Capítulo 10: Mi Nueva Casa

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Les juro que este capítulo me estreso muchísimo porque no me salia y tuve que ver que hacia, no he tenido tiempo. Afortunadamente aquí esta. 

Espero lo disfruten mucho y lamento el retraso.

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Salí de ese baño envuelta en una bata que tome prestada de un cajón. No quería usar mucha agua por lo que decidí no tardarme mucho. Al menos ya no estoy empapada y comencé a entrar en calor, la habitación estaba calientita. ¿Tendrán calefacción aquí? En la cama se encontraba una pijama y ropa de color negro por lo que me acerque para ver bien y pude notar que todo tenia etiqueta de nuevo. Me puse la ropa interior junto con el pantalón afelpado y el suéter del mismo color, en la parte de atrás decía "princess" en letras rosas.

Medite durante algunos minutos si deseaba salir de esa habitación, lo que menos quería era contestar preguntas pero tampoco es que pueda quedarme aquí. Tengo algo de vergüenza y eso que no he hecho nada malo..

─Hice chocolate caliente, Tami dijo que por mi culpa se había mojado y para compensarlo debía prepararle algo porque según ella tiene frío─ dijo Amanda de pronto mientras yo salí de ese cuarto─ dime, ¿cómo puede un iceberg  tener frío?─ bufo. ¿Cómo sabe exactamente que estoy detrás de ella si soy como una sombra silenciosa?, no hago ruido y mucho menos hablo.

Sin poder evitarlo comencé a ver todo el departamento, contaba con tres puertas posiblemente de recamaras  que conectaban directamente con la sala y el recibidor. Podía jurar que media kilómetros ese lugar. Había una sala mas aparte un sofá cama enfrente de una televisión muchísimo mas grande  que la de Tamara, ¿ni siquiera sabia que había televisores tan grandes? Una mesa en medio de todo con un jarrón café en el centro lleno de flores  aun lado había toda una ventana que daba vista a la cuidad y por instinto me acerque para ver todo. Las luces que emana una de las ciudades mas movidas de Inglaterra se veía excelente, sin duda de las cosas mas bonitas que he visto sin contar que estábamos como a cinco pisos de altura. Al darme la vuelta me di cuenta que cerca de la entrada esta la cocina demasiado grande a mi parecer, tenia de todo una barra en el centro y alrededor todas las cosas necesarias en una. Refrigerador más grande que mi armario, una estufa, hornos, licuadora, etc. Vi a la gemela numero dos entretenida meneando algo en la cazuela y titubee al ir e acercarme. Pase cerca del comedor de cuatro sillas que se encontraba a pocos metros de la cocina. Este lugar lo tiene todo. No me imagino la casa de sus padres.

─No le creas─ dijo Tamara a mi lado─ yo no la obligue a nada─ ambas tomamos la taza que nos daba su hermana y logre tomar un poco . Necesitaba algo caliente para entrar mas en calor. Espero no enfermarme, es lo ultimo que necesitaría. 

Tomamos ese chocolate caliente tranquilamente y en todo ese rato nadie hablo. En parte agradecía que no estuvieran haciendo muchas preguntas. Simplemente hoy no tenia ganas de nada, quería dormir y no saber de nada ni ver a nadie.

─Te puedes quedar en mi cuarto y yo me quedare en el de Amanda, no te damos el cuarto de invitados porque tenemos cajas de la mudanza que no hemos desempacado─ dijo mientras llevaba su taza a donde se lavan trastes.

─Quédate en el sillón, ¿por qué conmigo?─ voltea verla y fulminaba a su hermana con la mirada pero en el fondo le agradaba la situación. La verdad no se como se aguantan. La gemela uno se fue al cuarto alegando un buenas noches y que mañana teníamos clases─ no preguntaremos nada, es tu decisión si quieres decirnos algo. Buenas noches, Catlín─ se fue dejándome sola en la cocina.

Fui al lavabo a lavar mi taza y aproveche para lavar las demás, busque el interruptor como por cinco minutos y apague la luz. Sin muchas ganas volví al cuarto donde me había cambiado y contemple la cama durante veinte minutos exactos. No sabia si destenderla o no, me sentía una intrusa en esta casa, no se si sea correcto que haga esto. Decidí después de unos minutos mover los cojines un lado de la cama. Probablemente tarde segundos en quedarme dormida, estaba tan cómoda y calientita que me arrulle de inmediato.

A la mañana siguiente desperté porque alguien tocaba la puerta anunciando que iba a pasar porque teníamos clases y debíamos irnos. La dueña de esa habitación entro y se dirigió al baño a cepillarse los dientes.

─Yo que tu me levantaba o sino no vas a alcanzar a desayunar─ me ordeno pararme y seguirla hasta su closet, tenía todo perfectamente colgado y ordenado, sin contar que era igual de grande que el baño─ toma lo que necesites. La mayoría de ropa esta nueva por si no quieres usar nada de lo que me he puesto─ se dedico a buscar y buscar que ponerse y no encontró  nada, le grito a Amanda y ella dijo lo que se iba a poner. Escogí un vestido de color verde militar, me quedaba un poco grande y no porque las gemelas fueran mas gordas que yo si no porque a mi me faltaban vitaminas y más alimento. También me dio unos tenis de color blanco y una chaqueta de mezclilla para acabar de combinar.

Al final las tres comenzamos a comer un poco de pan, huevo revuelto y jugo de naranja. 
Yo me sentía demasiado extraña al estar haciendo esto con ellas pero decidí dejar pasar todo y aprovechar la comida. Tome un papel y escribir unas palabras en el.

"La madre superiora me corrió de la casa hogar" 

Pase el escrito para que pudieran verlo y ellas lo leyeron, la gemela numero uno bajo su pedazo de pan y lo puso en su plato mientras se quedaba viendo ese papel. Amanda no dijo nada y simplemente no volteaba a verme. El reloj comenzó a sonar indicando que se nos hacia tarde por lo que me levante tome el papel y lleve mi plato para lavarlo. 

Me fui con ellas hasta la escuela no queriendo pero me obligaron a seguirlas, así que estuve todo el camino pensando que iba a ser de mi y lo que haría. Durante todas las clases no preste mucha atención ya que no sabia donde dormiría el día de hoy, no puedo quedarme con ellas, eso seria abusar de su amabilidad . ¿Tal vez la señora Wiliams me deje quedarme en la panadería? Pensar tanto me mareo muchísimo. No había visto a esas dos en todo el día, ninguna se sentó conmigo en clases y a la hora del almuerzo no vinieron a la biblioteca.

Al final de las clases decidí salir de la escuela y pensar un poco lejos de toda esa gente. Justo cuando estaba pasando por la puerta principal un guardia me saludo. 

─Que le vaya muy bien señorita─ es alto, con un cabello negro y ojos cafés muy penetrantes, su piel es demasiado blanca y eso hacia que resaltara mas su apariencia, no había comentado que en la escuela hay una caseta de seguridad y que en algunas ocacciones se ve a algún guardia rondando toda la instalación. No por algo esta escuela es muy costosa. Lo que no lograba entender es, ¿quien es él? jamas lo había visto, apenas llevaba unos días rondando la escuela. Al final le asentí con la cabeza en forma de saludo y me dio una cálida sonrisa.

Ya al salir por las puertas principales del lugar las gemelas me interceptaron y lograron llevarme de vuelta a su casa. Las observe durante un buen rato mientas hacían cosas.

─¿Hoy trabajas?─ pregunto Amanda y asentí. Las tres comimos muy a gusto mientras ellas ponían una película en la televisión de la sala.─ Mamá nunca nos deja ver tele cuando comemos por lo que aquí nos damos vuelo. 

Sin entender mucho también comí lo que me dieron y no dije absolutamente nada mientras ellas contemplaban la película de superheroes que habían puesto. Al llegarse la hora de ir a la panadería me levante de mi lugar y lave mi plato junto a los demás sucios. No puedo darme el lujo de faltar. 

No puedo darme el lujo de nada y lo odio. La gemela uno decidió acompañarme hasta el local alegando que podía perderme.

─Puedes quedarte con nosotras si lo deseas─ dijo de pronto una vez que llegamos─ hay mucho espacio y  no nos molesta en absoluto. Será decisión tuya. Piénsalo en lo que estas en el trabajo─ comento antes de irse y decir que volvería por  mi ya cuando terminara. Así que estuve toda la tarde meditando en lo que iba hacer, se que a ellas no les importaría en absoluto que yo me quedase en su casa. Al contrario, podría jurar que a Tamara le encanta la situación. Es como si no importara que me hayan echado. 

Al salir me despedí de todos y encontré a mi amiga parada del otro lado de la acera, hacia un poco de frío pero no me importo así que camine hasta ella y al final termine siguiendo hasta la casa. Creo que saben cual sera mi decisión...



La última aladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora