Revelaciones

Conto 18: La resistencia

Finalmente llega el viernes, ¡qué día feliz!

Casio se sienta a mi lado para conversar, como siempre. Pone el móvil encima de la mesa, veo que en la pantalla aparece un corazón...

Noto que me mira de reojo para ver si me di cuenta. La pantalla se apaga. Confieso que me llamó la atención, pero no me importé.

- ¿Viste? ¡Un corazón! Lo hizo aposta, ¡para que tuvieras celos! – me avisa el enemigo.

- Puede ser de su hermana, de su madre, o de una amiga... – le contesto distraída.

- ¿Lo enviaste?

- ¡No!

- ¿Entonces fue la otra? ¿Está intercambiando corazones con la otra? ¿Es cierto? – y sigue. – ¿Por qué con la otra y no contigo?

- ¿Por qué con la otra y no conmigo? – me pregunto.

- ¿Por qué la otra y no tú? – me grita.

Y abrió una grieta, a través de los celos, pudo invadir mi mente, me dejó triste. Fui a comer una barrita de cereales con chocolate para animarme. Aplasto el embalaje y lo dejo sobre la mesa.

- ¡Un amigo me la dio es una barra muy buena! – me dice Casio.

Saca el embalaje del bolsillo, lo y me lo enseña.

- ¡No la conozco! Recién ahora la comí, ¡es buena! – le contesto señalando.

Coge el embalaje que dejé sobre la mesa y lo pone en el bolsillo.

- Voy a llevarlo para comprar otra igual y ¡probarla!

Terminó la hora del café, nos levantamos para seguir trabajando.

El domingo por la noche, después de la iglesia, oro en mi habitación.

"¿Qué hizo con el embalaje?" – pienso, acordándome.

Tengo una visión... el embalaje desaparece y en su lugar aparece una champaña, pollo asado con farofa y un florero con rosas rojas. Es la primera vez que tengo una visión tan clara y colorida. Después aparece, cerca del techo, la figura de una mujer bella, llevaba un vestido largo y el pelo atado.