Híbridos #3

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Capítulo dedicado a Jxxarch  Muchas gracias por tu apoyo incondicional❤ ______________________________________

Tú

Livy

—¡Joder, estamos pérdidas en éste maldito instituto! —exclama Yuli a nuestro lado mientras damos vueltas por ahí en busca de cualquier sospechoso.

La realidad es que tenemos clase de gimnasia con la profesora Morrison pero no encontramos el aula y Yuli está perdiendo su paciencia, aunque no es la única. Atena a mi lado está perdida en sus pensamientos. A veces me pregunto qué es lo que pasa por su mente, soy una de las tinieblas, sé cuando me están ocultando algo.

Me siento mal de cierta forma por el hecho de que ella es mi mejor amiga y desde que llegué no me ha contado nada sobre lo que pasó cuando se fue, aunque no es como hemos tenido todo el tiempo del mundo para ponernos al día, pero al menos, contarme cómo se siente con todo lo que pasa. Ella no es la misma, crecimos y cambiamos. Pero esa esencia divertida y expóntanea, no está en ella, ya no, o tal vez, le pasó algo que la cambió por completo.

«Quiero a la Atena de antes»

—Es mejor que dejes de quejarte. —sugiere Atena, volviendo a la realidad.

Yuli sigue viendo el google maps en busca del tercer gimnasio de este lugar.

—¡Estamos dando vueltas y vueltas, ahg! —se queja la morena—. ¿Saben qué? Mejor que busque Atena.

—Si, sobretodo yo lo haré. —responde Atena con ironía.

Escucho pasos a lo lejos que vienen hacia acá y Atena se gira, ya que por su oído tan avanzado, debió percibirlo hasta antes que yo. Los pasos son provocados por la llegada de Lucía, quien viene corriendo a nuestra dirección con el uniforme de gimnasia puesto y éste consiste en unos shorts morados y una camisa blanca con el logo del internado.

Se ve muy cansada, con las mejillas sonrojadas y una capa de sudor cubriendo su frente, debió correr hasta acá.

—¡Atena, Yuli y Liv! —nos llama, corre un poco y llega—. Las estuve buscando como loca. Compartimos la misma clase con Morrison y hace cinco minutos comenzó.

Todas compartimos una mirada de: Oh, mierda. Y nos volvemos a Lucía. Sin decir más comenzamos a caminar, o mejor dicho, correr a toda velocidad para llegar a la clase a tiempo. Esta sería la quinta clase en la que llego tarde hoy y ya debo cumplir mi sanción con el teacher de inglés.

Mientras corro acelero tanto el paso, sin cansarme ni un poco, que dejo a Yuli y Lucía atrás.

«¿Ups?»

En menos de lo que canta un cuervo, Atena aparece a mi lado y me da una mala mirada. Fija su vista en las dos cámaras del pasillo y cierra los ojos, para comenzar a pronunciar un hechizo en latín y luego los vuelve abrir.

—¿Estás loca, Liv? —cuestiona—. Hay cámaras en todos lados, no debes correr a una velocidad inhumana e imposible para un sobrenatural normal. Eres una cristal, una débil y debes actuar como tal. —me da una mirada asesina—. No estaré para salvar tu culo cada vez que te metas en problemas y sé que esto es nuevo para ti, pero no justifica nada. Ya hemos hablado de esto.