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En el aire se podía sentir la emoción, angustia e incluso el miedo de algunas de las hermanas mientras decendían por esas mágicas escaleras.

–Oigan, no estoy tan segura de que esto haya sido una buena idea–Can bajaba los escalones de forma temerosa.

–¿Bromeas? ¡Estamos viviendo una alocada aventura por primera vez!– exclamó Gemma, quien parecía ser una de las pocas que se encontraban emocionadas– Es decir, podríamos encontrarnos con el paraíso o con el mismo inframundo, ¿quién sabe?

–Exacto, ¿qué tal si morimos aquí mismo?– se quejó Virgy.

–¿Se pueden relajar? Nadie va a morir aquí, por algo mamá tenía los pasos resguardados– las calló Capri.

Las gigantes escaleras por fin empezaban a llegar a su fin, y con ello llegaba un magnífico y glorioso jardín lleno de árboles y flores de todos los colores y tamaños. También se podían observar bellas bancas y fuentes de mármol con detalles dorados a lo largo del jardín, e incluso un kiosko a la orilla de este.

El cielo estaba oscurecido, pero a su vez iluminado por la grandiosa cantidad de estrellas que lo inundaban.

Grandes lámparas doradas se extendían por todo el lugar, brindándole al jardín un aspecto mucho más romántico y encantado.

–¡Qué belleza!– comentó Liv cuando todas ya habían pisado tierra.

–Definitivamente no es lo que me esperaba–Scor observaba todo el panorama.

–¿Qué esperabas, el purgatorio?– le contestó Aria.

–No te voy a mentir, la verdad es que sí.

–Pareces decepcionada– Tara analizó la cara de su hermana

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–Pareces decepcionada– Tara analizó la cara de su hermana.

–¡Lo estoy! Esperaba ver un lugar lleno de fuego y almas en desgra...–la oración de Scor se quedó en el aire luego de que se escuchara el grito de una de sus hermanas menores.

–¡No lo puedo creer! Estamos sobre una isla– chilló Pi.

–¿De qué hablas?– le gritó Leah desde donde se encontraba.

–¡Vengan a ver!

Las hermanas se acercaron apresuradas hacia Pi, queriendo ver lo que quería mostrarles.

Al llegar junto a ella se dieron cuenta que estaba en el límite del territorio, ya que estaba rodeado de agua. Pi tenía razón, no era sólo un jardín, sino una pequeña isla a la mitad de la nada.

–Esto es muy raro, ¿porque un baile nos llevaría a una isla desierta debajo de la tierra?– expresó Capri.

–Eso no es lo único anormal, ¿ya se dieron cuenta que este lugar es casi idéntico al jardín que hay en el palacio?–Aria miraba a su alrededor, viendo las similitudes entre la isla y su hogar.

12 princesas bailarinas {zodiaco}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora