Habits Of My Heart 2 (Secuela Intenabo)

Bloody Valentine - Capítulo 7

Cuando llegan a la ubicación que indica el mensaje, Conway ya ha recuperado toda la rabia que el derrotismo había dejado aparcada en segundo plano. Volkov ya no está con ellos. Siguiendo el plan original, se ha bajado casi 300 metros antes del destino para buscar un punto desde el que tenerlos a su merced. Es su carta bajo la manga. Si la cosa se complica, si la vida de Gustabo corre peligro, Volkov apretará el gatillo y quien sea que se esconda tras la máscara morirá. Conway está dispuesto a renunciar a su venganza si eso supone obtener el resultado que busca.

Ahora Conway se baja del coche y Horacio le sigue de cerca. El lugar elegido es otro peñasco, pero esta vez no hace falta lancha para llegar hasta él.

En lo alto, apenas a unos metros de ellos, les esperan.

Son solo cuatro. A la izquierda, Armando, conocido como 'Nadando', cerca del vehículo que usaron para llevarse a Gustabo: una furgoneta negra con los cristales tintados. Otro de ellos, al que Horacio reconoce como 'El Gringo' se encuentra unos metros por delante de los demás, armado con una pistola. Detrás de él, casi al borde del peñasco, se encuentra el 'Chino Ramen', cargando un fusil de asalto que apunta al suelo. Y por último, unos metros más allá, frente a Conway, está el que supone que es el 'Calavera' pero no lleva máscara.

A sus pies, Gustabo permanece arrodillado con las manos en la nuca. Conway siente una punzada en el pecho al verlo. Tan abatido, tan indefenso. Sus miradas se cruzan por un momento y en su cara ve no solo las marcas que su propia desconfianza le han dejado, sino también el cansancio y el pesimismo. No le queda ninguna esperanza de salir vivo de esta. A Conway le tiembla el cuerpo entero ante la impotencia de no poder hacer nada. Nada más que acercarse con cautela y escuchar lo que este desgraciado tiene que decir.

Al aproximarse, se fija en el rostro descubierto que Gustabo tiene a sus espaldas y se para durante un segundo. Cree... cree que le suena de algo. Como si lo hubiese visto antes en alguna otra parte pero no pudiese ubicarlo.

Cuando se acercan, Horacio está empuñando el arma pero no apunta a nadie. Y apenas unos pasos más tarde, Horacio y Gustabo conectan la mirada.

"¡Horacio!"

Dan se quita finalmente la capucha y la deja caer al suelo arenoso. "¡Gustabo!"

"¡Horacio, escúchame, te quiero un montón, tío, pase lo que pase!"

Horacio y Gringo establecen contacto visual.

"Por favor" susurra Horacio, pero Gringo aparta la mirada, esperando a que su jefe le de la orden.

"Superintendente Jack Conway" saluda el hombre misterioso. "Mi nombre es Jacob Smith. Ya nos conocemos, pero usted no era consciente de quién era yo en ese momento. Una simple detención para usted, una toma de contacto para mí."

"Jacob Smith..." repite para sí mismo, y entonces recuerda la detención. Recuerda tomarle los datos, recuerda reírse de su nombre y recuerda dejarlo marchar. "Ya me tienes aquí, suéltalo" exclama, pero intenta mantener la calma. Delante de él tiene a la persona que le quitó a su familia, a la que ha tenido en vela a toda la ciudad durante meses, a quien ha arruinado su vida. A quien aún puede empeorarla.

Jacob sonríe sin enseñar los dientes, una sonrisa complacida, amable en el sentido más sádico de la palabra, y se separa ligeramente hacia atrás. Tan solo un paso y desenfunda su arma apuntando a Gustabo en la cabeza.

Conway se pone nervioso, reza porque no resulte evidente, y reacciona sacando el arma también y apuntándole a él. De la misma manera, Horacio levanta el arma contra Gringo.

"¡Baja el arma! ¡Esto no era lo que habíamos hablado!" grita Conway, y su voz denota un ápice de pánico, lo que en su estado podría considerarse casi un éxito. "¡Estoy aquí, joder! ¡No lo quieres a él, me quieres a mí!"