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Tanto las princesas como los príncipes estaban reunidos en el lado este de la isla, rodeados de mesas llenas de comida y con miles de luces colgando de los árboles y arbustos.

–Bien– Acua tomó su megáfono y se paró sobre una banca para que todos la vieran–. Les informo que, gracias a mi liderazgo, la organización de este baile ha sido todo un éxito y lo único que hace falta es la música– dejó su megáfono a un lado y tomó una de las flores de los árboles–¿Quién quiere hacer los honores?

–Yo lo hago–Libra dio unos pasos adelante, posicionándose justo delante de Acua y tomó delicadamente la flor de la mano de la princesa–. Desearía tener música– el joven pidió su deseo a la flor, mientras mantenía la mirada fija en Acua. La flor se evaporó y una agradable melodía clásica comenzó a inundar el lugar.

–Supongo que eso inicia el baile– comentó Tauro. El grupo comenzó a separarse, algunos bailaban, otros comían y bebían, y algunos otros simplemente admiraban su alrededor.

A pesar de no ser un baile como tal, era una carga de emoción para las chicas. Desde hacía ya seis años que no iban a uno, y el hecho de haberlo planeado ellas mismas le daba más satisfacción al momento.

Acua miraba a Can y a Virgo bailando en medio del lugar. Ella sabía que su hermana y el príncipe habían conectado inmediatamente desde el día anterior.
Al ser las menores, Acua y Sagi siempre fueron las más protegidas por sus hermanas y padre, por lo que nunca habían experimentado lo que era el enamoramiento. Al verlos bailando, Acua se preguntaba si esa conexión que veía entre ellos podía ser algo más que sólo amistad.

–¿Qué miras?– Libra se acercó lentamente a ella. El chico traía dos copas de vino en la mano. Le tendió una a ella.

–Nada más los veía bailar– Acua señaló a la pareja con la cabeza y luego miró a la copa que sostenía su acompañante–. Tengo dieciséis, probablemente no debería.

–Tienes razón– el joven dejó una de las copas en una mesa cercana a donde ellos estaban parados, y después se llevó la otra a la boca–. En Eralión estamos bastante acostumbrados al vino por los viñedos que hay en la región– contó Libra, para volver a tomar un trago de la bebida y dejar la copa medio llena en la mesa–. ¿Bailas?– se volteó, quedando frente a frente con la princesa y le tendió la mano.

–Seguro– ella la tomó con entusiasmo, después de todo, era la primera vez que bailaría con un hombre

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–Seguro– ella la tomó con entusiasmo, después de todo, era la primera vez que bailaría con un hombre. Una nueva experiencia. Libra la guió hasta el centro del lugar y se posicionaron a unos metros de Can y Virgo. Después de unos cuantos segundos en silencio, la chica decidió hablar–. En realidad, bailas bastante bien– comentó sorprendida.

–Mis hermanos parecen hechos de madera a la hora de bailar. Alguien tenía que lucirse por la familia– el chico sonrió con un poco de arrogancia, pero de una forma en la que no era molesto.

–Imagínate si ninguno de ustedes supiera bailar, ¿qué pensaría la sociedad de los príncipes de Eralión?– Acua dramatizó. Ambos soltaron una risa no tan fuerte, pero lo suficiente como para que Can y Virgo los escucharan.

12 princesas bailarinas {zodiaco}Where stories live. Discover now