Habits Of My Heart 2 (Secuela Intenabo)

War of Hearts - Capítulo 3

Aunque no es algo sobre lo que hayan hablado explícitamente, en los últimos días Conway y Gustabo han establecido ciertas rutinas.

Sus horarios siguen siendo muy diferentes pero suelen coincidir a partir de cierta hora de la tarde, así que sin prestarle demasiada atención a que lo estaban haciendo, han adquirido la costumbre de cenar juntos. A menudo, esas cenas se trasladan al sofá, cerveza en la mano mientras ven lo que sea que hay en la tele hasta que Conway se empieza a quedar dormido, y Gustabo le despierta recordándole que es un señor mayor y que se vaya a dormir a la cama. Otras veces, simplemente cenan en la barra de la cocina comentando datos sobre casos o cotilleando sobre otros compañeros. 

Se ha convertido en una rutina terriblemente doméstica.

Esta noche es diferente. 

Gustabo le ha avisado de que no llegaría a cenar, como suele hacer siempre que se complican las cosas, y Conway no quiere admitirlo pero se preocupa cada vez que eso ocurre -porque cuando las cosas se alargan en este trabajo, rara vez son buenas noticias-, así que en vez de irse a su habitación, sigue sentado en el sofá viendo la televisión y esperando a que Gustabo vuelva.

Cuando oye la llave en la cerradura un rato más tarde, respira aliviado. Un día más.

Gustabo deja su nueva gorra en la entrada, junto con su cazadora, y camina hacia la cocina que comparte el mismo espacio con el salón. "Buenas" suspira agotado mientras elige una cerveza de la nevera. "Estoy hecho mierda, ¿qué echan en la tele, hay 'aduanas'?"

"No lo sé. He dejado lo primero que ha salido. Un torneo de poker."

Conway mueve el mando hasta el lado del sofá que ya corresponde a Gustabo.

"Pon lo que quieras"

Gustabo se quita los zapatos ayudándose del pie contrario, y se deja caer con precisión milimétrica para que su cabeza descanse en el muslo de Conway.

El gesto le toma por sorpresa y no puede evitar mirar hacia abajo. Vale que han compartido el sofá en otras ocasiones y vale que se han acostado muchas veces, más de las que Conway puede recordar en este momento, pero nunca Gustabo había mostrado un comportamiento tan doméstico como éste.

Coge el mando y encuentra una reposición de Jersey Shore. "Buah, me encanta esta puta mierda. Increíble. Metes a un montón de gilipollas en una casa y esperas a ver qué pasa. Es que no necesitan ni guión. Fascinante."

Sus ojos vuelven a la pantalla y observa a un hombre dar un cabezazo a una pared. "¡¿Pero-?!"

Gustabo estalla en una carcajada limpia y sonora.

"Este capítulo ya lo he visto. Como en Estados Unidos tienen unas paredes de mierda, que las rompen de un puñetazo, ha querido hacerse el chulo. Pero esta temporada están en Italia y esa pared es de ladrillo" explica y vuelve a soltar otra risotada cuando hacen un corte y se ve una ambulancia. Conway siente el movimiento en su pierna. "Es que veo a Horacio haciendo lo mismo" añade el rubio.

Tiene razón. Conociendo a Horacio, el Superintendente también está seguro de que habría hecho lo mismo.

Su mirada baja, otra vez, hasta donde reposa la cabeza de Gustabo en su regazo pero rápidamente vuelve al televisor porque si sigue mirándole sabe que hará algo estúpido.

"No sé cómo puedes ver esta puta mierda".

"¡¿Pero qué dice?! ¡Es una puta maravilla audiovisual! Casi le diría que un experimento sociológico. Yo me apuntaría si hiciesen uno aquí. Sólo tienes que ser guapo y liarla todo el tiempo, es que he nacido para ello" se ríe.