Último regalo

4 0 0
                                    

A veces uno ama tanto, tan fuerte es el sentimiento, tan arraigado se encuentra en tu ser, que cuando esa persona decide irse, o alejarte como en mí caso, se lleva una parte muy grande de uno dejando un vacío que te hace sentir muerto en vida.

Esta cuarentena te llevo a atravesar una depresión antes que a mí, sumado al que entraras a una etapa de auto redescubrimiento ( la crisis de los 25). Todas esas dudas e incertidumbre respecto a tu futuro, que tome como normal en una geminiana ja!.
Y yo hubiera amado poder estar a tu lado para acompañarte a pasar esta horrible etapa, lo intenté hasta el último momento, pero te resultó más fácil alejarte, alejarme antes que pensar en perdonar el no haberme dado cuenta de tus necesidades.

Sé que a base de charlas y caricias en el sillón de tu casa todo esto hubiera sido más fácil para ambos.
Charlando en la cama ( si, nosotros también charlabamos en la cama después de pasarla genial en ella) tal vez, sin el orgullo que nos enceguecio en esa discusión absurda, en mí caso fue doloroso el haberte pedido que no me ilusionaras en vano y que no te importase siquiera guardar los modos al responderme cuando te dije que me dolía ver y sentir que tus proyectos me excluían ... Y en tu caso el reflejar en mí el autoritarismo de tus padres, yo jamás te obligué a nada, ni te hice elegir entre mí y nada, ni nadie.

Mí único objetivo desde que terminaste conmigo fue mejorar, convertirme en mí mejor versión para vos. Deje atrás mío demonios, maneje mis celos cuando me contaste que te habías cogido a otro, no me importó, pero el destrato, los idas y vueltas, la cuarentena( encerrado 24/7 pensando en nosotros, en todo, solos mí mente y yo)  y mí ansiedad por resolver todo y poder estar juntos, porque cada vez que compartimos una tarde en el depto, un paseo juntos por el parque o por un par de cuadras todo fue risas, amor y caricias, todo fue feliz como siempre. Pero tu rencor seguía ahí arraigado, jamás pudiste perdonarme, pero aún así sé que me amabas.
Los últimos días, cuando no pude cumplir mí promesa de darte tiempo, mí ilusión de que salieras a la calle para hablar conmigo y poder atenderme - porque en tu casa estoy banneado - me hizo pensar que tenia media chance, con eso sobrevivi, con fe y esperanza de volver a ser felices juntos.
Cada mensaje simpático era una caricia al alma, cada mensaje tajante, distante y cortante era sentir que con una pinza estrujabas esa esperanza, y dolía horrores.
Ese pedido mio de atención, de cariño y simpatía, de empatía te llevo a bloquearme, me bloqueaste y yo tuve un ataque de pánico, durante media hora te rogué, te implore que me desbloquearas, sentía morir... Y no te importaba. Entonces se me ocurrió que decirte que le iba a escribir a tu nuevo chongo, iba a lograr que me desbloquearas, me atendiste puteando , insultando -con razón claramente - y yo no aflojé, puro bluffing, pensé que sabías que sería incapaz de algo así, luego me di cuenta que realmente pensas que yo soy capaz de lastimarte adrede, me confundí muchas veces pero jamás quise lastimar a la mujer que más amé en mí vida a propósito, no podría, quisiera que pudieras verlo y entenderlo, sos mí vida, sos la música en mí vida.
Luego de esa "extorsión" ya todo era irremontable, y tras pensarlo y llorar toda la noche pensé en darte mí último regalo, ya que no querías mí amor, ni mí compañia, pero si me amabas y me extrañaba según tus palabras, decidí darte el regalo más importante, que me odies, para que puedas olvidarme, y seguir tu vida sin mí.

Y así me quedé, con este amor trunco, con mí amor rengo al que le falta una pata, tu amor, tus sonrisas, con un vacío en pecho que me hace extrañarte y pensarte aún a toda hora y llorar añorando tiempos mejores.

No sense at allWhere stories live. Discover now