2º Juicio de Amor. Saga Hermosos Amores

CAPÍTULO 13

Nuestro querido Brad Thompson en multimedia....

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22 mayo 2018...

Brad Thompson

Me encuentro en mi oficina, ahora que James esta fuera de la cuidad estoy a cargo de la empresa familiar como presidente interino, es por eso que estoy en la oficina de presidencia, mi hermano me ha encargado trabajar de la mano con Johann, más que nada para que no se me junte el trabajo de esta empresa y de mis negocios personales.

El sonido del teléfono me saca de mi concentración.

—Señor, lo busca su prometida — anuncia la asistente, sinceramente no se me su nombre.

—Hazla pasar, gracias — fue lo único que conteste para luego cortar la llamada.

—Hola mi amor — la dulce voz de Kim llega a mis oídos, ve entrando a la oficina con su singular y autentica alegría.

—¿Qué hay, amor? — le doy una sonrisa de lado y ella se termina de acercar a mi escritorio, se sienta en mi regazo y me da un beso en los labios. — ¿A qué se debe tu visita, hermosa? — cuestione envolviendo mi brazo alrededor de su delgada cintura.

—Viene a darle una sorpresa a mi guapo prometido — me da una sonrisa llena de picardía — ¿No te gusta que tu prometida te visite? — hace un tierno puchero mientras sus ojos me miran fijamente, mis ojos se desvían a sus piernas.

—Claro que me gusta que mi hermosa prometida me venga a visitar — mis ojos recorren su cuerpo — Solo que cuando vienes, es más tentación para mí, llevando a mi autocontrol a la basura — ella juega con el dobladillo de su vestido, me está tentando y sé que cuando ella se lo propone, puede llegar a conseguir lo que sea, y esta vez no es la excepción, está consiguiendo que mi cuerpo reaccione a sus encantos. — Cariño, créeme que, si no te detienen en este preciso momento, no me importara nada y te quitare lo que traes puesto y haré lo que sea contigo — sin importarle lo que acabo de decirle, sube más el dobladillo del vestido mientras se muerde el labio inferior.

Y con ese gesto fue más que suficiente para hacerme perder la cabeza.

(****)

A eso de las 8 de la noche ya me encuentro en mi apartamento, Kimberly me insistió mucho para quedarse conmigo esta noche, y luego de aquel encuentro en la oficina se me ha hecho imposible decirle que no, aunque no voy a negar que en más de una vez me he imaginado que en lugar de estar con Kimberly estoy con Bianca, y no puedo entender porque aun la tengo en mi cabeza.

Amo a mi prometida, claro que la amo, pero en más de una ocasión le he fallado al meterme con alguien que no sea ella, y sé que ella está al tanto de mis infidelidades, solo que se las calla y nunca dice nada al respecto. Pero esta vez es diferente, desde el primer momento en el que probé los labios de Bianca, no me la he podido sacar de la cabeza, y menos luego de haber estado con ella en la cama, su piel se ha vuelto mi adicción, y no puedo decir que me enamore de ella porque no lo estoy, es solo una obsesión que tengo hacia ella, y dicha obsesión llega a tal punto que me llena de rabiar saber que esta con otro, no me puedo explicar eso, pero en fin, es mejor no pensar en ella, al menos no cuando estoy con mi prometida.

En este momento estamos Kim y yo en la mesa del comedor degustando de una deliciosa cena hecha por ella misma.

—¿Cómo te ha ido en la oficina, cariño? — me pregunta alegremente, mientras cenamos.

—Bien, ya sabes, lo normal — me encojo de hombros restándole importancia al asunto — ¿Y a ti como te fue en el trabajo, nena? — pregunte tratando de continuar la conversación.