Híbridos #3

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Dedicado a awuapanelita que aunque se tarda al final si lee los capítulos. Te amito ❤
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No puede ser

Azael

Camino adentro de la habitación con las curiosas miradas de los chicos puestas en mí. Me olvido por completo de todo lo que pasa a mi alrededor. Me acerco a Gael, quien está arrecostado en el suelo con una gran palidez fuera de lo normal en su rostro delicado. No veo ningún signo de golpes o sangre, ¿por qué está en ese estado entonces? Coloco mi mano en su cuello para tomar su pulso.

Al menos hay pulso.

Mi corazón late con rapidez, siento miedo de perderlo, no quiero que eso pase. Mi cabeza está hecha un lío.

—Cálmate, Azael. Él está bien, solo...

Ignoro por completo las palabras de Víctor, ¿es que cómo quiere que me calme? ¡Gael no despierta y parece un puto cadáver de cementerio de cuarta!

—Despertarás. —aseguro acariciando su mejilla.

Cierro mis ojos y dejo que mi poder de curación de mago elemental, heredado por mi otra madre, Leticia, recorra mi cuerpo. Pongo mis manos en sus dos mejillas con firmeza, pensando en lo que deseo: Curar a Gael. Y murmuro las palabras en enoquiano, siento el brillo emanar y el cómo mi primo se remueve en mi agarre, dándome el aviso de que está despertando.

«No puedo creer que lo logré»

Me separo, abro los ojos y veo el grisáceo azulado de Gael que me mira fijamente. No puedo evitar sonreír y abalanzarme encima de él para darle un fuerte abrazo que lo hace reír.

—¡Nunca vuelvas a hacer eso en tu putisima vida, Gael! ¡Casi me muero del miedo! —le reprendo, aferrándome cada vez más fuerte—. Ay, cuanto te quiero, Mr. Hielo.

Gael no duda en corresponder mi abrazo con una sonrisa juguetona por mi dramatismo.

—Tranquilo, no volverá a pasar. —asegura alejándose poco a poco.

—Mas te vale.

Ambos soltamos una pequeña risa que es rápidamente interrumpida por un carraspeo de garganta, que hace que los dos nos demos vuelta.

«Maldita sea, ¿qué acabo de hacer?»

Estaba tan ocupado, y preocupado por el estado de Gael que en ningún momento me puse a pensar en que teníamos publico.

—¡¿Qué fue eso?! —exclama Henrik, el hermano mayor de Sean.

Estudié con Henrik el año pasado, ya que es uno de los cerebritos de mi clase de informática. Él y Sean son hijos de Harry y Scarlett Lenz. Henrik tiene el característico cabello pelirrojo de su familia, al igual que Sean, y ambos tienen ojos verdes pálido. Ambos comparten facciones delicadas masculinas, firmes, pero se diferencian por el hecho de que Henrik usa lentes y no tiene un cuerpo tan trabajado como el de su hermano, quien no necesita dichos lentes y es todo un adonis.