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Las escaleras ya se habían esfumado y los botes ya estaban esperándolas en la orilla del mar.

–Qué bien se siente estar aquí–Can dio un gran suspiro.

–Lejos de Fulano– añadió Pi.

–Lo detesto tanto que cada vez que lo veo sólo me puedo imaginar su cabeza explotando– Sagi se quejó. Las chicas ya estaban caminando hacia los botes.

–Dejen de hablar de él, por favor– Tara ya estaba harta de escuchar sobre el hombre.

–Tiene razón, es mejor olvidarnos de él por una horas– Capri le dio la razón a su hermana. Ya estaba cansada del mismo tema.

Finalmente llegaron a la arena y se subieron a las barcas

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Finalmente llegaron a la arena y se subieron a las barcas. Comenzaron a remar lentamente, dejando que el aire de la noche entrara por sus pulmones. 

El viaje  estaba siendo muy relajante para ellas, pero como no todo puede ser perfecto, el bote en el que viajaban Aria, Gemma, Acua y Scor golpeó contra una superficie. Un delfín salió del agua y se les quedó mirando.

–¿Tobin?– Aria preguntó para sí misma y todas, a excepción de Tara y Virgy, la miraban cuestionablemente.

–¿Conoces al delfín?–Liv la miraba confundida.

–Algo así– Aria la miró y se encogió de hombros, luego volvió su mirada hacia el mamífero, el cual emitía unos chillidos que parecía estarla insultando.

–¿Qué le pasa al animal?– preguntó Gemma con preocupación.

Tobin hizo silencio y se sumergió nuevamente al agua. Todas se quedaron en silencio.

–¿Qué acaba de pasar?–Pi estaba completamente confundida.

–Ayer platicamos con ese delfín. Su nombre es Tobin– les contó Tara–, y no suele ser tan amistoso.

–Ya lo notamos–Gemma tomó asiento y las demás lo tomaron como una señal para hacer lo mismo.

–De hecho, ayer nos dijo que pensaba que todos moriríamos antes del 2021–contó Aria.

–¡Sabe cosas que nosotros no!–Acua imaginaba que el animal era un profeta.

Antes de que se pusieran en marcha nuevamente, se dieron cuenta que en la isla más grande se podían ver unas escaleras que daban al cielo. Eran los príncipes.

–¡Vamos, vamos!–Leah metió sus brazos al mar y comenzó a utilizarlos como remos–Apresúrense, caras de caca.

–Huele a desesperación por acá–Scor lanzó la indirecta hacia su hermana. Agarró su palo de madera y comenzó a remar.

–¿Segura que es eso lo que hueles? ¿No será tu falta de emociones?– atacó la otra. Scor sacó su remo del mar y se acercó lo más posible al bote de Leah y la golpeó en la cabeza.

12 princesas bailarinas {zodiaco}Where stories live. Discover now