasiada fuerza, haciendo que éste se levantara por encima de la mesa y se fuera a estrellar contra la entrepierna de JungKook.

El chico se agarró la entrepierna y se agachó.

- ¡JungKook!

TaeHyung, por un lado, quería reír y por el otro no, a final de cuentas, era su novio, si JungKook no podía follar, él tampoco. De pronto, se quedó quieto, ¿había pensado que JungKook era su novio? Ellos nunca dijeron de ser pareja. Apartó ese pensamiento de su mente y fue a atender al chico.

- ¿Estás bien?
- Ahora ya sé cómo ganas en los partidos de hockey mesa... dejas inválidos a tus contrincantes.

El chico se levantó y le dio un beso en los labios.

- ¿Estás bien?- preguntó TaeHyung.
- Sí, sí, solo ha sido un dolor... bastante localizado en una zona un tanto mala...

Sin poderlo evitar, rio y JungKook le besó. En el momento en el que sintió la lengua del chico en su propia lengua, sintió que se derretía, quería más de él, pero estaban allí y estaban allí porque él lo había querido.

- ¡Vamos a seguir jugando!

Cuando TaeHyung se giró, vio a JiMim, Carly y Hanna en la zona de los bolos mirándole de hito en hito. El chico, abriendo los ojos y dándole la espalda a JungKook, se llevó un dedo a los labios y negó con la cabeza con suavidad. Parecieron entender, porque JiMin asintió y siguieron jugando.

- Bueno, ¿cómo va el marcador?- preguntó TaeHyung.
- JungKook 1, TaeHyung 0 y las pelotas de JungKook -1- resumió.

El chico soltó una carcajada y continuaron jugando.

- ¿Quieres jugar al billar?- preguntó JungKook, cuando terminaron de jugar al hockey.
- No sé jugar...
- Puedo enseñarte- dijo, con voz sugerente, poniéndose detrás de él- de hecho, la razón de que te lo haya propuesto, era enseñarte.
- No necesitas un motivo para estar ahí- dijo TaeHyung y, mirando hacia atrás, le besó.
- Bueno, ¿qué me dices? ¿Quieres aprender?- preguntó y le dio un mordisquito en la oreja.
- ¿Y qué me vas a enseñar?- preguntó TaeHyung, ido.

El mayor sonrió y se apartó de él.

- Billar- dijo y le llevó hasta una mesa vacía.

Cuando el chico miró la mesa, vio que justo al otro lado, en la pista de bolos, estaban las amigas de TaeHyung.

- ¿No son tus amigas?- preguntó y miró al chico. TaeHyung no supo que responder y JungKook sonrió- no nos estamos escondiendo, ¿recuerdas? Es cierto que no he dicho a nadie en la Escuela de Música que estamos juntos, pero si ves a tus amigos, puedes ir a saludarlos, además, yo también los conozco.

TaeHyung asintió y, tomando de la mano a JungKook fue hacia donde estaban JiMin, Carly y Hanna.

JiMin, que en aquel momento iba a lanzar la bola, al verlos acercarse tomados de la mano, lanzó tan mal la bola que ésta se pasó a la pista de al lado.

- ¡Perdón!- dijo JiMin, mirando a un enfurecido motorista que estaba al lado.
- Le compensaré el error- dijo JungKook, con amabilidad.

El chico cogió una bola y, cuando la lanzó, hizo pleno.

- Ya está, problema resuelto.

El motorista gruñó y JungKook volvió junto a TaeHyung.

- Menudo genio...
- ¿Cómo estáis?- preguntó TaeHyung.
- Bueno, no nos esperábamos esto, pero bien- dijo Carly.
- ¿Queréis uniros?- preguntó JiMin- ¿o habéis salido en plan cita y queréis seguir así?
- ¿Te apetece jugar a los bolos?- preguntó JungKook.
- No sé si me apetece con ese hombre al lado- dijo TaeHyung.

Todos rieron y empezaron una nueva partida. Si bien pensaron que sería incómodo, no fue así, JungKook era una persona agradable y, aunque estaba muy cariñoso con TaeHyung no estaba en modo profesor, sino más bien... ¿Cómo un novio?

- Voy al baño- dijo el chico, tras su turno.
- Vale, el profesor macizo caliente se ha ido- dijo Carly- cuéntanos, ¿cómo lo has hecho?

TaeHyung se echó a reír.

- No lo sé muy bien- admitió- conseguí su número de teléfono porque, estábamos hablando y me dijo que podía llamarle si tenía dudas, pero nunca lo hice. Cabe destacar que sí... que él tonteaba conmigo desde el principio, aunque yo solía ignorarle.
- ¿Con qué fuerzas?- preguntó JiMin- ¡Llega a tontear conmigo y lo primero que quiero que haga es que me empotre contra un piano!
- ¡Real!- dijeron Carly y Hanna.
- Bueno, el caso es que un día, saliendo de la casa de un amigo mío, le encontré. Resulta que son vecinos... y "me echó en cara" que no le llamara... y me invitó a pasar a su casa.
- ¿Ya te lo has follado?- preguntó JiMIn.
- Sí y él es... demasiado. En todos los sentidos, él... ¡Me entiende! ¡Con él siento que no necesito ser perfecto o aparentar porque me entiende tal cual soy y no me juzga! Y, sobre todo, me hace querer buscar una mejor versión de mí mismo y no por él, sino por mí.
- Eso es tan bonito...- dijo Hanna.
- Ya... también asusta. No estamos saliendo, tenemos una relación abierta pero cerrada- dijo- no estamos saliendo pero no nos acostamos con otras personas.
- Cielo, eso es una relación formal de toda la vida- dijo Carly- da igual que no le pongas nombre. Salís a la calle como pareja, no os escondéis del mundo, os contáis vuestras cosas, sentís algo el uno por el otro y solo folláis el uno con el otro. Sois una pareja.
- Bueno... yo...- guardó silencio- hoy me dijo que yo le importo. Es bonito saber... que le importo.

En aquel momento levantó la cabeza y le vio llegar, con aquel aire desenfadado, más que un músico, parecía un modelo. Quiso tomar aire, pero le fue imposible, comenzó a sentir como todo en su interior se removía y se aceleraba.

- ¿Me estáis esperando? ¿Me toca ya? Había cola en el baño...
- ¡No! ¡Me toca a mí!- dijo JiMin- perdona, es que nos hemos puesto a hablar.

JungKook sonrió y le dio un beso en la frente a TaeHyung. El chico sonrió y se apoyó en su brazo. Correcto, así se sentía. Correcto.

Aquella noche, TaeHyung no se quería separar de JungKook y, armándose de valor, llamó a su madre para preguntarle si podía quedarse en casa del chico a dormir.

- Hola, cariño.
- Hola, mamá. Quería pedirte un favor...
- Dime.
- ¿Puedo quedarme en casa de JungKook a dormir?
- No.

Resopló. Lo entendía, pero le molestaba, de verdad quería pasar la noche con él.

- Pero él puede pasar la noche en casa- dijo- total, mañana va a venir por la barbacoa, da igual que venga mañana en la mañana a que se quede a dormir.
- ¿Puede venir a casa?- preguntó TaeHyung, feliz.
- Claro. Pero nada de comida basura para cenar, voy a engordar mucho mañana- dijo y TaeHyung soltó una carcajada.
- ¡Muchísimas gracias, mamá!- se despidió, mientras miraba a su novio.
- Mi madre no me ha dejado que duerma contigo en tu casa, pero puedes dormir en la nuestra- dijo- no ha comentado nada de dejarnos dormir juntos, pero...- guardó silencio y suspiró- a veces me da miedo que sientas que estás junto a un crío- admitió.

JungKook le abrazó y le besó.

- Ya te dije que yo nunca te iba a juzgar- dije- yo entiendo los problemas que tú has tenido y ya los sabía cuando empecé a... cuando empezamos esto.
- No los sabías. No te conté toda la historia.
- Pero me dijiste lo que te había pasado- rebatió JungKook- además, pensaría que eres un crío o que eres inmaduro si no estuvieras estudiando, si siguieras mintiendo a tu madre, si faltaras el respeto a los demás... pero estás cambiando. Que estés cambiando, me hace ver que no eres un inmaduro o un niñato, simplemente necesitabas tu tiempo.
- Gracias por entenderlo, por no juzgarme- dijo TaeHyung.
- Ya te dije que yo no haría tal cosa- replicó.
- Aun así, no está de más que te dé las gracias.

Se subieron en el coche, no sin antes besarse.

- Es una pena que no podamos pasar la noche en tu casa- se quejó TaeHyung- ahora sí me apetece...

JungKook sonrió y arrancó el coche, pero no en dirección a casa de TaeHyung y tampoco a su propia casa, sino a un pequeño apartado que no estaba muy lejos de allí.

- ¿Qué hacemos aquí?- preguntó TaeHyung, al ver que JungKook aparcaba tras unos matorrales y apagaba todas las luces, quedando oculto en las sombras.

Por toda respuesta, JungKook sonrió y accionó la palanca que estaba en su asiento, haciendo que éste se moviera hacia atrás. Sin decir una sola palabra, el mayor se quitó el cinturón y se palmeó las piernas.

- Dijiste que te apetecía.
- No he traído lubricante...
- En la guantera.
- ¿Llevas un bote de lubricante en la guantera del coche?- preguntó.

Abrió la guantera y sacó una cajita, aun precintada, cuando la abrió, pudo ver un condón y otro sobre metálico que contenía lubricante. Cogió el lubricante.

- Con esto no tenemos ni para la punta de tu polla- dijo TaeHyung.
- Pues tendremos que extenderlo bien, no quiero llevarte a tu casa en brazos. Bueno, sí quiero, pero tú ya me entiendes.

Sonrió y comenzó a quitarse los pantalones y los calzoncillos mientras JungKook desabrochaba su pantalón y se masturbaba. Veía tan excitante el miembro del chico, empapado con el líquido pre seminal, erecto, duro y con aquella vena sobresalir... A TaeHyung siempre le habían gustado así las pollas, como la de JungKook pero, en verdad, solo JungKook cumplía ese canon, el resto de los chicos con los que se acostó no le llegaban ni a la suela de los zapatos. De hecho, en más de una ocasión, se encontró a si mismo pensando que esa clase de penes eran pura ficción de películas porno. Pero no, la de JungKook era real y le encantaba sentirla.

Echó a un lado la ropa y se puso a horcajadas sobre el chico, se encargó de abrir el condón y ponérselo.

- ¿Me has llevado a un picadero?- preguntó TaeHyung, mientras deslizaba el profiláctico por el miembro del chico.
- No dirás que no te gusta...

Sonrió y sintió los dedos de JungKook en su trasero, dilatando su entrada. Sentía un leve escozor, pero no le importaba, cuanto más duro era JungKook con él, más le gustaba.

- Más... un poco más... sí...

Con un gemido, llevó su mano al miembro de JungKook y comenzó a acariciarlo. Se mordió el labio inferior, le encantaba sentir los dedos de JungKook en su entrada y, al mismo tiempo, le encantaba sentir el miembro de JungKook entre sus dedos.

- Métela...- gimió el chico.
- ¿Estás seguro?- preguntó- quizás sería mejor esperar...- dijo, pero TaeHyung negó.
- Despacio, pero hazlo.

Llevó su miembro a la entrada del chico y éste se colocó bien sobre las caderas del mayor. Se besaron y JungKook dejó su mano en el lateral del cuello de TaeHyung.

Lentamente, TaeHyung fue bajando, sintiendo como su entrada se expandía para dejar acceso al miembro de JungKook. Sintió como se le cortaba la respiración. Se sujetó al respaldar del asiento y miró los profundos ojos del chico.

- Aprieta...- susurró.

Al ver que JungKook no entendía, TaeHyung llevó su mano a su propio cuello y JungKook apretó sus dedos, alrededor de este. Solo hacía presión, no llegaba a cortarle la respiración, pero esta presión y el aire que él mismo retenía causaba estragos en el menor. Cuando las nalgas del chico tocaron las piernas de JungKook, se sintió lleno y totalmente excitado.

- ¿Se siente bien, zorrita?

TaeHyung sonrió. Amaba esas palabras en el sexo. Amaba que fuera así en el sexo y tan cariñoso y comprensivo en el día a día.

- Bastardo.

JungKook le volvió a sujetar del cuello con una mano y, poniendo la otra alrededor de su cintura, comenzó a mover las caderas.

Al instante, el coche comenzó a moverse junto con los movimientos de ellos, pero les dio igual.

- ¡JungKook!

TaeHyung apartó la mano que el chico tenía en su cuello, se apoyó en el respaldo del asiento y comenzó a moverse al mismo que el mayor.

- Joder...- gimió JungKook- tú... tú te mueves muy bien...

Le besó y fue sexo rápido, buscaban el orgasmo, desahogarse porque sabían que no iban a tener sexo hasta la semana próxima y querían probarse el uno al otro, al menos, una vez más.

En aquel momento, un par de ciclistas pasaron por allí, justo al lado del coche y se sobresaltaron al verlos allí.

Sonriendo, TaeHyung besó a JungKook y lamió su oreja.

- Mierda, la tienes tan grande... y dura- gimió TaeHyung, en voz muy alta.
- ¿Y quieres que se enteren?- preguntó JungKook, sonriente.
- Me follas demasiado bien... ¡ah! ¡ahí, justo ahí! ¡Mierda sí! ¡Joder, qué placer!

JungKook le azotó y TaeHyung gritó, pero no de dolor, sino de placer.

- Me encanta cuando gritas mientras te follo...
- Mmm... ¿sigo siendo tu puta, verdad?
- Claro que sí.

Se besaron y JungKook sujetó con fuerza las caderas del chico y comenzó a hacerle bajar con demasiada brusquedad.

- ¡JUNGKOOK!

Tras la tercera estocada, los dos se corrieron y JungKook le besó.

- Ha sido muy caliente- dijo- pero vístete, quiero salir de aquí... no quiero que venga la policía. Esos dos nos miraron demasiado... que no te extrañe que salgamos en cualquier página porno.

TaeHyung, que se estaba vistiendo, miró a JungKook y le vio arreglarse los pantalones y echar el asiento hacia adelante.

- Lo siento- dijo.
- ¿Por qué?- preguntó, sin entender.
- Eres profesor... no debimos haber hecho esto... yo no debí...
- TaeHyung, tengo veinticinco años y estoy tratando de llevar una relación contigo.
- Pero también eres mi profesor.
- No hay reglas que nos impidan estar juntos, deja de joder con eso- dijo.
- Es solo que me preocupa tu carrera, si nos han visto y, si es verdad que...
- ¿Acaso crees que tus profesores no follan?
- ¡Qué asco!

JungKook soltó una carcajada.

- Te lo dije, tengo veinticinco años, estábamos escondidos en el coche y no paso nada.
- Bueno, creo que ninguno tenía cámaras o teléfonos en las manos- dijo TaeHyung- pero tampoco puedo asegurarlo.

JungKook aparcó en una zona iluminada y miró a TaeHyung.

- Antes que nada, lo he disfrutado. El sexo contigo siempre es diferente, contigo lo siento diferente, lo siento más y no por tu trasero, aunque tienes un buen trasero- TaeHyung sonrió- no sé como decirte lo mucho que...- guardó silencio- me estresa no poder decirte las cosas porque no sé hablarlas- dijo, frustrado- lo que quiero decir es que... ha sido increíble pero no creo que sea sensato volver a repetirlo. No quiero que te sientas mal porque fue mi culpa, yo te llevé allí, fue mi idea...
- JungKook, lo entiendo.
- Sin embargo, quería decirte otra cosa...- dijo- aunque no podamos follar en un coche... podemos hacerlo en mi casa... incluso podemos grabarnos...

TaeHyung sonrió.

- ¿Esas cosas te ponen?
- ¿A ti no?
- Bueno, si es contigo, sí- admitió- ¿qué te parece el tema de roles en la cama?
- ¿Algo así como enfermero y paciente?- preguntó JungKook, riendo- ¿no te sirve con profesor y alumno?

Ambos rieron y JungKook besó la mano de TaeHyung.

- A pesar de todo lo que he hecho en mi vida, nunca he jugado a esos juegos, creo que hay que tener mucha complicidad con la otra persona para hacerlos- dijo, al fin- por eso me gustaría hacerlos contigo.

TaeHyung le abrazó y le dio un beso.

La Terapia de TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora