|14|

98 18 82
                                    

Extrañar

Lucy

—Mamá... Sé que me amas, pero... ¡Me vas a dejar sin aire!

Aprieto más a Gia contra mi pecho, por el simple hecho de que me encanta molestarla y porque la amo, al ser mi mini demonio menor.

«Los extraño tanto...»

Gia logra separarse de mí y suelta un exagerado suspiro.

—¿Ves cómo no amas a tu mamá? —le recrimino cruzándome de brazos—. Te quejas de un abrazo, mini demonio mal agradecida.

Y si, esa es mi hija volviendo a soltar un suspiro aún más dramático que el anterior.

No me culpen, el que quiera distraerme con mi pequeña demonio y molestarla no me hace una mala madre, después de todo es la luz de mis ojos al igual que mis mellizos... Esta bien, el estar separada de mis mellizos me está afectando más de lo que quisiera, pero es la primera vez en dieciséis años que los dejo partir, y a una misión imposible.

Bueno no es imposible, pero igual.

Es increíble cómo pasé a ser una rebelde sin causa, que solo se preocupaba por el amor de su vida y las responsabilidades de diosa, a ser una mamá divertida, cariñosa y que siempre está al pendiente de sus hijos. Para mí Gabriel, los mellizos y Gianna han sido lo mejor que me ha pasado, y  por esa razón tengo miedo, mucho miedo...

—Mamá, sabes muy bien que te amo, pero eso no implica a que quieras matar a tu hija asfixiándola. —argumenta Gia.

—¡Eres una exagerada! —exclamo mirándola mal—. Tú solo no me quieres, ya deja de mentir.

Sonrío de lado en el momento que veo de soslayo cómo Gia, rueda los ojos y suelta una pequeña risa.

En ese momento, las puertas de mi despacho son abiertas por el segundo hombre más sexy, caliente y ardiente de todo el infierno, puesto que para mí el primero es mi demonio. Luce impecable en su traje negro con corbata de color vinotinto y su cabello bien peinado hacia un lado. Y no tarda en mostrarnos una sonrisa cansada al vernos.

—¡Tío! Ay, gracias al inframundo que estás aquí —exclama Gianna corriendo a abrazar a Lucifer—. Liberame de ella... ¡Me está asfixiando!

Lucifer niega con su cabeza, divertido por la situación.

—Vale, creo que es mejor que me dejes a solas con tu madre. —le responde Lucifer—. Loyd está algo ansioso buscándote... ¿Debería preocuparme por eso?

Veo las mejillas de Gianna sonrojarse ligeramente.

—¿P-preocuparte? ¡No, para nada! —responde de forma nerviosa, alejándose de nosotros con lentitud para llegar hasta la puerta—. Mejor me voy a buscarlo, nos vemos luego.

Sale corriendo y cerrando la puerta con fuerza, dejándonos algo confundidos por su reacción.

—¿Ahora yo debería preocuparme? —cuestiono enarcando una ceja y viendo a mi hermano fijamente.

—Tal vez su relación de primos haya tocado lugares prohibidos...

—¿Estás insinuando lo que creo que estás insinuando?

Híbridos #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora